martes, 27 de septiembre de 2011

Pintadas


Mi generación, y alguna más, creció con las pintadas del mayo francés del 68 e hizo la mili en los últimos años de Franco o en los primeros de la democracia. Vivimos el reinado de la pintada de la transición por excelencia, Amnistía y Libertad. Era una de las formas de protesta contra un sistema caduco y contra otro dictatorial, respectivamente.

Hay especialistas que tratan el tema y las pintadas no son de ahora. Se han encontrado en el interior de las pirámides, con caracteres geroglíficos, en los restos de un palacio asirio, en el ágora ateniense, en el foro romano y en el friso o la columna de un templo antiguo: El Faraón ni está ni se le espera, Asurbanipal la tiene corta, A Sócrates le va la marcha, Publio ama a Porcia o Byron estuvo aquí.


Plaka, Atenas 2011

Aparte de estas curiosidades históricas, reales o apócrifas, la pintada política se desarrolló en paralelo a la revolución industrial y conoció su apogeo con el auge del movimiento obrero. Las luchas nacionales, de independencia y las guerras coloniales fueron otros tantos caldos de cultivo  de este recurso de la acción directa y clandestina, en los siglos XIX y XX.

El contenido revolucionario o reivindicativo de las pintadas iba desde el netamente político de carácter universal, como Libertad, hasta el más localista y abstruso, Antonio, cabezón, saca las ovejas del salón, por ejemplo. Y de la broma de una noche de verano a jugarse la vida y, en algunos casos, perderla. Hay ejemplos estúpidos y trágicos en todo el mundo.  Por una simple frase idealista.
Recuerdo la pintada que da título a la traducción de la novela de Kazantzaki al castellano, El kapitán Mijalis, Libertad o muerte, que era todo un símbolo en un momento dramático en la lucha de Creta por su independencia de Turquía y que es también la clave de una de las historias más bonitas del libro.
Y las anticolonialistas de Argelia o las antiimperialistas de la propia América, la del norte y la latina.

Estábamos escuchando a Sisa y a Pau Riba, a Triana y a Kiko Veneno, después el Jim Dinamita de los Burning de la Elipa, al Morfi de la Banda Trapera del río, Besós?, y al rey del pollo frito, ¿dónde nació Ramoncín, Chamberí, Lavapiés...?, la primera generación del punk nasional. Luego vendrían Kaka de Luxe, Siniestro Total, Derribos Arias, Parálisis Permanente o Tapones Visente.

Escuchábabos bucha búsica porque érabos bás jóvenes y había una gran bovida, cobo ya se sabe.

Akadimias, Atenas 2011

Y en esto llegó el rap y las pintadas se llenaron de color. Los violadores del verso callejero, junto a sus bailes, sus pinturas y sus ropas holgadas. La cosa sigue y ahora es, además, un estilo, una moda y una línea de diseño para consumo de sus seguidores y forofos, que enseñan el raigañu´l´cul por prescripción facultativa. ¡Más cornás dan Alcatráz o Sing Sing!.

Ha quedado una buena música, que continúa en pie viva y atenta a la realidad y un estilo pictórico reconocible, también en activo, que ya forma parte del paisaje, entre otras cosas porque se expone gratis al aire libre.
Después de treinta años el grafiti ya entró en los museos y el Muro de Berlín se vendió a cachos, como memoria, como obra de arte o souvenir de coleccionistas millonarios. Pero los muros no desaparecieron y siguen levantándose otros nuevos. ¡Más pintura, esto es la guerra!

Ese sería un posible texto para una pintada parisina, cada loco con su tema.

Seguiremos. Salud.

Barbarómiros.