lunes, 29 de octubre de 2012

Η Κρήτη, Creta -5. Ανώγεια, Anogeia


Esperando el amanecer
Grecia, verano 2012
 
El Anábasis de un peregrino laico


Η ανάβαση προς Ανώγεια. La subida a Anoyia.

De Arkadi salimos escopetaos empezando a oscurecer. No serían más allá de las siete de la tarde y calculábamos sobre el mapa una hora para llegar a Anogeia.

Aquí podemos ver a Nikos Xilouris en su elemento, el burro, las montañas, los caminos de Anoyia, la cal, el laúd y la lira en una grabación para la televisión. Ni la imagen ni el sonido son de buena calidad pero merece la pena ver el escenario y el vestuario de los 70 que calza Nikos.

Νίκος Ξυλούρης. Αρισμαροβιτσόβεργα (Aναγιριζω Tο Sτενο). Kontiliés.
 

Eso hubiéramos tardado de no habernos perdido. Queríamos ir por carreteras secundarias lo más pegados posible a la vertiente norte del Psiloritis. Lo hicimos durante la primera media hora, mientras quedaba algo de luz y había gente por las calles de los pueblos para preguntar. En uno de ellos, algo mayor, ya no recuerdo el nombre, unos rapaces nos bacilaron un poco con la dirección y fuimos a parar al mar, por una mejor carretera, perdiendo completamente la ruta.

Quizá fue lo mejor, porque nos hubiéramos perdido de todos modos más pronto o más tarde. Las carreteras, siempre estrechísimas y con desniveles y curvas espantosas, estaban sin señalizar, ni un letrero en un cruce ambiguo de cuatro direcciones con el mismo asfalto bacheado hasta el colmo.
 
Λουδοβίκος των Ανωγείων. Κανταδα στην Αρετούσα.
 

¿Cuál suele ser la dirección que tomas en un caso asín? ¡De frente! Hasta que de pronto llegas a otra encrucijada donde las tres vías que se te ofrecen están sin asfaltar. Noche oscura, no circula un solo coche, no hay nadie. ¿Qué haces, das la vuelta en esa carretera (mira ahí abajo...), regresas al cruce precedente y echas a suertes cuál coges ahora?

Después de parar a tomar un café en un chiringuito cerca del mar, de volver a informarnos, y al poco de dejarlo a nuestra espalda e internarnos en la montaña, nos metimos en esa harina que acabo de describir en el punto anterior.

A todo eso hay que sumar la tensión en el interior del vehículo. El pequeño se mareaba mucho en todas partes y a la hora de la salida de Arkadi empezó a tener problemas, era el tiempo que íbamos a pasar en el coche en principio. Pero todavía estaríamos otro tanto y más.

Στίχοι: Βιτσέντζος Κορνάρος. Μουσική: Λουδοβίκος των Ανωγείων
Λουδοβίκος των Ανωγείων. Oόρκος της Αρετούσας.

Sabíamos que no estábamos a más de diez kilómetros de Anogia pero no había manera de acertar con la ruta buena.
Fuimos a dar alguna otra vez a caminos de tierra con unos baches inconmesurables, y en un cruce al final de un puerto del calibre del Angliru, totalmente perdido, paré porque el pequeño vomitaba, el mayor lloraba, yo tremolaba y la mi morena no sabía qué hacer para calmarnos.

Llevaríamos tres minutos parados en aquella encrucijada cuando vi venir de frente los faros de un coche. Uno de la media docena que nos cruzamos en dos horas y pico. Casi me planté en medio de la carretera agitando los brazos.

El que venía paró para no atropellarme pero, nada más que me retiré para acercarme a la ventanilla y preguntar por la carretera de Anoyia, arrancó como alma que lleva el diablo sin darme tiempo a abrir la boca. Creo que es el único gesto insolidario que recibimos de Creta, quizá eran turistas como nosotros, perdidos también. La morena de mi copla se reía diciendo, ¡Se asustaron, sales a la carretera moviendo los brazos, ven a un niño vomitando en la cuneta, al otro llorando, es de noche!...

