viernes, 30 de noviembre de 2012

30


Capone en Albons, 2012.


Salí a tirar la basura



Nada más asomar el morro a la calle me olí algo raro. Había un vehículo junto a los contenedores que no me resultaba conocido, uno de esos modelos americanos que aprovechan la moda retro para actualizar prototipos de los años cuarenta y cincuenta. No se veía a nadie y el silencio era perturbador. Apreté las bolsas con fuerza y me dispuse a cruzar la calle. Iba pendiente del coche, los cristales oscuros impedían ver el interior a esa distancia, pero cuando estaba en mitad de la vía noté como si una sombra se hubiera movido dentro de él. Por un instante me detuve, pensando que tal vez había sido mi propio reflejo el que se había movido en los cristales laterales posteriores. Pero ya el resto de los pasos que me faltaban para llegar a los contenedores los fui dando con cautela, sin perder de vista las ventanillas del automóvil. Estaba a la altura del auto, cuando vi que se abría una de ellas y lentamente asomaba lo que desde el primer momento me pareció el cañón de un arma. Yo había quedado paralizado a un metro del coche y a dos de los contenedores, noté que apretaba las bolsas como si me fuera la vida en ello. Salí corriendo de pronto hacia casa, perseguido por las balas de la ametralladora, que rebotaban en el asfalto a pocos centímetros de mis pies y me silbaban en los oídos como petardos de feria envenenados. Llegué jadeante y demudado. Nadie me había visto, nadie había escuchado nada. Guardé las bolsas en el garaje para el día siguiente. Cuando me acosté miré discretamente por la ventana. El coche había desaparecido.



John Coltrane. Mr. P. C.
 
 
 
 
 
 
Salud y felices pesadillas
 
 
ra
 

jueves, 29 de noviembre de 2012

29


El Baix Empordá, juliol 2012.


Salí a tirar la basura,



pero no había luna, como me dijeron antes de salir, o quizás yo lo entendí mal y hablaban de que la habría más tarde, o que la hubo la noche pasada, ando algo despistado. Ya no importa, pero el choque que sufrí al abrir la puerta de la calle fue notable, con tanta luz creí que volvía a tener otra de esas apariciones marianas con iluminación cenital y sobrenatural. Diréis, ¿Pero no miraste por la ventana en todo el día, no sabías qué hora era? Sí, claro que miré, incluso estoy seguro de que ya habíamos cenado. A lo mejor lo hicimos pronto y era todavía la luz del ocaso, aunque yo juraría que alguien habló de que no necesitaba llevar linterna, hubiera o no luna, y el punto limpio estaba cerca. No uso reloj, además. Supuse que me encontraría con una noche cerrada o una luna en el cielo más o menos plateada. Anduve deslumbrado los pocos metros que me separaban del contenedor de los envases, que distinguí por el color, pero a tientas no daba con el agujero. ¡Espere que le ayude!, escuché a mi espalda. Por la voz era una persona joven, tal vez un adolescente, pero no podría asegurar si chico o chica, con los ojos hechos chirivitas se me desdibujaba la imagen y los rasgos. La ceguera es como la soledad, dijo, mientras notaba que me cogía los envases de la mano y los acercaba a la boca del contenedor. Me pareció un pensamiento elevado para alguien tan joven e iba a replicarle, pero me dejó con la palabra en la boca cuando añadió, alejándose, ¡Buenas noches!.


Muchachito Bombo Infierno. Luna.





Salud y felices pesadillas
 
 
ra
 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

28


Los 5 latinos.
Albons, Girona, julio 2012


Salí a tirar la basura.



