miércoles, 7 de septiembre de 2011

Amanecer en el Egeo



Amanecer en Agii Apostoli
Eubea, Grecia 2011

"Me he anticipado a ti Azar, y cerré todas las posibilidades de infiltración, y no me entregué rendido ni a ti ni a ningún otro condicionamiento, sino que cuando la Parca nos lleve de aquí, nos iremos tras echar un enorme escupitajo contra la vida y contra los que neciamente se pegan a ella, al mismo tiempo que entonamos un hermoso cántico de salvación gritando que nuestra vida ha sido bella".

Epicuro. ´Sentencias Vaticanas`, 47.
Traducción de José Vará para Ed. Cátedra.

La cueva de Alí Babá



Verja del Museo Numismático de Atenas
Grecia, agosto 2011

Es una cueva para curiosos y turistas, por supuesto, los verdaderos Antros del negocio tienen puertas rotatorias y guardias de seguridad armados y muy foscos que te escudriñan, ¡manos arriba, entras en un banco!.

Saliendo de Síndagma hacia Omonia, nada más enfilar Panepistimiu (Universidad)-Venizelos, a la derecha, en el nº 12 está el Museo Numismático. Hace esquina con la calle Amerikís, por encima de la cual está Lykavitou, donde se encuentra la sede del EKEMEL, el organismo griego de traducción, que cuenta con una casa de la literatura en Lefkes, Paros, donde pasamos un mes de julio en compañía de un grupo de jóvenes traductores que, en equipo, trasladaban al castellano la novela de Ersi Sotiropulu, Zigzag entre naranjos amargos, que también habla de Atenas, publicada aquí por 451editores, autora a la que dedicaremos alguna entrada más adelante.

Pero no es de literatura de la que quiero hablar ahora sino de la verja del Museo de la moneda. Ya la vimos en nuestro bautizo ateniense del 86 y nos llamó la atención. El edificio que alberga la rica colección lleva el pomposo nombre de Palacio de Ilion (1881). Fue construido por el arquitecto alemán Ernst Ziller para el no menos pomposo arqueólogo de arqueólogos, Heinrich Schliemann, el descubridor-inventor de Troya y Micenas. Es  "de inspiración renacentista adaptada al espíritu neoclásico" de finales del  XIX.
No sé si la verja es contemporánea del edificio, pienso que sí. Y tratándose de alemanes, amantes del águila y la cosa imperial, no es extraña la cruz gamada, que es un símbolo anterior a la llegada de los nazis al poder.
Pero pensamos, ¿Qué importantes no se sentirían al verla el año 1941 cuando ocuparon la ciudad con todo su aparato militar? Y, sobre todo, sonreímos, jamoyelame, al comprobar la feliz confluencia  de la pasta y el fascismo. ¡El museo del dinero resguardado por esfinges y cruces gamadas!

¿Qué enigmas nos proponen las esfinges? Para empezar se trata de una imagen doble, otra vez el maniqueismo oriental, el budismo griego o Perséfone, la conciliación de los contrarios, otro caduceo mítico éste de esfinges, el mito de Edipo, Kolonaki está cerca... . Las doctrinas esotéricas y toda la pesca, la parafernalia mistérica de los brujos de pega, tan irrisorios como los jerarcas eclesiásticos de cualquier religión, y tan fascistas. Pero no por eso  la verja deja de ser lo que realmente se ve, la obra extraordinaria de un ferreru de altura. Un astista. ¿No serán de bronce?. El bronce que se pilla en las playas del Egeo. El bronce, en fin.

Las esfinges y sus enigmas descansan sobre las ruedas de la fortuna, los símbolos del movimiento y la renovación vital, Persefonis, sol y luna, cielo pero sobre todo para la mayoría infierno, el mudo furris que no para, ¡qué estréss! Hago un inciso. Traduje y titulé la foto de la pintada del ácrata en Alfabetos, Atenas -3,  MISOS TAKSIKO, como Odio clasista, lo que ya era temerario aquí que lo diferenciamos del odio De clase, al que creo que apela  en realidad el anarquista griego, el odio del proletariado a la burguesía, vamos. Pero de ninguna de las versiones estoy seguro, porque aún se me presentaba una tercera que me parecía más en consonancia con una reivindicación ácrata más amable, Odio la prisa. Cierro el inciso.  En la imagen, más que ruedas de la fortuna, son monedas directamente, al fin y al cabo también ruedan, el dinero circula, ya se sabe.

Otro cantar del enigma en curso, corriente, que corre, sería, ¿quién lo mueve?  Y la respuesta más sencilla, inocente y verdadera de toda verdad  es: el que lo tiene. Mucho palabraje pero, al final de la partida, sólo le salen las cuentas al que le sobra numerario, no le demos tantas vueltas a la moneda, a la economía, que  tampoco es un misterio para iniciados. Sólo que señores ilusionistas...¡la moneda está en el aire!..., hagan juego... .

Salud, yasas!

Skylorómiros.