Vitsenzos Kornaros, Λουδοβίκος των Ανωγείων. Ερωτόκριτος.

Grecia 2012

Tenía razón la morena pero yo estaba que me llevaba dios. Tiramos y paramos en el siguiente pueblo. Casi todas eran aldeas minúsculas donde no se veía más que un par de luces mortecinas y ni una sola en la docena de casas del caserío. Todo cerrado a cal y canto. Por supuesto ninguna persona a la vista. Allí fue una camioneta que pasaba la que paró y nos indicó la ruta a seguir.

Era un camino de tierra de los de ir en primera si no querías romper un palier, el del camioneto nos había dicho que sólo eran un par de kilómetros y que después ya había asfalto, iba delante en la misma dirección echándonos encima oleadas de polvo hasta que ralentizamos la marcha y se alejó. Al final había asfalto y una bifurcación sin señalizar de la que no nos habló el muy pillo.Yo pensaba también que Akis no nos había allanado el camino lo bastante, o no presté suficiente atención...

Cogimos el de la derecha, hacia el Psiloritis pensábamos nosotros. Pero ¡cá!, al cabo de diez minutos nos dimos cuenta de que la carretera se empinaba sí, pero empeoraba el firme hasta terminar en una trocha. Aquello no tenía trazas de ir a ningún sitio.

Vitsenzos Kornaros, Νίκος Ξυλούρης. Ερωτόκριτος.

Seguimos no obstante hacia delante, pensando ya que todos los caminos conducen a Roma o a la nada, depende, y fuimos a parar a otra de aquellas aldeas.
Allí vimos una luz en una casa a la orilla del camino. Esta vez bajó la mi morena a preguntar. Llamó a la puerta y tardaron en responder, pero al fin apareció un hombre en el umbral. Nosotros tres estábamos, a perro puesto en el coche, observando la escena escasamente iluminada por una luz muy tenue procedente del pasillo de la casa.

Nos llegaban sonidos apagados pero no podíamos escuchar lo que hablaban.Veía que el hombre gesticulaba mucho y la mi morena que se llevaba la mano a los labios como para reflexionar mientras se los mordía, costumbre suya, esto lo adivinaba yo. En un momento el paisano salió del umbral y se acercó al lateral de la casa para indicarle con el brazo unas luces muy débiles que se veían al otro lado de lo que parecía ser un profundo valle como los que veníamos cruzando. La noche era oscura como un judas ciego.

A juzgar por el tiempo que llevó, la explicación debía de ser muy completa. La morena regresó y arreamos, ¡De frente, todo seguido! Prao, prao!, como dicen en Yogoslavia entera (aunque ya no exista...)

Kornaros. Ψαραντωνης, lyra & Gιοργος Ξυλούρης, laúd y voz.  Ερωτόκριτος.

¡Era mudo, el hombre era mudo! Aggg, Panayííítsaaaaa mouuúúú!!...

Anoyia estaba a tres kilómetros de allí, eran aquellas luces de la ladera de enfrente. Llegamos poco después de la 9 pero yo tenía la sensación de que eran las doce de la noche por lo menos, habían pasado poco más de dos horas desde que habíamos salido de Arkadi, ¡jamás un viaje tan corto me había cundido tanto! Ni el que me dio en su máquina Yorgos con Popy este verano.

La hermana de Psarandonis estaba cerrando la casita museo de su hermano Nikos Xiloúris, una capillina, un oratorio para postulantes laicos como yo, cuando llegamos a la placita blanca, encalada, con la estatua de un antepasado heroico de la familia en el centro. Volvió a entrar, nos sentamos y nos invitó a unas olivas y a un tsikoudiá. Brindamos, intercambiamos algunos piropos a nuestro querido Nikos y tarareé con ella los primeros compases de ese poema tan triste de Miris con música de Markópulos sobre la lejana, perdida y añorada Aivalí, la Aivalik turca.