¡Quién se arruga por tirar la basura con un espectáculo como éste! Salía todos los días ocho o diez veces, a ver si los contenedores seguían en su sitio y admirar lo acabado del escenario. Qué placer, amigos míos, qué amplitud, qué clase, qué orden, qué... ¡limpieza!. ¿De eso se trata, no? Es cierto que siempre hay algún boquiabierta, como el del cartón, pero ¡pelillos a la mar!, o ¿eran hilillos?, no importa. El caso es que salí y me quedé allí tieso, como encasquillado y en trance, debajo de la sombra de un alero enfrente de los contenedores, con cuatro papeles en una bolsa y los restos de una comida frugal para cuatro personas en otra. No era casi nada, doscientos gramos de mierda en total, pero la intensidad en la contemplación de aquellas antiguas paredes de piedra del fondo, el arbolillo, ¿una morera?, creando un ámbito, un espacio con sentido propio, y los cinco personajes sin autor me tenían emocionado, turulato, incapacitado para dar un paso. Allí podía producirse un prodigio en cualquier momento, la aparición de san Kukufato, el descenso de un platillo volante, un estreep tease de Rouco. Es cierto que los jaques, como pinceles, gastaban un aire un tanto pendenciero y petulante, pero es que eran muy nuevos y la juventud tiene esos lastres. En cualquier caso conmigo no se metieron, se ve que los miraba, y los miro, bien, con buenos ojos quiero decir. Y tampoco eran tan fieros, abrían las bocazas bostezando cuando algún vecino depositaba la basura, no como amenaza sino por aburrimiento. Y la noche pasada habían tenido botellón, eso se paga. Yo en realidad los veía tan formales. Algunos vecinos que se acercaron y pasaron cerca de mí durante las varias horas que permanecí marmolizado? debajo del alero, me saludaban no muy convencidos de que fuera real, ni siquiera yo sabía si dormía o soñaba. Alguien debió avisar a los colegas y, después de quitarme las bolsas de las manos rígidas, me metieron en casa agarrotado, como si cargaran con un tablón. Dormí como un tronco,  ¿o desperté?, ¡ay dios!...



Αγγελάκας, Βελιώτης - Παλιάτσοι. Los payasos.



Salud y felices pesadillas
 
 
ra
 

martes, 27 de noviembre de 2012

27


Hay categorías
Costa muy brava. Girona 2012


Salí a tirar la basura.



Hacía muchísimo calor. El guardia de seguridad de la finca cercana me paró los pies, ¡¡Eeeeéichh, ahí no se puede tirar la basura!!, me gritó desde la otra acera cuando me disponía a meter mis desperdicios en aquella papelera metálica tan chula. ¡Qué lujo, acero inoxidable!, todo sea por un reciclaje ecológico, si no fuera tanta la redundancia, en fin. Hice caso omiso, abrí la papelera y dejé muy digno la bolsa que traía. Casi me arranca la mano cuando llegó el macarra y tiró de mi brazo intentando sacar con él la bolsa. Pero había llegado tarde, ya la había soltado. ¡El mamarracho pretendía que la volviera a sacar! Nos enzarzamos en una discusión que rápidamente viró a bronca. El tipo echaba mano a un simulacro de pistolina que llevaba en una cartuchera, cada vez que se crecía en los gritos o los insultos, porque el asunto había pasado a mayores y empezó a faltar. Pero no sé porqué no me daba un pijo miedo. Al principio de la disputa no se veía a nadie por la calle, todo el mundo parecía dormir la siesta. Pero a los pocos minutos, y supongo que atraídos por las voces, las suyas sobre todo, empezaron a aparecer personas en las puertas de las casas, en algunas ventanas y, enseguida, peatones de calles próximas que debieron oír el jaleo. En esencia, el guarda venía a decir que las papeleras eran para uso exclusivo de los vecinos de aquellas fincas. Entre los mirones había dos bandos, uno me defendía diciendo que las papeleras estaban en terreno municipal y eran del Ayuntamiento, por tanto para uso de todos los habitantes del pueblo. Otro bando apoyaba al cancerbero, todos sus miembros eran vecinos de las fincas, o de otras cercanas, a quienes interesaba el tema de la exclusividad. Argumentaban que pagaban al ayuntamiento más tasas que ningún barrio y que no podían permitir que cualquier transeúnte indocumentado soltara la basura a su libre albedrío. Hasta los conejos usan sus cagaderos privados. Desconfiaban de que la porquería depositada estuviese bien separada, para ellos era un desconocido. Yo sudaba, me parecía inaudito. Acabaron llamando a la polícía. Al guardia lo dejaron tranquilo, pero a mí me llevaron a comisaría. Nadie me conocía, no era del pueblo e iba vestido con un taparrabos atigrado y un jipijapa, a las cinco de la tarde, y no había toros. Me querían acusar de escándalo público. Salí gracias a que me acordé de la dirección de mis amigos. Y mis amigos son gente solvente, limpia y muy respetable. Soy inocente.



