miércoles, 13 de julio de 2011

De los Protomastores a Mikis Theodorakis -2

 
Muro 2003.  Pintura en polvo, acuarela, restos.
Ramiro Rodríguez Prada.

Buenos días. Hablando del sirtaki, a mí me gusta más la canción de Kutzurélis que la de Theodorakis, sin que ninguna de las dos me entusiasme, pero no tuvo el aparato publicitario de la de Mikis, el de una película exitosa, ni tiene un sonido tan pegadizo y comercial, aunque Theo ya no necesitaba demostrar nada en música. Éste, con una proyección internacional, traspasó las fronteras griegas y los primeros maestros cretenses apenas son conocidos fuera de su isla, pero a ellos deben el resto buena parte de la riqueza que sus músicas atesoran.

Por ello terminaré con una cita de ´Meres`, Días, el diario de Yorgos Seféris que tradujo aquí Vicente Fernández y que ya incluímos en la Antología Acatarrada del último nº de Psilicosis:

"Nuestros intelectuales engullen arte como las cabras hierba. El arte no afecta sino a su aparato digestivo y si a veces vocean es por el cólico. Mostrémonos, con todo, agradecidos a nuestros mayores. A los que nos han hecho capaces de resistir y no perder la esperanza incluso en este desierto". 

¡Salud!,  Yásas!.

Barbarómiros.

De los Protomastores a Mikis Theodorakis

Creta. De Theodorakis, nacido en Jíos con apellido cretense, sólo tocaré ese detalle del posible plagio de su canción del sirtaki en la película de Cacoyannis Zorba el griego, la novela de Nikos Kazantzákis, pero no para alimentar morbo alguno, pues la música de Mikis se defiende por sí sola.
Lo haré para enlazar la música tradicional cretense, de la que hablé (Desde la popa) al tratar de Psarandónis, Nikos Xyloúris y Loudovikos ton Anogíon, con el Éntejno -lo clásico-. De la figura cretense en ese estilo, Manos Hatzidakis, parlaré otro día. Pero sobre todo menciono el escándalo para introducir a los precursores, los primeros de los que existe registro sonoro, los Protomastores o primeros maestros cretenses.
Porque Yoryis Kutzurélis, el músico que le acusó de plagio, tiene esta consideración en su isla, al lado de otros grandes como Rodinós, Baxevánis o Skordalós, este último al que más se parecía Nikos Xyloúris. Para que os hagáis una idea: hablar en Creta de estos músicos es como hacerlo entre flamencos de Manuel Torre, Tomás Pavón o Antonio Chacón y en Asturias de Juanín de Mieres, El maragatu o Claverol.

La canción objeto de pleito se titula ´Armenojorianós syrtos`.  Mi opinión, no autorizada, es que el parecido, existiendo, en partes que se repiten en forma de estribillo, no es mucho mayor que el que podemos encontrar en otras composiciones, porque ambas  están escritas sobre la base del syrto tradicional. El error reside, a mi juicio, en que el sirtaki de Theo que le catapultó a la fama, la banda sonora, buena para una película, escapara de ella para  convertirse en una representación simbólica hortera de lo griego, para consumo de turistas despistados o descerebrados.  (Sigo ya mismo, pero paso esto por si me lo come...). Yasas!

Barbarómiros  Jaztzipradakis.


Témperas, sin título
Ramiro Rodríguez Prada
Oviedo 2003

 

Zákinzos. El Anatilikós de Alikés.


Zákinzos. Prometí, en Desde la popa, contaros una estadía en Zante aparte del aperitivo que escribí sobre el Mustákia -el Mostachos- y su caballo, que eran ´El Centauro Quirón/ mitad griego/ mitad percherón`. Pero en ese momento comenzaron a aparecer los mensajes divinos, ´Su comentario será visible tras la aprobación`, y poco después mi autoarresto, con lo cual no pude publicar lo escrito y, sobre todo, se pasó la ocasión y Zákinzos queda ya muchas millas al norte del Teach. Tal vez lo haga aquí un día, porque no sólo trataba de Zante, también contaba la historia de nuestro primer amigo griego, Theodoros Lambroú, de Limnos, que entonces trabajaba allí, en Laganás, donde anidan las tortugas caretta-caretta.

Pero sí quiero rescatar, porque podría ser útil para otros que vengan detrás, unos párrafos que hablaban de dos restaurantes que conocimos hará una década. I Mantalena, La Magdalena, es una gran casa de comidas popular en toda Grecia, aparece en muchas guías y hace honor a su fama. Está en Alikanás.

Un par de kilómetros más al norte, adonde se puede ir paseando o en calesa, está Alikés -Salinas-. Al final de la playa y a su vera hay un restaurante familiar, más barato y tranquilo, tan bueno como I Mantalena pero poco conocido.
Es el Anatolikós -El Este-. Tiene una materia prima para quitarse el ...¡para quitárselo todo! Pedid de postre el queso Ntópio -Local-, curado y conservado en aceite, pedid...¡lo que queráis!
Comí allí algunas ensaladas de tomate memorables, únicas, inconmesurables, no encuentro palabras...
Los dueños son aficionados a la música y al teatro. A él le gusta Nikos Xydákis, otro cretense de los nuestros, y ella hizo algún papel con un grupo aficionado en Bodas de sangre, Lorca, Matomeno gamo. Matómena jómata, Tierras de sangre, novela enorme de Didó Sotiríu que trata de Anatolia precisamente... .

¡Cuán poderoso este idioma que suena a otro tiempo pero que sigue aquí, vivo!. Boas pessoas, Kalí ánthropi, Buena gente, el Anatolikós.

Yásas que kalí órexi!, Salud y buen provecho.

Barbarómiros Hatzipradakis.

Huevos siracusanos

Tengo ya casi otra docena de huevos sicilianos que he ido reuniendo con amor y paciencia. No sé si llevarlos al mercao para venderlos al por menor, ahora que están a buen precio, o incubarlos y disfrutar del placer de ver a los pollinos palurdos detrás de su madre, pío pío pío, ¡es una gozada! No obstante, bien podría suceder que, con la reputación de la Palurdas siracusanas, en lugar de palurdinos me salgan patipollas, o putipollos, dadas las habladurías que las vienen relacionando con patos inmigrantes. Los putipollos - y patipollas- son más feos que Emilio el Botines y, aunque parlan inglés mejor que él, son también machorros. Habrá que estudiarlo, por si acaso...
Otro chiste malo del Philógelos adaptado al caso: Un ganso ático vio a una Palurda siracusana negra y pensó,"se  le murió el gallo y va de luto, es el momento de atacar". Yásas! Salud.
La curruca parda.

Bloqueado

La última entrada sobre Alikés (Zákinthos) la puse en este blog por error, que lo intentaba dejar para la revista y al copiarla y pasarla al otro, el de Grecia, no sé lo que hice que bloqueé el acceso y no sé dónde aparecerá esta entrada...y tampoco puedo entrar en el que usaba de www, etc., aaagg, bre malaka!
Seguiré pues aquí de momento, perdonad
Rómiros.