Στίχοι: Κ. Χ. Μύρης. Μουσική (y piano en esta grabación): Γιάννης Μαρκόπουλος.
Voz, Νίκος Ξυλούρης, Nikos Χilouris. Χίλια μύρια κύματα (Jilia myria kymata makriá t' Aivalí).
 Cien mil olas lejos de Aivalí. 
 

En fin, magnífica vendedora, salimos de allí con un par de pañuelos negros típicos del pueblo, unos CDs de Nikos y unas estampas del santu. Además nos dirigió hacia la taberna de otro Xiloúris donde cenamos estupendamente, y dejó apalabrada la pensión de un tercer familiar en cuya casa dormimos, en una habitación fría y desangelada donde tuvimos que darnos calor humano, ¡estos montañeses ni mantas usan!
Estábamos en uno de los pueblos más altos del Psiloritis, a 800 metros, a mediados de septiembre, y yo soy friolero, carajo, el hombro se quejó esa noche de eso y... de las milenta curvas anteriores!.

Me ha salido un poco largo el relato, pero acabo. Estando ahora en el corazón de Creta, lo he querido ilustrar musicalmente con varias versiones del Erotókritos de Vitsensos Kornaros, el poema amoroso más importante de la isla, cada cantante popular, casi cada cretense tiene su versión, algunos como los de hoy, de los músicos más conocidos, varias. Los dos primeros temas de Ludovikos tratan también de ese gigantesco poema, grande por su longitud como por su belleza.

Kornaros, Ψαραντώνης.  Ερωτόκριτος.
 

Inabarcable, interminable Creta...
 
Υγεία, Salud! 
 
Μπαρμπαρόμηρος, Barbarómiros.  
 
P. D. Los pastores, las ovejas y las cabañas de Anoyia en el Psiloritis:
 
 
ra

19 comentarios:

  1. Menuda historieta, es genial. Lo malo es que me veo yo por allí y todavía estoy perdido. Menudo curro me has puesto con las canciones. Bueno, paso a comentarlas:
    1º -A este en Creta la llamarán Julio Iglesias, con burro pero igual. ¿El burro será la Prisli?
    2º - Mira, otro español, Víctor Manuel. Por cierto precioso el sonido de la… ¿lira?
    3º - Muy bonita, sí señor.
    4º - Víctor Manuel cantando una canción medieval. Le falta la armadura.
    5º - ¿Este no es el Julio Iglesias del principio?. Ana y tú me vais por el comentario, pero me suena Turca.
    6º - Otra preciosa.
    7º - A mí que no me fastidien, al de las barbas le cambias la lira por una guitarra española y me lo sientas en un tablao y compite con el cigala.
    Puede ser que, después de esta evaluación de tu “jipparede”, no vuelvas a hablarme, pero ya sabes que no me sé contener.
    Un besito
    Viriato

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  2. El viaje no duró más de dos horas y media, pero te aseguro que entonces no me reía, menos mal que la mi morena es el ángel de la guarda.
    Aunque ya veo que vas de guasa, respondo:

