sábado, 10 de diciembre de 2011

¡Pobres banqueros!


Morros de cerdo

¡Tiene tánta gelatina, tánto moco el morro del cerdo, que es una delicia en la boca, tierno, jugosín, carnosillo, meloso!
No puede faltar en un cocido con fundamento, como el maragato por ejemplo. Y no le estorba al botillo, todo lo contrario, lo ablanda un poco y sirve, con la lengua, de contrapunto a la carne del espinazo, entripada con hueso incluído.

No avanzo nada con esta parte mecánica del blog. Y cada dos por tres tengo problemas, el fin de semana con una nueva interfaz que no me gustaba, pero que no llegué a usar ya que no sabía cómo hacerlo, ni tampoco regresar a la antigua, lo que era peor porque no podía hacer nada. Y en Geotropía me pasó lo mismo ya desde el domingo.
Anteayer y ayer otra bronca con la forma en que se presenta el texto. No me permitía alinear lo escrito por la izquierda con este formato, y no hubo manera.

¡Mucho esfociqué hasta las 4 de la mañana!

¡Yo que sé, seguro que es mi ignorancia pero me desespero y creo, cotólicamente, que toda la culpa la tiene Emilio el Botines!. Mejor, llegado el caso, señalar al enemigo. Es por descargar pecadillos personales, veniales, ahora que no hay confesión. ¡Qué jodíos semos!
Ya digo, si chapotamos en la cortea, que se empuerquen los millonarios, ellos cambian de vestuario cada temporada.

Leí algo a propósito de esto, sobre la conversión de los banqueros, y sus lacayos los políticos añado yo si no lo decía también el articulista, en cabezas de turco, en chivos expiatorios de la crisis. Y es cierto, pero no me negaréis que mucha cara de víctimas no tienen, sobre todo si la comparamos con millones de rostros famélicos de verdad.

¡Pobrecitos banqueros, no hay derecho! La piedad cristiana y budista nos embarga. No linchemos a ningún ciudadano que es un acto bárbaro. Mejor sigamos quemando pordioseros ya que la hoguera parece no extinguirse, ¿o arde gracias a sus cuerpos?. ¡El rayo que no cesa!, je, je, ¡ay!...

En el fondo del artículo creo que buceaba, otra vez, el falso argumento democrático de que como un ciudadano es un voto eso nos iguala ante la crisis y ante el mundo, es decir la democratización de las responsabilidades. Tanto vale un desfalco millonario como el robo de una gallina, porque somos iguales ante la ley. Como todos pecamos al infierno con todos.
Burdas falacias. Entre otras descaradas, ésta: ellos están en el paraíso y ahí seguirán. Incluso lo representan a diario, a mayor gloria de su mitología y de los acólitos practicantes, que son mayoría en las urnas. Salen a diario en los programas teleobsesivos, en la prensa del corazón y otras pamemas "para el culto", como tituló Gloria Berrocal uno de sus programas en Radio 3 en los 90.

Ni la culpa ni el castigo son democráticos de hecho. Con todo carga la mayoría menos responsable de la situación.

¡Quién viera al Botines, al Gonçales del VVB y a otros, en la cola del paro los lunes a la sombra!

¿Que los banqueros son necesarios?. Sí, la tuberculosis también, será cosa de la ecología. Pero los que tienen cavernas en los pulmones tosen que se joden y no es de risa.

Milito el desorejado

Los pobres especuladores, que es como decir los tristes puercos, guarros de suyo, son víctimas sólo porque a todo cerdo le llega al fin su San Martín.
Pero son longevos, así que pueden ejercer su gochería muchos años. Si pierden media oreja es por pelear para estar delante en el comedero de la pocilga, no para beneficiar a la piara.
Es una casta torva, turbia y voraz en todo semejante a la nuestra. Estarán en primera línea dada su brutalidad y primitivismo pero no dejan de ser el Cromagnon de la especie.

¡Y siguen refiriéndose a países, a naciones, echando mano del nacionalismo y las fronteras, griegas, españolas, italianas o europedas, para hablar del dinero y de la ruina!¡Como si Milito sólo coleccionara euros con la efigie del Bogbón!.
Cada cerdo come la misma mierda, llámale pienso, pero en distinta cochiquera. Sin embargo todos rutiamos o eructamos, en el mismo idioma.
¿¡Pero qué cuentu ye esti!?.

¿Culpables, responsables?. Sin duda. A la que no vemos actuar es a la justicia, ¿democrática?, que sólo desahucia a gente indefensa. Mientras los buitres, disfrazados de jamón ibérico exportable, se llevan la carnaza a sus edenes fiscales.

Hemos asistido ya con la boca abierta de asombro a dos golpes de estado, en Grecia e Italia, a la vista del todo el mundo y con toda suerte de parabienes. Si no ha sucedido lo mismo en otros como éste, es porque los nuestros son chicos aplicados a la hora de hacer los deberes y administrar las recetas que les dictan. ¡Si hasta el propio lenguaje que utilizan para referirse a sus medidas, políticas no tienen, es un escándalo!

La etiqueta es de embutidos, Chorizos culares, pero ya expliqué a qué clase de ellos nos referimos. No hace falta además ser un lince para pillarlo, es por joder. Y, naturalmente, las consideraciones en torno al gochu son parte del cuento.
Aunque también entripamos carne de vaca, picada y adobada como la del marrano, y hasta de caballo, no cabe duda de que el rey de los culares es el gorrino. Por mucha piel de cordero o de chivo que vista.

Seguiremos embutiendo

Salud.

Skylorómiros.

P.D. Rebétiko. Giorgos Moufloutzelis, autor de la música e intérprete. O trelakias, El locatis, traducción libre. Letra de Nikos Mazesis, que tenía ese mote. Pero bastante menos loco que Milín, el de los Botines del Sartasnden.

http://www.youtube.com/watch?v=2MzlcmYkAAc&feature=related

Vale.