miércoles, 14 de diciembre de 2011

Escenario con asientos


La condesa
León, otoño 2011

Aprovechando que el Bernesga pasa por León y pertenece a la cuenca del Duero como el Tuerto y el Turienzo, que andamos redundando estos días en patrias chicas, las murias de Morales, la tonada asturiana y las currucas pardas que se crían en el noroeste, voy a enviarle tres instantáneas al Mirlo rubio, la canora Aedensis leonina.

Ya quedan menos rastros del otoño en Asturias que anda más remiso en desaparecer. Está como estaba León a mediados de noviembre, pero aquí, en este paseo paralelo y vecino del río había más verdor.
El que vemos es un pequeño escenario en plena Condesa donde se han representado algunas obras de teatro al aire libre, para niños y todos los públicos, en los raros festivales del género.

¿No tocaron aquí los Deicidas de Zapico en una velada íntima soñada tal vez? Pues nunca es tarde. Ahora que nos den..., música country como cantaba Faraco.

Tal como está tiene todos los ingredientes preparados para que la función dé comienzo. Hasta la papelera ocupa su lugar en la esquina. Sólo faltan los actores, los títeres, la Bruja, el Karagiosis..., y la música.
Aquí volvería a cuadrar el Benvinguts del Sisa con ese vídeo tan guapo de sombras chinescas o recortables, como gustéis, pero ya lo subimos para ilustrar el rock catalá.

No obstante siempre nos gustó, mucho también, la Romántica Banda Local. Éste es un buen Intro para una función de la Barraca o de cualquier otra compañía ambulante que pueda montar su teatrillo y su función en un escenario semejante.

¡Popo pipi, popo pipi, popo pipi popopó,
popo pipi, popo pipi, popo pipi popopó!

De su segundo disco, Pan con membrillo, Esto es una farsa:


Diálogo de sordos
León 2011

Esto es una farsa más que una comedia
página muy seria de la histeria musical
Sueños de Princesa, vicios de Gitano
pueden en su mano acariciar la verdad
    (la verdad...)
¡Y por nosotros, pues, que no quede
 si alguien se quiere
 enamoraa arrr!...

Así ye (en efecto), y que viva la fantasía.

Vemos a las sillas tan solas y abandonadas, tan ensimismadas que, siendo idénticas, no parece haber entre ellas nada en común como no sea el suelo. El puto suelo y su condición de asientos. A pesar de estar muy alineadas la perspectiva las hace parecer ajenas, a lo suyo, una mira a su derecha y la otra a su izquierda.
Comparten también telón de fondo del que distan menos que el espacio que las separa a ellas. Pero dicho esto, ¿quién se daría cuenta si las cambiáramos de sitio?, cada una en el lugar de la otra.

Algo así es el diálogo y la comunicación, cada cual en el lugar del otro. Sólo así es posible una amplia comprensión y entendimiento.

El diálogo puede darse sin que nadie deba dejar su sitio, pero la transacción será más pobre, como intercambiar banderines sin jugar el partido.
El más común, la confrontación de posiciones, puede aclarar al otro las propias ideas pero se cierra a la pespectiva del opuesto. Me explico: no es lo mismo un paisaje que alguien te describe que verlo por ti mismo. Esa falta de sintonía desemboca a menudo en la discusión y a veces en la bronca.

El diálogo de sordos es el extremo de esa escena, dos monólogos excéntricos. Cada uno habla para sí, saliendo por peteneras en direcciones distintas, usando incluso otro idioma y dirigiéndose a públicos diferentes.
Dos representaciones simultáneas que, con suerte, dividen y con más frecuencia enturbian el entendimiento de los actores y del público, convertidas ya en guirigay. El texto es el contexto y el mensaje la forma. Y no hay más.
Vale como experimento, el movimiento es consustancial al teatro hasta cuando los actores hacen de don Tancredo toda la obra, aunque es difícil soportar por mucho tiempo la fuga dadaísta al útero perfecto, redondo como el argumento ininteligible del sordo de entendederas. Tiene orejas para las razones ajenas pero no presta oído, sólo a su propia barbulla.

Hasta podemos precindir de los actores, con las sugerencias del escenario y una banda sonora basta. Ésta puede ser grabada del sonido ambiente, de las conversaciones, y trasladada al escenario de inmediato para que los espectadores escuchen su propia algarabía. Barato barato.


Por las solateras
 León, noviembre 2011

Sabemos, por otra parte, que nadie juega un partido en campo contrario traicionando a su equipo o, lo que es lo mismo, nadie puede ponerse realmente en el lugar del otro. A menos, claro está, que uno de los contrincantes decida retirarse y jalear al contrario, en cuyo caso desaparece también el juego, el diálogo, y daremos en el Monólogo con pelota.

Así pues hablamos en el lenguaje metafórico de la poesía y... por nosotros que no quede si alguien se quiere enamorar. Comunicación y encuentro cuerpo a cuerpo.
O desencuentro, con el que pasamos al penúltimo cuadro de la representación.
Esta vez llamaremos en nuestro auxilio a Moncho Alpuente y los Kwai. De su disco Souvenir (1980), resulta evidente que te has ido...

Adiós muñeca:

http://www.youtube.com/watch?v=X4IRWjHDxjY&feature=related

Los platos se apilan sobre el fregadero
te llevaste la radio, la maleta de cuero
y además te olvidaste de pagar al casero...

Y están por fin "las solateras de los confines propios", dicho en arameo, esto es, el monólogo, con o sin público, y el pensamiento. Éste podrá tener la forma de diálogo y hasta de asamblea abierta, pero siempre será el monólogo de la soledad.

Empecé queriendo compartir con la curruca Aedensis un escenario conocido por donde puede corretear alguna vez la Popa y acabé hablando de teatro.

El público abandona el lugar poco a poco.

¡Hay que ver al Rubio en el centro de la escena con los ojos de la imaginación, ahora que terminó la función, recogiendo los excrementos de la perra y depositándolos con mimo en la papelera!

Hasta otra.

Salud y mucha mierda.

Skylorómiros.

P.D. Pero, como a todo buen fraile, las tentaciones de los postres me vencen y éste lo vale. Otro colega de Moncho Alpuente, Javier Krahe, de varón rampante, anda a vueltas con el mismo problema detrás de un huevo frito y la maleta, ¿qué tendrá la maleta?.

¿Dónde se habrá metido esta mujer?:

http://www.youtube.com/watch?v=UBJyWvdNtfY&feature=related

¡Pero bueno, si falta una maleta,
la de piel, para colmo la de piel!

Besos.

 P.D. 2. Cuentan de la Merkel que abandonó a su primer compañero en Berlín aprovechando una ausencia de éste. Ángela se fue sin llevarse nada, sólo la nevera. ¿A cuestas? Disciplina alemana. 

¡Ayyyy!