    1. Nikos murió de cáncer hace unos años. Persona comprometida con la izquierda en años difíciles. Nada que ver con el Catedrales. Heredó el título del Ruiseñor de Creta, que ha pasado de uno a otro grande, como la llave de oro del flamenco. Música populás! Las Kontiliés son letras improvisadas, las que más me gustan.
    2. Mucho más durse que Víctor, pero sí en la onda romántica. Me parece un violín, si te refieres al que abre la canción. Pero podría ser, suena viejo.
    3. Es pura miel Ludovikos.
    4. El sonido de la música bizantina que varios cantautores han dinamizado los últimos años. Se parece, también yo lo creo, a nuestra música medieval y renacentista, al fin y al cabo fueron contemporáneas, y Bizancio fue una inspiración para el Renacimiento italiano en varios campos. Entre ellos la mística. Y el erotókritos es un poema del XVII.
    5. Sí, aquí tendemos a calificar de turco todo lo que no es netamente occidental, pero ya sabes que el Oriente no es uno solo, sino muchos con mucho en común. Me hace gracia oir lo mismo sobre la comida, cuando los turcos eran un pueblo nómada sin cultura culinaria, la adquirieron, entre otros, de los griegos.
    6. Aivalí está en Asia Menor, es una canción de los refugiados griegos. Morriña terrible, "mavra psaria", peces muertos, dice la canción...
    7. Andonis Xilúris, hermano de Nikos, un mohtruo. Más que competir se echarían un cantesito, pero Psarandonis de cabal aunque sólo fuera por edad.
    Todos los músicos son de Anoyia.

    Buen día y filakia polá!

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    1. ...se me olvidaba, lo es, lo es!, la prisli, digo.
      Ade, yasu.

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    2. ...y mavra psaria son peces negros, no muertos, aunque lo estaban también...

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    3. Ay, ay. Que con lo de la cocina no estoy de acuerdo. Y ya sabes que no soy pro-otomana. Eran nómadas pero venían invadiendo pueblos muy cultos; quizás copiaron de los griegos, pero te aseguro que los mejoraron, pues no he visto cocina tan exquisita.
      En la peli "Un toque de canela", el protagonista, cocinero de Stin poli dice que la cocina griega es como la turca pero con el cocinero que ha salido corriendo antes de acabar.
      Y a Viriato, no le hagas caso, mi música tampoco le gusta.

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    4. No hay peor enemigo de Grecia que un griego, ¿el cocinero era turco? Los escritores griegos, como los turcos, que no son nada dados a hacerle justicia a Grecia, al contrario que los griegos, hablan de las cocineras y de la comida griega, en la Poli griega y en la Istambul turca. Entérate de quién llevaba la intendencia, las despensas y los fogones entre las ricas familias otomanas, incluídas las de algunos Sultanes, antes de la moda francesa y después.
      No hablo de lo que comen los sibaritas turcos porque no lo sé, la comida proletaria es prácticamente la misma, mejoran algunas cosas otras nada. Tienen productos excepcionales, como la fruta, las verduras, el pescao o las especias, pero la mayoría come peor y menos, la riqueza está muy poco repartida y son legión. Es lo que me pareció ver.

      Yo tengo la impresión, y lo digo porque me pasó a mí, que Turquía sí ejerce sobre nosotros la fascinación del Oriente mítico mucho más que Grecia. Pero la realidad no era tan bucólica como nos imaginábamos, ni siquiera exótica, ¡todo el mundo había trabajado, o tenía familiares o amigos en Alemania!
      Hemos estado tres veces, en los 80 y 90, la primera con coche 40 días por el sur y el interior, dentro y fuera de los circuitos turísticos, hasta Capadocia y vuelta por el Mar Negro. Es muy difícil comer otra cosa que la comida nacional para turistas que sirven en Estambul, Esmirna, Konya o Zonguldak, que es muy sabrosa y parecida a la griega, pero para mí no la mejora.
      Lo que me enamora, entre otras cosas, es su pan de pita, grande, inflado, que ellos llaman pide, hasta los nombres son gemelos.
      Y nos gustó mucho la gente, sencillos, muy hospitalarios, de entrada más que los griegos, de salida menos. En fin, todos los vecinos nos parecemos.

      Creo que sí le gustó a César, pero le mola putear, sin inquina, al bloguero.

      Besos!