Material editado por ABC TV en el vertedero de basura Cateura (Paraguay), entrevista al Mtro. Luis Szarán y a Nicolás Gómez (Cola); interpretación musical: Orquesta de Instrumentos Reciclados. Sonidos de la tierra.
 
 



Salud y felices pesadillas


lunes, 26 de noviembre de 2012

26


Punto limpio.  L'Escala, Girona.


Salí a tirar la basura


Definitivamente estaba más desubicado que una ladilla en un oreja. Yo conocía este paisaje pero no sabía qué hacía allí y a esas horas. Por el día había estado caminando y charlando con un amigo por el paseo paralelo al mar. Después hicimos la compra de fruta, verdura y demás, y nos volvimos a casa, en un pueblo cercano. En casa de mi amigo, que era donde me hospedaba, los contenedores estaban cerca y solíamos salir a tirar la basura por el día, mañana o tarde. Raramente por la noche. Pero la mayor diferencia con el lugar donde vivo y la tiro, es que éstos son  puntos limpios permanentes, donde hay contenedores noche y día. Yo me veo sometido a sacarla de 9 a 12 de la noche, más o menos, si no quiero caminar un buen trecho hasta el punto limpio más cercano y a oscuras, claro, por más relativas que sean, pues han podado las farolas de cuatro brazos en mi ciudad y nada más les han dejado uno sano, y de bajísimo consumo. Sólo voy cuando me despisto y llego a nuestros cubos más tarde que el camión, cosa demasiado frecuente para mi desgracia. Y la oscuridad de nuestro puto punto más que relativa es aterradora. El caso es que con estos turruntuntunes en la cabeza no me sentía mejor orientado, mas al contrario, empecé a desbarrar en voz alta. Al oír mi propia voz me di cuenta de que no había absolutamente nadie por la calle, ni coches, ni personas, ni otros irracionales cualesquiera. ¡Serían las doce de la mañana por el sol!. Me entró tal tembladera que me tuve que sentar en un banco del paseo marítimo enfrente de los contenedores, al otro lado de la calle. Nadie, nada, ni el más leve ruido, sólo el rumor del mar detrás de mí y un cielo azul de verano. Por la noche me despertó un policía minicipal -corto de talla-, que no se podía dormir en los bancos, decía el jambo. No recordaba nada, pero aún no había tirado las bolsas, estaban a mi lado muy curiosas.


El Basura. Basura.

sábado, 24 de noviembre de 2012

La barretina de Dalí


Barretina de luto
Empúries, Girona 2012.

Deambulando por el Empordá
 
 
Cerca de L' Escala, donde Josep Plá tiene placa dedicada, y no tan lejos de Port Lligat, era imposible no representarse la figura de Salvador Dalí los últimos años de su vida, cuando estaba enfermo, gagá y lo sacaban en la tele franquista en blanco y negro, y en la siguiente en color, casi babeando, en imágenes penosas, con aquel gorro de dormir ladeado, que parecía una barretina de dormir, pitañoso el hombre, y el bigote ya lacio como el de un gato viejo y escaldado.

No me entusiasma Dalí, pero es un pintor y un personaje al que no se le puede despachar con un me gusta no me gusta. Vale la pena un recorrido por los pueblos de la costa donde vivió, que lo merecen además por méritos propios. Y visitar su museo en Figueres que tiene mucho de su locura. Pero esto tampoco es un lugar para hacer una crítica pesada y, ¡a quién le interesa?!.

Al margen de las preferencias personales no se le puede olvidar en un relato del arte del siglo XX, catalán, español y mundial. Con o sin barretina payesa, porque era un granuja, un tahúr que tocaba todos los palos de la baraja.
Ávida Dolars, las letras de su propio nombre, sabéis que era el apodo escogido por él en su particular y rentable forma de hacer las (Norte) américas, o de fer les amèriques, si preferís. Invita a reflexionar sobre el papel que el Artista (con mayúsculas) representa en el concierto de la política o la cultura de un país.

