martes, 26 de julio de 2011

Calle Siena, con farola.



Calle Siena , con farola.
Oviedo 1998
Ramiro Rodríguez Prada

Tela sobre tabla de 37 x 40. Pintura en polvo a la cola para pardes. Espátula.



Músicos callejeros -2



Grecia 2011


Soy un imán para todo tipo de pedigüeños, me huelen.

Estoy acodado en la barra de un bar en compañía de otros veinte o treinta parroquianos mirando al camarero, de espaldas a la entrada, pasa un churumbel por la acera, echa un vistazo, entra y viene a pidirme a mí directamente, que estoy confundío entre bebedores. Me toca por detrás, me vuelvo y ahí está con la mano extendida, pero no mucho, y la inquina  burlona en la mirada del que sabe, como diciendo, ¡anda suelta ya la gallina y acabemos!.

¿Cómo sabe que le daré el euro, me ve el careto de panoli? Seguramente. Y no lo intenta con nadie más, lo guarda en el bolsillo, stin chepi, y se va tan tranquilo con el deber cumplido. ¡Fabuloso! Supongo que no soy el único al que le pasa.

Estoy contra la mendicidad, no contra los mendigos claro, por lo que supone de abandono de las obligaciones del estado y/o por la picaresca. Pero poso una moneda en la gorra de los músicos callejeros. No una limosna, es un pago porque sé que viven de eso, de su viejo violín o su destartalado acordeón, de manera precaria cuando no como indigentes.
Sé que la música hecha en la calle o en un Palacio de la Ópera puede traspasar el alma instantáneamente, y eso tiene un precio.

Todo esto viene a cuento de un texto de Nikos Xydakis en su disco Imeroloyio, Calendario, al que ya hice referencia en su entrada de música cretense. Hablaba  él allí del fervor balcánico de los músicos callejeros, en Atenas, "Violinistas rumanos y grecorumanos, duetos de albaneses, pequeñas orquestas de gitanos, acordeonistas y guitarristas", y me movió a contar la pequeña anécdota que abrió esta etiqueta.

Para todos y hoy en especial para los músicos de la calle, yasas que kala tragoudia, salud y buenas músicas!.

Barbarómiros.



Músicos callejeros



Grecia 2011


No va a ser una entrada corta como quería, pero escoged un párrafo que os convenza y quedáos con él, el resto seguro que es farfolla.

Andábamos cerca de Plaka y Monastiraki, en una zona de tiendas de ropa. Era un anochecer de agosto, el último en Atenas, a la hora en que desaparecen las riadas de turistas buscando el hotel y los restaurantes, con una temperatura ideal para andar por la calle, más fresca ya, donde sólo quedaban  cuatro rezagados como nosotros, porque las tiendas empezaban a cerrar. Sentado en el suelo junto a un portal  había un acordeonista que ya escuché al llegar. Pasé de la ropa y me quedé fuera sentado en el portal vecino.

Era un hombre mayor, contrahecho y enflaquecido, encorvado sobre su pequeño acordeón tocaba con tal sentimiento, que la melodía entraba directamente al corazón como un estilete afiladísimo en un bloque de mantequilla caliente. Era un tormento escucharlo, había allí tanto dolor, tanta desesperación, tanta contención y pasión a un tiempo, tanta soledad..., ¡Santo Dios!, no creo, pero algo tengo que dicir... . Estuve llorando como un bobo poniendo el pañuelo por delante como si me estuviese secando un sudor que sólo tenía en el alma, aunque sea poco lírico.

La familia salió y mientras recorrían un par de establecimientos más me quedé con él.
Tocaba  aires balcánicos que me recordaban el Kustino oro de Bregovic y Kusturica y del folclore tradicional serbio, más arrebatados, pero también notas gitanas, poéticas, melancólicas, que tanto gustan a los griegos y a mí, y tangos..., ¡uufff!.
Me costó despegarme de él cuando hube de levantar el kolo. Al poner el dinero en la caja vi el letrero que, escrito en mi griego skiládico, perruno, decía más o menos: "Ego ime serbos, ortodoxos, boicia, pararakalo", soy serbio ortodoxo, ayuda, por favor.
Y claro que se apela a la solidaridad balcánica u ortodoxa, según las necesidades, porque también funciona en las conciencias de algunas gentes sencillas. Pero no solucionaremos los problemas que tenemos si seguimos ofreciendo caridad en lugar de justicia.

Tirado en la calle, ignorado de casi todos, hay un pobre músico que es un gran maestro interpretando su instrumento, y que sobrevive con las cuatro perras que le damos por caridad, sensibilidad, largueza o mala conciencia, no importa el porqué.

No se puede despreciar tanto talento. ¡Así nos va!.

Salud, yasas!.

Barbarómiros.