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    5. ¡Ya he "ligao"! Pensé al leer la última frase de tu respuesta a Ana, pero... ¡Hay! Lo que pasa cuando se lee con faltas. Entendí gusto, donde debí leer gustó. ¿Y yo que pensé que me había echado un novio en Oviedo?
      Y ahora mi respuesta. La música griega que subís Ana y tú no consigo que me entre. Puede ser que al no comprender la letra, solo me quede la armonía, demasiado secuencial y repetitiva para mis cortas entendederas (soy un hijo del pop). Pero todo se andará. Seguid poniéndola, ya que si por mi contento, al hablar de Grecia, lo adornáis con canciones de los Beatles, va a quedar un poco raro.
      Un besito
      Viriato

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    6. Bienvenido, también yo soy hijo del rockandroll.
      Los griegos siempre me engancharon por la oreja, el sonido del idioma, la música, la melodía. No entiendo lo que dicen la mayoría de las canciones, puedo captar palabras, alguna frase, incluso a veces el sentido, pero a no ser las conocidas no me entero de casi nada. Y además los cretenses hablan un dialecto, o los rebetes un argot que ni algunos griegos saben traducir bien. Como en muchas coplas flamencas. Me guío también por el título, por los estilos musicales, que distingo bastante mejor: si es nisiótika sé que hablarán de la mar, y de los marineros o pescadores, etc.
      No te preocupes y déjate guiar por la emoción cuando la sientas, aunque te equivoques, sólo es música.

      Besos!

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  3. ¡Menuda clase magistral! Ya no te voy a poder decir nada de tus canciones. Pero es cierto (y lo pensé después de dar a intro, debía releer lo que pongo algunas veces)que en occidente de aquí, tendemos a tachar lo de oriente de allá, no existiendo una frontera clara que no sea la de las banderas. Y además (esto es una opinión mía) tengo la sensación que a las músicas del mediterráneo le unen muchos lazos unas con otras, cosa normal ya que nos llevamos mezclando desde el principio de los tiempos. La música Griega, Turca, Tunecina,(lee toda la costa meridional Mediterránea) la Siciliana, Portuguesa (una de las que has puesto me recordaba a un fado) del sur de España... ¿No recuerdan a grandes rasgos unas a otras?. Me puedes tirar un ladrillo, como ves me tiro a la piscina con mucha facilidad. Y otra cosa ¡Qué envidia me dais sabiendo Griego!
    Outro bico

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    1. ¡De magistral nada, sólo soy un colgao de Grecia!
      No te hagas el inocente, anda, que sólo lo hacías pa provocar. Totalmente de acuerdo con tu recorrido y conclusión musical sobre el Mediterráneo y aledaños.

      ¡Mi griego es penoso y apenas avanza de un año a otro!, yo lo califico de skyládiko, perruno, el estilo musical "pachanga" a la griega. Los griegos se ríen y dicen que no, que hablo bien, pero es cortesía, lo sé, lo agradecen una barbaridad. Pero, a diferencia de otros más callados, yo hablo por los codos, literal, pa sobrar! (y por las manos, agarro, toco, achucho..., soy masajista antes que cocineru, con quiro delante, mano, desde el 74). Me avergüenzo de no hablarlo bien después de los años porque es precioso, pero no tengo voluntad para estudiar como la morena de mi copla.

      Y aínda mais!

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  4. Te digo la verdad, al hacerseme tan larga y tan krítika tu historía, acabé decantándome por los vínculos musicales, en especial Ludovikos Psilourikos. Pero mañana, despechado, la acometeré ramirón...

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    1. Buenas noches, Lu. Al principio ponía una o dos canciones, pero como pensé que se podía optar por lo que tú has hecho, desde que aprendí a subirlas sin copiar letra a letra, ¡de risa!, pongo todas las que puedo. El que quiera que pinche y se pierda si le apetece y el que no que pase y siga leyendo, al gusto. Y esta noche no tengo entrada, puedes terminar mañana.

      Besos a los cuatro, a ver si hablamos.
      ramiro el monje

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    2. Muscho de que hablar, cosmopaletós. No sé por cuál empezar. Kriti, creo yo, es como un pirineo en el mar, un mundo emergido. Skliri patrida...

