jueves, 13 de octubre de 2011

Casas -2


Grecia 2011

La construcción tradicional de piedra ya desapareció hace años y sólo quedan restos. Cuadras, corrales, trasteros, ruinas. En varios casos hubiera sido posible una recuperación total sin dar lugar a soluciones de muy poco gusto, al kitsch, o a  penosos descalabros, como se ven a veces.
Este corral de piedra de la zona, muy bien conservado, acabará por desaparecer. La idea de los pequeños adosados no es la de un esteta, y la de colocar en cada uno un tipo de piedra diferente revistiendo las fachadas, qué quieres que te diga, se me ocurrió que igual la pusieron queriendo imitar la de la cuadra.
Como no los tirarán vale más que los pinten de blanco, que contrasten con la piedra oscura del corral, se fijaría uno en él y los adosados pasarían desapercibidos, e incluso cuando falte éste lucirán mejor de otro color: si son capaces de copiar el azul de ese cielo, los pueden pintar de escaqueo, quedaría sólo el corral y el poste de madera de la luz. Lo malo entonces será cuando esté nublado. El que sepa que pruebe el efecto borrando los adosados, pero basta con imaginarlo. Y tampoco estamos abogando por una vuelta a las cavernas, aunque todo se andará.

Es seguro que fueron ideas de la familia que los ha ido levantando poco a poco, como es típico en Grecia. Se pueden ver detrás, al aire, los hierros del encofrado que soportarán la nueva altura, asunto que volveremos a tocar  en otro capítulo.
Por tanto, esa uniformidad en las alturas que respetaría la de la cuadra no será tal.
Y esos balconcillos que parecen piezas del Lego encajadas en un cubo, un elemento muy reciente, de los 60, aunque en Grecia es más antiguo, propio del chalet moderno sin imaginación y del que se encuentran varios ejemplos aquí y en otros lugares del país, lo acaba de estropear. Ese añadido balconil que corona los adosados es una defensa y permite usar la parte superior como una terraza, al modo cicládico. Es la solución más simplona y fea que encontraron, seguramente también la más economica, obviamente.

No han tirado el corral todavía porque les traerá recuerdos, pero deberían haber reflexionado algo mais, antes de cometer el delito. Quizá ni es suyo porque se ve una tela metálica que tal vez separe las dos propiedades. Y, además, no es cuestión de cebarnos en esto, es sólo un ejemplo y los hay mucho peores. Como la construcción de grandes mansiones con el dinero robado a los estados, en la inopia cuando se trata de defender el cocido común, pero muchos de cuyos miembros meten al bolso, stin chepi, la tajada, cerrando ojos, boca, nariz y oídos.  
La clase trabajadora tiene muy poco tiempo para instruirse y no cuenta con asesores arquitectónicos baratos. Ya curraron lo suyo levantándolo. Y el Estado, como aquí, pasa de todo y sólo interviene si hay mordida, no para ayudar. Es una pena. ¡¿A quién coño le importa un puto corral de papanattas!?.

Agii Apostoli 2011


En los remoces que se han llevado a cabo a lo largo de los años en algunas viviendas antiguas del núcleo del pueblo, se incorporan ya detalles decorativos que no siempre contemplaría la tradición, pero que tampoco se apartan de ella del todo y  no dañan la vista como el hormigón puro y duro.

También las modernas tratan de recrear esa atmósfera rústica que no es lo peor del estilo. Los remates de los aleros y la cumbre del tejado es un detalle muy viejo en Grecia que sigue renovándose. La coincidencia de tipos de roca  aquí y en Galicia, por ejemplo, y ese gusto por decorar el tejado con alguna figura, pináculo, veleta o gárgola es curiosa. Y varios modelos de casa macedonia, la de referencia en el Egeo norte, también incorporan algunos de estos elementos, aunque más austeros que los actuales y parecidos a los nuestros.

En la esquina superior de ese hueco, la escalera abierta de una casa de apartamentos,
 anidaron las golondrinas.
Eubea 2011

La piedra que se usaba en la construcción antigua, del lugar, venía a ser del tamaño de un ladrillo delgado, de color pardo oscuro y gris verdoso desbastados por el Meltemi, en muchos casos colocada sin argamasa, sobre todo en las dependencias auxiliares.
La roca  de las paredes era metamórfica o pizarra muy alterada y dura, y la cubierta de ésta última, en planchas más  grandes y delgadas.
En algunas de las pocas viviendas que quedan usaron también calibres mayores y formas irregulares sin mayor trabajo de cantería, pero con piedra autóctona. Ciertos muros actuales repiten ese esquema.

Los chalets han preferido la piedra estandar con cortes grandes y regulares al gusto moderno, y en las paredes que rodean esas propiedades se repite el estilo. El revestimiento de las cercas exteriores no es lo más frecuente, salvo en algunas de ladrillo y no se ve el bloque de cemento prefabricado como entre nosotros, aunque sí el hormigón.

A mí me gustan algunos detalles decorativistas, que parece que intentan quitar seriedad a estos  muros, aunque algunos incurran en el más inocente  naïf. No siempre lo consiguen pero te hacen sonreír y eso ya es algo. Y aquí usaron ese tipo de roca del lugar, asentada con cemento, por supuesto.

Pétrinos ilios, sol de pidra
Agioi Apostoli, Eubea 2011

En próximas entregas colocaré alguna foto más de estos muretes que, en muchos  casos, construyen los propios dueños, sintiéndose por momentos un poco albañiles, algo arquitectos y un pelín artistas, sin que el elemento deje de cumplir su función, que al fin y al cabo es lo primero que se persigue.

Hasta luego.
Yasas, salud!.

Barbarómiros.