Inevitable pensar también, viendo la barretina de luto, en las naciones sin estado y en los estados sin nación, siempre las personas concretas en medio de las vainas, zarandeando sus sentimientos, tironeando de uno y otro lado, como dos borricos de una remolacha, ¡y si fuera forraje..., pero es ronzal!

Y finalmente, por seguir con Dalí, no se me pasa por alto el regusto surrealista de la fotografía. Aparte de la barretina, una bolsa de la basura, que debería estar en el interior de la papelera recogiendo en su espacio hueco la porquería, está fuera de ella y parece querer engullirla. ¡Todo está invertido en este mundo!, tendría que haber presentado la foto cabeza abajo, como Baselitz a sus muñecos, el mar a nuestros pies y el cielo de arena.
 
 Enric Morera.   La santa espina.

http://www.youtube.com/watch?v=48_yGM4e164&feature=related

Y los del Penedés bailando la sardana en Tarragona.

http://www.youtube.com/watch?v=Ydig-BRggpU

Música, Enric Morera. Letra, Àngel Guimerà. La versión cantada. Marina Rosell.

http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=Tq3MOhC-lzo


Salut

ramiro

jueves, 22 de noviembre de 2012

Flemón


Muelas falsas cariadas en el dentista

 
Flemón


Era un hombre más o menos de mi edad, aunque daba la impresión de que la vida lo hubiera tratado algo peor, el ya escaso pelo blanco, una incipiente carga en los hombros, la obesidad o las bolsas de los ojos lo habían envejecido prematuramente, sin duda.

No había muchas personas en la espera del dentista. Dije buenas tardes y me senté cerca de este hombre, cuya cara me resultó  desde el principio vagamente familiar. Enfrente teníamos los sillones rojos, que hacía unos años habían sustituído a dos mullidos orejeros, que se habían quedado  anticuados, pese a las periódicas operaciones de tapizado actualizando estampados y motivos, y ya eran incómodos.
Habían prestigiado aquella salita de espera durante años, el odontólogo era bastante mayor que nosotros y ya sólo atendía a los viejos pacientes, de hecho ahora era el hijo quien sacaba adelante la mayoría del trabajo. La consulta se renovó estéticamente y se amplió cuando él entró a trabajar con el padre. Los orejeros eran un anacronismo como nosotros, y demasiados aparatosos.

Haciéndome estas reflexiones, que eran tan rápidas como un vistazo porque visitaba aquella consulta no menos de dos veces al año y en cada ocasión recordaba el antiguo escenario, noté que el hombre de al lado observaba también con fijeza los sillones y, como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, nos volvimos para mirarnos. Nadie dijo nada, tal vez el esbozo de una sonrisa difusa e incierta.

Yo conocía aquel rostro. Es normal, pensé, esta ciudad es pequeña, cuántas veces no habremos coincidido, aquí mismo incluso... .
Pero había conseguido intrigarme y parecía que yo a él también porque, girándonos cada poco,
cruzábamos la mirada, estudiándonos.

Pasó poco tiempo. Quizá porque yo tuviera la vez antes, entré primero, aunque llegué más tarde que él.

El viejo dentista, que es también viejo amigo, me tuvo que sacar una muela. Mientras permanecía con la boca abierta recordé quién era el hombre que me resultaba familiar en la salita.
Sangré como un cristo en aquella extracción. Al tiempo que escupía sangre en la batea y me enjuagaba la boca, estaba reviviendo nítidamente otro episodio similar de mi primera infancia en aquella misma consulta.

Yo había ido con mi padre. Tendría seis o siete años. El dentista era joven entonces, hacía poco que había abierto la consulta. En la sala de espera había otro chaval con su madre. Tenía la cara roja y sudada, deformada por un flemón de campeonato.
Pero lo que me resultó más chocante, casi irrisorio, fue el pañuelo anudado en lo alto del pelo que le cubría la cara desde la barbilla. Sólo lo había visto en los tebeos, y como yo venía de un pueblo y estábamos en la muy noble leal benemérica heróica y buena ciudad de tal, me corté, o tal vez eran mis propios dientes los que no me permitían alegrías.