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  5. Sí señor, ¡Sklirí!, duros, decía también de los cretenses, apretando el puño, un veterinario que conocimos en el Peloponeso y cuyos padres habían emigrado de Sfakiá cuando él era un niño. Un mundo, tú lo has dicho.
    Hablando de paletós, recuerdas aquella de, ¡Cuandooo Fernandooo sétimoo/usabaa paletóóó/paletóóó/usabaa paletóóó!!!...

    Abraços!

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  6. No me quedé tranquilo con la respuesta a Ana sobre la comida, todo el día rumiándola. En primer lugar porque no debería haber entrado en la calidad de las dos cocinas, sólo quería defender que la griega era más antigua y había sido maestra más que alumna.
    Pero, ya metido, no fui justo con ella, ni con los turcos despachándo su comida actual sólo con la mención a sus excelentes productos, o al pide. También pienso que los turcos son más curiosos que los griegos presentando sus comidas en el plato, hasta las más humildes, tienen gusto: un poco de cordero, algo de arroz, un pocillo de yogurt, un trozo de tomate y unas ramas de perejil como ensalada, y el pide... . Nada más hay que ver lo curiosos y cuidadosos que son con el pescado, la fruta y las verduras; los mercados turcos son una maravilla en Estambul, en Izmir o en Ankara, y en cualquier ciudad.
    Y son más variados en las ofertas de platos, sus cartas mejor surtidas, y en ellas siempre hay guisos. Hablo de los restaurantes al público, no de lo que se come en las casas. Miman al cliente. Los griegos cuidan poco las formas y con frecuencia son muy chambones.
    Otra cosa que ayuda es que son más rituales, y el té recibe, reúne, convoca, acerca, alimenta, coloca, muy presente siempre, ¡aunque no comas!
    En su contra algunas esperas eternas, más que en Grecia, que ya es decir, y el vino, poco y en general no muy bueno. Los que beben prefieren rakí con agua, leche de león, como algunos griegos.
    Sigo sin querer entrar en la calidad, ni en vicios nacionales mayores de ambos, yo lo dejaría en empate.

    Haya paz, kapetánissa!

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  7. Claro que hay paz.
    El cocinero que te decía de la película era griego y se quejaba, cuando vuelve a Atenas a ver a su familia, de la forma de cocinar griega.
    Los griegos son los maestros de los lujos sencillos, pero no son muy sutiles. Estuve un año en Turquia y aunque era pobre y no podía visitar restaurantes, sἰ que pegaba las narices en las vitrinas de las queserías y de las charcuterías. ¡Dios! las cecinas curadas con ajo y las mantequillas con diversos grados de enranciamiento. Por no nombrar el Baklava, en porciones pequeñitas y delicadas. Soy una enamorada de Grecia pero...las delicias son turcas.

    Συγνώμι

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    1. La pregunta de si era turco era retórica, una broma, suponía que era griego. Creo que la cecina es la que da nombre al pasturmá, muy rico, (y soy de la tierra de la cecina) es una mezé clásica del rakí que se come también en Grecia, como sabes. En eso de la curación de la carne los pueblos nómadas sí eran maestros, necesitaban suministro seco durante sus desplazamientos (¡no la maceraba Atila en la silla del caballo?). Es broma, no quiero discutir ni enredarte, creo que estamos perfectamente de acuerdo. Y con los dulces también.

      Besos y bona nit!

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  8. A mí lo que me habéis puesto son los jugos gástricos en pié de guerra. Turco o Griego... ¡No sigáis discutiendo de comida que acabáis conmigo!
    Y vino, el nuestro claro.
    Besos a los dos.

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    1. Me extraña mucho que no se hayan puesto también al día en vinos desde la última vez, pasaron 18 años.
      El nuestro claro, tinto y blanco, albariño a ser posible, o godello o..., ¡es que tenemos mucho dónde escoger, y muy bueno!

      Abraços!

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