miércoles, 20 de julio de 2011

Argonautas



Grecia 2011


¡Benditas bibliotecas de nuestras ciudades y pueblos! De la literatura clásica tenemos una idea bastante equivocada debido, en parte, a que no se lee lo suficiente y a que se perpetúan tópicos como, aburrida, anticuada, coñazo, para especialistas...Pero esto es más falaz, otra vez, casi tan falso como el Banco Mundial. Lo cierto es que, además de la Odisea, la prosa griega clásica es un baño de placer en el Mediterráneo. Ya que siempre recordamos a los argonautas, leamos algo sobre ellos.

El libro de Apolonio de Rodas, "Las Argonáuticas", es un relato de viajes, una ´novela`, saltándonos estilos y edades, de aventuras, preciosa, ideal para iniciarse.
Ahí nos encontramos, embarcados con todos lo héroes, en el centro de los mitos griegos, que son los nuestros, en el alma de los relatos de nuestro inconsciente, del colectivu y más, en el corazón del Egeo y en su periferia, empezando por el Ponto, el Mar Negro, con su Vellocino de oro, Medea y antes, en Limnos, entre las lemnias asesinas de sus maridos -androfonión-, que "bordoneaban en torno a Jasón como abejas alrededor de los lirios", o serían jacintos, o narcisos..., cito de memoria. Era dulce néctar para ellas que languidecían en un furor uterino de bacantes.
El presumido Jasón ponía el pie en la playa de Rihá Nerá, las tranquilas aguas donde fondeó el Argo, en Mýrina, reina de las amazonas y capital de la isla, gobernada ya por Hipsýpila, abandonado en una balsa su padre Toante... . Jasón, ese pusilánime héroe de pacotilla.

Tucídides y Jenofonte son también autores asequibles y ´modernos`, por sus temáticas, la forma de abordarlas, la primacía de la acción, la aventura, y hablan del siglo más grande de la Grecia clásica, el V a .d.C.
Encontraréis cierto exotismo (persa, en Jenofonte), en el que cave incluír alguna aparición estelar mariana de Afrodita, en forma de Virgen del Perpetuo Socorro, de los Desamparados, Mater Amantíssima o Virgo Pudens (en Apolonio, que es más viejo).
La Hª de la guerra del Peloponeso, de Tucídides -al loro palurdas siracusanas-, es una de las mejores novelas bélicas e históricas de todos los tiempos, e historia en buena medida. No es sólo la imagen de la pesada falange hoplita ateniense contra la, aún más pesada infantería, ayer persa y hoy aquea, espartana, o siracusana.

¡Benditas bibliotecas!, que nos  ahorran una pasta a los bibliomanos, surten a los lectores del maná vital , pues atesoran libros que nos permiten soñar, viajar, navegar...antes de entregar la cuchara.  Gracias a ellas podemos contar todavía con títulos descatalogados -muchos-, clásicos y modernos, aunque faltan -muchos- y algunos de los que queden tan vieyinos y escangallaos que da pena velos.

Pero aprovecha más comese un buen tomako gratis, crúo o cocío, soso o alegre, que protestar a toes hores porque ruxen les tripes.

¡A por ellos! Kalí órexi!, ¡Que aproveche!. Salud.

Ramiro Rodríguez Prada.

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