Durante un minutos nos miramos. Él parecía avergonzado de la deformación de su cara y bajaba la vista.
Poco más podría hacer el dentista que recetarle unos antibióticos, porque entraron y salieron enseguida. Cuando marchaban y nos levantábamos para entrar nosotros, nos cruzamos rozándonos y mirándonos directamente a los ojos desde cerca.
En esa mirada reconocí al hombre de la sala de espera, cuando me sacaban la muela.

Al salir, el paisano se levantó y vino directamente hacia mí alargando la mano. También él había recordado.
De nuevo no cruzamos palabra, creo que los dos estábamos emocionados, yo tenía la garganta bloqueada.  Estrechando su mano de hombre trabajado y endurecido, era como si estrujara cincuenta años de mi vida, el tiempo que había pasado desde aquella primera vez que nos vimos y, entre los dos, ¡decenas de muelas, dientes y flemones!

Ramiro Rodríguez Prada
 
 
Roberto Goyeneche, Anibal Troilo y su Orquesta Típica. Tinta roja.
 

Dónde estará mi arrabal
quién se robó mi niñez...
 
Bajo tu cielo de raso
trasnocha un pedaso
de mi corasón


P.D. El tangaso me lo envió hace tiempo Marta Capote y me vino de perillas. ¡Graciñas, joya!. Y el de Gardel me lo acaba de mandar César, del Viriato. Lo subo porque en los comentarios no se puede pinchar. Grazas tamén a ti, galego bo!.
 
Carlos Gardel.  Rosa de otoño.
 


Salud

ra

martes, 20 de noviembre de 2012

¿Qué se celebra?


Cambio de paradigma
Prototipos para Prensas Abdominales

 
Estaba muerto 
(Efeméride patriotera)
 
 
Montamos unas fiestas muy rumbosas
para conmemorar el santo de aquel Galaico Líder
había garrapiñadas e hicimos chocolate
con churros 
todos le deseamos larga vida chinos americanos japoneses
rusos cariocas alemanes griegos ingleses y troyanos
 
Hubo bailes banderas Santas Hostias paparruchas
y muchos descorcharon un buen cava a la salud del Punto 
a rebosar la Plaza del Oriente subidos en camellos
democráticos
 campechanos llegaron de Occcidente nuevos Reyes
mientras los muros de la patria mía un perro mea
 
Pero cuando el Gran Carca mal salió al balcón
todo el mundo pudo ver que estaba muerto

 
De Interrogatorios y otras partidas perdidas. 2012.
Ramiro Rodríguez Prada
 
 
Mojinos Escozíos.  Que Se Mueran Tó Los Feos.
 
http://www.youtube.com/watch?v=uW5-MKB0k9s

Convención nacionalista:

¡Españoles todos!, dijo el Menda, y todo dios salió corriendo.

Salud!

Peret y Muchachito.  El Muerto Vivo.

http://www.youtube.com/watch?v=N6R7tA6ovK8&feature=related
 
ra 

domingo, 18 de noviembre de 2012

H Μαρία Δημητριάδη, María Dimitriádi


Grecia,  verano 2012

Δημητριάδη

Buenos días. Tengo poca música de María Dimitriadi, aunque la Kantata yia ti Makróniso, texto poético de Yiannis Ritsos sobre el exilio político en esta isla hoy abandonada, y en Limnos, es uno de los que más he escuchado de la discografía griega que hay en casa.

 Καντάτα για τη Μακρόνησο. Ποίηση: Γιάννης Ρίτσος, Μουσική: Θάνος Μικρούτσικος.
 Μαρία Δημητριάδη, Σάκης Μπουλάς. Ο Ντικ.

En esa grabación, con música de Zanos Mikrútsikos, está la canción de O Ntik, Dick, el perro de los presos de Mudros, en Limnos, que he subido repetidas veces. La última el 12 de junio, en el primer capítulo dedicado en Música griega a Mikrútsikos. En la radio no es de las más habituales, pero también he escuchado su música en el 2º Programa de la EPT.

La facilidad para escuchar y poner música de Youtube, junto con la escasa información que tengo de su trayectoria, hará que esta entrada tenga más música que palabra.

