Al hablar hoy, otra vez, de Olga y Spiros del restaurante Anatolikós de Alikés, recordé que todavía me faltaba Xydakis, que nos gustaba a todos, para completar la terna del Éntejno -lo clásico-, que coloqué en la etiqueta "Música cretense", aunque ninguno de los tres es cretense. Lo son de espíritu y de apellido. Xydakis es del Cairo, de familia samiota y de Kassos, al lado de Creta, isla ocupada también por los turcos y donde impusieron sus prefijos y sufijos como en el resto. No creo que le importe figurar bajo la divisa cretense.
Es incluso arriegado catalogarlo en el Éntejno con todo lo difusa que puede llegar a ser esta y cualquier categoría, podríamos hablar de moderno Laikó o de Nuevas músicas, de música bizantina, como de mediterránea... .La carrera discográfica del grecoegipcio comenzó con un bombazo, Ekdíkisi tis giftiás, La venganza de los gitanos (1978), con Nikos Papásoglou y letras de Manolis Rasoúlis, que murieron este enero en Tesalónica. En julio habíamos visto a Rasóúlis con Orfeas Peridis en un concierto en Halkida donde nos llevó O Megalos Thanásis P. Mi señora habló con Rasoúlis, al que admiramos, y su muerte nos causó doble dolor. Aaggg, palio nduñá! La venganza hizo historia en Grecia y es un disco imprecindible para conocer la evolución posterior de la música griega más interesante. En Españas se distribuyó a través del sello Resistencia que llevaba Ramón Trecet, con Ténedos (1991), sobre la isla ocupada por Turquía, con letras de Ghonis, e Imerologio, Calendario (1995), una colección de pequeñas maravillas.
Entre sus muchas obras, ha musicado también poemas de Solómos, Elytis, Kariotakis, Kapsalis o Safo y trabajado con voces y autores de mucho kilate, Arvanitaki, Kaná, Masclavanu, Savópoulos, Malamas o Ross Daly.
Terminaré con una mención que Xidakis hace al final de Imerologio a los músicos callejeros. El texto se titula El Cantante fiel, habla de un ciego desarrapado que tocaba el acordeón y cantaba por las calles de Atenas y "siempre aparecía poco antes de la Pascua". Hay párrafos muy guapos, "...errantes, rompían a cantar sus penas en las calles de Atenas, aquí y allí, en plazas, en cafés, en el barrio de Theiseion. Valses, tangos, aires nostálgicos, melodías europeas y gitanas, todos tocaban con fervor balcánico".
Con una historia mínima semejante quisiera iniciar otra etiqueta que necesitaré abrir ya y que se llamará, Música griega. Porque me salgo de Creta y caigo en el mar de Libia. Y eso que allá, ómorfi nisi, isla hermosa, me quedaron los Mountakis, Garganourakis o Manolioudis...Con todo no se puede, para otro viaje. Salud. Yásas!.
Barbarómiros Haztzipradakis.