viernes, 18 de noviembre de 2011

O Νίκος Παπάζογλου, Nikos Papázoglou


Oviedo, Asturias
Noviembre 2011

Νίκος Παπάζογλου


Físise o Bardaris kai kazárise
Hílios les kai telíosi o jimonas...

Sopla el Bardaris y limpia
Y el sol dice se terminó el invierno...


Cuando ya había pasado el invierno y soplado el Bardaris se nos fue Nikos, en el mes de Abril, con tan sólo 63 años, dejando tras de sí una carrera musical brillante y miles de seguidores en todo el mundo.

Es una apreciación personal, pero creo que después de la marcha de otro Nikos, Xyloúris, aún más joven, no había habido un duelo en la música griega de tal envergadura. Ni la del muy querido también y popular Kazantzidis dolió tanto, quizá porque Stelios era más mayor y uno se conforma mejor cuando el que se va cumplió una edad razonable para morir, si se pudiera hablar así.
Pero también porque Papazoglou consiguió aglutinar a un público de todas las edades, en especial el joven, en edad pero también de espíritu.

Muchos de los fans eran de su generación, pero a lo largo de los años logró lo más dificil, tener siempre a su lado, también, a los jóvenes. Era de los pocos cantantes que podía juntar en un concierto a nietos y abuelos.   
Pienso en varias razones para explicar esto.

En primer lugar su voz cálida y sus preciosas canciones de amor, interpretadas con emoción, cercanía,  y cierta languidez sin llegar nunca al baboso gemido de los extreñidos del purito amor. Esa tristeza de sus canciones nos habla en realidad del desamor, de la pérdida o el abandono, de la derrota. 


Tanto esta canción, Augoustos (en Xaratsi), como la 1ª, Físise o Bardaris (en Meso nefon), suyas música y letra, terminan en palabras que remiten al fracaso. Me llamó la atención antes incluso de saber de qué hablaban, porque fueron mis preferidas, y quizá lo siguen siendo... Agosto acaba en Kakó, malo, y O Bardaris en krio, frío.
Eso me pareció significativo, además del tono musical de ambas, el de la melancolía griega. 

En segundo lugar fue un músico que participó en el disco que abrió nuevas perpectivas a la música griega, incorporando los ritmos e instrumentos que los tiempos del rock pedían, rompiendo un poco con la anquilosada escena de la corrección musical posterior a los cogoneles, pero sin renunciar a la tradición griega.
Ese disco era del compositor Nikos Xydakis, I ekdikisi tis gyftiás, La vengaza de los gitanos (1978).

Pero, además de Xydakis, supo rodearse de un plantel extraordinario de autores y músicos. Manolis Rasoúlis, Orfeas Peridis, Takis Simota, Yorgos Zikas... . Y por su estudio de grabación  pasaron algunos de los mejores intérpretes de la música tesalonicense y nacional.


Lemoni stin portokalia, Limón entre naranjos, de Alayanni y Rasoúlis. En Xaratsi.

Dejó media docena de discos propios con sus canciones o en colaboración con los autores mencionados, además de sus trabajos en otras obras.
Jaratsi (Xaratsi 1984), Meso Nefon, Nubes contínuas (1986), Sinerga, Herramientas (1990), de los que hemos mamado como la mayoría de los griegos.
Y los tres siguientes los hemos ido escuchando en recopilatorios y en el Deftero programma de la radiotelevisión helena.
Epitopios ichografisis sto theatro tou Likabitu (1991), en directo en Likabitos, Otan kindinisis paikse tin puruda y Ma issa selini (2005). 


Baria balitsa, Pesada maleta, de Sinerga, es un zembékiko de Baso Allayianni con letra de Rasoúlis.

Terminaré con una de Orfeas Peridis de ese mismo disco.
A Rasoúlis y a Peridis los vimos en un concierto en Halkida en agosto del pasado 2010, os lo hemos contado. Yo saludé a Peridis y la mi morena habló con Rasoúlis, cuya muerte inesperada este invierno en Tesalónika nos produjo una gran tristeza.
Y en abril llegaría el segundo palo musical del año, éste de Nikos más fuerte si cabe, aunque esperado por la enfermedad que padecía, al parecer un tumor cerebral sin solución.

Geia sas yia oloi, salud a todos!

La canción se titula Fevgo, Marcho.


Kaló taksidi, Niko, palìcaré mas!


Ramiro Rodríguez Prada.