La siguiente es su bautismo discográfico, su primer registro en single, una canción de  Stavros Xarjakos con letra de Papastefanu, Ena proinó, Un desayuno.

Στ.Ξαρχάκου, Γ Παπαστεφάνου.  Μαρία Δημητριάδη.  Ένα πρωινό.

La ruta musical de María pasa por todos los grandes de la poesía griega, así como por los compositores musicales más renombrados. El los capítulos dedicados a Ritsos aquí en Escritores griegos, hay también varios temas de Dimitriadi, y en otros como el ya citado de Zanos. Aparecerán hoy más poetas en las letras de sus obras.
Es posible que me repita y no lo sepa porque mi memoria no alcaza para tanto. Se trata en definitiva de seleccionar una serie de canciones para poder consultar, a quien le apetezca.

Μαρία Δημητριάδη nació en 1950  en Tavros, un barrio al sur de Atenas. En agosto, hablando con unos amigos de Lyzy y Diamandís, creímos entender que había muerto este año. No es una cantante cuya trayectoria hayamos seguido. Pero debió ser otro de mis errores de interpretación, porque María murió en el 2009, con 58 años, según leo en la red.

Concierto en Pallas, συναυλία στο Παλλάς, 1989. Μίκης Θεοδωράκης, Μανόλης Αναγνωστάκης. Mikis Theodorakis y Manolis Anagnostakis. Πιάνο, ο Τάσος Καρακατσάνης, κιθάρα, η Στέλλα Κυπραίου. Piano, Tasos Karakatsanis, guitarra, Stella Kypreou.
Μαρία Δημητριάδη.  Δρόμοι παλιοί.  Los caminos de nuevo.

Con Mikis Zeodorakis trabajó un montón de años, era una de las musas de Theo y grabó con él algunas de sus canciones más conocidas.
Los versos de la letra anterior son de Anagnostakis, poeta grande de la posguerra mundial y civil griega, la generación literaria contemporánea de la de los 50 aquí. Hay traducción al castellano de sus poemas.

María fue una mujer que llevó su activismo político hasta el final de su vida, militando siempre en la izquierda comunista ya desde los años de plomo de la dictadura de los cogoneles.

Στίχοι: Φώντας Λάδης. Μουσική: Θάνος Μικρούτσικος.
 Μαρία Δημητριάδη.  Ο Φασισμος. El fascismo.

Y en lo musical, Xarjakos, Zeodorakis, Mikrútsikos, Markópulos, o Hatzidakis, los mejores.

 Μúsica, Χατζιδάκις. Letra, Γ. Ρούσσος, πιάνο ο Στέφανος Κορκολής, κιθάρα η Στέλλα Κυπραίου. Μαρία Δημητριάδη.  Θάλασσα πλατειά. Ancho mar.


Greciaagosto 2012

La música política, si podemos usar esa clasificación tan genérica (¡cabría lo mismo el Cara al sol que A las barricadas!!, no aquí, ni en María...), su voz era una de las más características dentro de la interpretación musical femenina de los poetas griegos, pero también de algunos extranjeros.

Su poderío y pujanza, su pasión en la escena, las cualidades vocales, la emparejan con otras grandes cantantes griegas, más conocidas pero de parecido repertorio y similar envergadura, como María Faraduri.
Aunque también grabó canciones líricas, recordemos la anterior de Hatzidakis, su estilo quedará ya siempre marcado por esos dos grandes géneros, que con frecuencia aparecen unidos.

Δημιουργός, autor del video clip, Κάτια Καζάκη. Música, Θάνος Μικρούτσικος. Letra, Μπέρτολντ Μπρεχτ. Versión, Μάριος Πλωρίτης.
Μαρία Δημητριάδη. Από Τραγούδια της Λευτεριάς (1978). Canciones de la Libertad.

Ya puse un tema sobre un texto de Brecht, creo que también con música de Mikrútsikos, en otra entrada que no recuerdo, me parece que era otro, pero lo subí de todos modos porque ya queda poco y lo tenía reservado

Era hermana de otra cantante muy conocida también en Grecia, Afrodita Manu.