Ayia Tríada ton Anoyion (Nikos, Psarandonis, Ludovikos)



La santa trinidad de las tierras altas.
Quería empatar, a 5,  las etiquetas de música cretense, la falta de un acento la dividió en dos. También informar si no lo hice ya, a quien le interese, de que los tres primeros textos sobre los músicos de la isla que más me gustan, a los que llamé de modo informal la Santísima Trinidad de Anoyia (tis Anoyias?), están colgados en Desde la popa, en los comentarios de estos días:
1.- 13-06-2011. Recalar en Corfú. ... Psarandonis.
2.- 17-06-2011. Parga a Levkas. ... Nikos Xiloúris.
3.- 18 y 19-06-2011. Encuentros en la 3ª fase. ... Loudovikos ton Anoyion.

Es también un hasta luego, porque abandono temporalmente el autoexilio de mi celda cocinil. Necesito frenar y socializar y, sobre todo, luz natural, sol directo. Desde el día de san Fermín sólo salgo a la compra y al retrete. Mi esparda parda, con una cicatriz pequeña pero matona, ha dicho basta. Reduciré poco a poco las entradas.

Después del verano a ver si aprendo algo: echo en falta vídeos musicales, cómo incorporar seguidores, comentarios, dibujos, ilustraciones,...que acompañen los textos. Me joden bastante las faltas de ortografía, las mías más que las ajenas, pero no sé corregir  una vez editado el texto,... .
Me aburro como un desgraciao buscando de un lao a otro, pica aquí pica ahí pica allí pica pica, como la Palurda que soy.
Al final me mosqueo y ni avanzo en el diseño, ni escribo, ¡ni faigo ná de ná!.

Me encomiendo en las próximas semanas al Padre, por edad, de la Tríada cretense, Ayios Nikos Xyloúris, que nació un día de san Fermín, como este blog, pero del año 1936, mal año para Grecia, donde comenzaba a partir el bacalao el general Metaxás, y peor para España, donde su primo hermano en fascismos, Paco, ultimaba los detalles de la rebelión militar y el asalto a la Península con  sus nefandas consecuencias.

Lo dicho, necesito dormir, soñar, comer y engordar, lo primero ye la salú y lo segundo también. ¡Que cunda!

Yasas!

Angallés, abrazos.

Rontrigkoúris Hatzipradakis (Barbarómiros).

P.D. De Ludovikos un homenaje a Nikos Xyloúris, Miroloi yia ton Niko Xyloúri:

http://www.youtube.com/watch?v=Q6gVtoa-r9o&feature=related

La Pappanatta partheni


Grecia 2011

Dicen de la Partheni que es mejor ponedora que la Nemorossa y más fogosa en la coyunda aunque, yo que las he visto en el acto, no sólo instantáneamente, que la cosa dura unos segundos es verdad, sino en el acto mismo, vamos, porque, además de fraile y cocineru, antes fui pato, -asuntos de reencarnaciones que no vienen al caso ahora-,  yo no noté gran diferencia.
Y he podido observarlas también desde fuera, no porque me vaya el porno gallinil, sino porque frecuento el corral municipal y lo veo.

Bueno, centrémonos. Es que ya puse "he visto", "observarlas", "lo veo", y ¿qué ví?, ¡no vi nada!. A mí me pareció que se quedaban como bobas mientras el patipolla las gallaba, pero tampoco apáticas, que llevaban al puto pato encima, sólo salían del alelamiento un instante después del asalto, echando una corta carrerina y sacudiendo un poco las alas como si soñaran con un tiempo mítico en que volaron... .

No sé, es la impresión que me dio. Como todas las gallinas que conozco, que tampoco son tantas, cuando echan un casquete quedan amodorrás, y si es con un oco,  patidifusas.
Quizás un ojo experto pueda ver otros síntomas que se me escaparon o no supe apreciar, un rubor característico en la cresta, una midriasis acusada, las plumas de la rabadilla tiesas como flechas motilonas..., ¡nada!,  yo no vi nada.

Y como pato, buueeeeeeno, los caballeros no cuentan esas cosas.

Volviendo al tema de la fogosidad de las Pappanattas, y para dejar las cosas claras ante tanto Machito Follador. Lo pongo con mayúsculas no por admiración sino porque suena a nombre de púgil mejicano de peso gallo. Es que me parece más interesante terminar con los partenaires de las partheni  que con lo mucho o poco que disfrutan ellas.

A quién puede extrañar que las gallinas siracusanas sueñen con el tiempo mítico, antes del polla io y del gallina io, en que fueron aves felices y bien follás y no este remedo de ahora, soportando sobre el llombu, la esparda parda, a un ganso mocoso que, para más inri, es eyaculador precoz.

Aaagg,  paliokotopulás!, puto gallinero...

Korvus Korax, "O Mavros".