En los 80 comenzó una carrera en solitario que no le dio tantos éxitos como su primera época. Poco a poco su estrella fue decayendo hasta desaparecer prácticamente de la escena.

Μίκης Θεοδωράκης, Mαρία Δημητριάδη. Κάθε πρωί (Kaze proí). Cada mañana.

En los años 90, cuando todo Occidente dio la espalda a Servia en las guerras y conflictos de los Balcanes, tomando partido por los nuevos amos, bajo la excusa de proteger a los desplazados civiles, que sí era necesario, María, militante entonces del Partido Comunista Griego (KKE), mantuvo su compromiso político y vivió unos años en Yugoslavia, denunciando la manipulación de la guerra, la barbarie de los bombardeos de la Otan o el embargo decretado sobre el país.

Y me voy con la luna.

Yorgos Stavrianos. Mαρία Δημητριάδη.  Ήσουνα φεγγάρι . Tú eres la luna

Salud y buena música

Barbarómiros

viernes, 16 de noviembre de 2012

Un día con Yiannis, Μια μέρα με τον Γιάννη


La Grecia eterna, pero menos
Geromili, Petriés. Eubea, agosto 2012.
 
¿Qué pinta ahí esa bolsa?...


Buenas. Se lamentaba el mes pasado Yiannis en unos correos que nos cruzamos, de no haber fotografiado esa bolsa, la escena. Decía:

θυμάμαι το Χερομύλι και εκείνη τη σακούλα στον ορίζοντα της παραλίας
(έπρεπε να εχω τραβήξει αυτη τη φωτογραφία)
τα πραματα εδω δεν πάνε καλά
οχι μονο μια σακούλα που ενοχλεί τη θέα
μα σωρός απο ασχήμιες, κακοήθειες και φασισμό
 
Recuerdo Geromili y la bolsa a la vista de la playa
(Debí tomar esa fotografía)
 
las cosas aquí no van bien
no es sólo una bolsa que estropea el paisaje
sino montones de tumores malignos, feos, y el fascismo
 
La pobreza que trae la rapacidad y usura de los ricos, y el fascismo como su corolario: una fuerza de choque frente a los revoltosos y el engaño del patrioterismo como solución de todos los males.
 
El día 8 de agosto por la mañana, después de tomarnos unos cafelitos griegos a la orilla del mar en lo de Stavrula y Spiros, la mi morena se fue a despertar a los guajes. Eran poco más de las 8 y media, porque Giannis fue puntual y madrugador, había salido de Halkida antes de las seis de la mañana, con su pequeño utilitario echa cerca de dos horas hasta Agioi Apostoli, el pueblo donde estábamos. Como ya os he venido contando es el puerto de Petriés, el pueblo donde nació Yiannis y donde todavía vive su abuelo Barbayiannis.

Mientras tanto, yo lo acompañé hasta la localidad más próxima, donde hay surtidor de gasolina, unos seis kilómetros. Cargamos el depósito y paramos al regreso a mitad de camino para ver el paisaje sentados en el suelo, en una pequeña finca de leña de su abuelo, en el monte, desde donde se ve el mar y parte de la costa que rodea Petriés. Toda esa vista que teníamos delante ardió la última semana del mes. Dedicaré otro capítulo a ese incendio y veréis entonces ese escenario.

Me estuvo enseñando apuntes y dibujos a lápiz de su cuaderno, mientras echábamos unos cigarros y nos recreábamos un poco en lo que veíamos, bajo la maravillosa sombra de una encina, con el sol trazando ya en un cielo azulísimo su curva más tórrida.
Había cuatro ovejas en un pequeño cercado de palos y ramas entrelazadas, protegidas por la sombra de los carrascos.

El olor seco del monte, el azul profundo del mar y del cielo, el silencio y la paz del entorno, la conversación en voz baja de Yiannis... . Fue uno de los momentos más agradables de mi relajo veraniego, esos que quisieras conservar en el recuerdo y que, ya cuando los vives, tienes la sensación de que se te escapan irremediablemente como los veloces segundos.
En total, con ida y vuelta, pasaría una hora, la morena y la joven peña podían estar esperando ya.

Me supo a muy poco aquella corta sentada, pero nos dio tiempo a hacernos algunas confidencias, repasando el anecdotario de nuestros, sería pretencioso decir gloriosos, años de estudiantes, allá en la para mí ya lejana juventud, para Yiannis menos.

Él estudió Biología en Patras y conoce algunas de las islas del Jónico. Con un saco de dormir, el dinero mínimo para subsistir, una guitarra y la cabeza llena de las mismas fantasías que nos alimentaban a todos,  hizo sus recorridos a pie y sus acampadas salvajes en muchas playas donde sólo llegan los soñadores.
Esas experiencias de apartamiento del mundo y, sin embargo, comunión con la naturaleza, y los colegas si había compañía, eran casi parte de unos ritos de iniciación a la libertad y a la diversión, pero también al amor o a la madurez, a la responsabilidad y a la vida adulta, con todo lo que ello puede comportar de mal viaje.

La seducción del ideario sesentero, en lo político y en lo vital, ejerció su influencia sobre varias generaciones, y tal vez la de Yiannis haya sido la última de ellas.

La morena no tuvo que esperar por nosotros y todavía parloteamos algo en casa antes de salir para Geromili.

Hacía un típico día de primeros de agosto, muy caluroso, sin una nube en el cielo, como las que arrastró el Bóreas que sopló la última semana o las negras de los dos incendios.

La playa, de unos 150 metros de largo por treinta de ancho, tiene pocas sombras, algunas sabinas todavía raquíticas al comienzo de la arena. Los incendios vienen asolando esta parte de Eubea desde hace años, y los últimos acabaron con lo poco que quedaba.

La tienda de Yiannis en Geromili
Petriés 2012
Νικος Καρανικόλας. Στο κουτούκι του Γιαβρή .

Había una docena de sombrillas, y media de tiendas de campaña parecidas a ésta de Yiannis, que montó en un soplido nada más llegar. Éramos cinco y una sombrilla no hubiera bastado, estuvimos así muy agusto, sentados o tumbados, siempre a la sombra.
 
Y ahí pasamos la mañana charlando tranquilamente, entre sorbo y sorbo a un café frío que traía hecho, unos tragos de agua y, Yiannis y yo, algún que otro cigarrillo clandestino.
 
Nos bañamos, claro. Las olas entran aquí bastantes francas, y aunque la playa tiene un escalón pedregoso hasta el agua, la plataforma poco profunda se extiende unos cuantos metros hacia el mar y las olas rompen siendo aún muy altas. Esa sensación de que de pronto no haces pie y la ola te mece, pero sin peligro, ninguna resaca. Parecía una playa cantábrica pero con la temperatura del agua que prefiero. ¡Y un sol de espatarrrrraarrr, aaayyy...!

Mientras nos extasiábamos en aquella vista y aquel bienestar, reparamos en esa bolsa de la primera fotografía, de una cadena francesa de supermercados, carreful de estambul, que figuraba en primerísima línea de playa dando el tono y la réplica a la Grecia eterna, llena de basura, la bolsa...

¿Qué pinta ahí esa bolsa?..., recuerdo que preguntaba Yiannis, sonriendo y entristecido a un tiempo.

Comimos en el chiringuito de la playa una pikilía, que viene a ser una bandeja comunitaria con un poco de todo lo que tienen, y unas cervezas que inmediatamente calentaban. Teníamos que pedirlas de una en una para tres buenos bebedores, del primer trago las bajábamos, pero bebimos poco ese día. Estaba más rico el clarete de la casa que trasegamos en el Tzivaeri el día que vino Valy con los niños.

También en Geromili hablamos bastante, sobre todo de la dura situación política y económica que atraviesa Grecia, él entre otros muchos, de nuestro común amigo Andrés Edo, de Txell, Larry Bliss o  Felipe Zapico y, gracias a la morena de mi copla, a veces no me perdía en errores de interpretación, como el que me costó el calentón de la fallida paella que ya conocéis.
Porque en ese chiringuito saludé también a Diamandís, que me presentó a su esposa Lisy, y acepté la invitación para comer en su casa.
Las dos noches que estuvimos finalmente cenando con ellos en lo alto del monte están pendientes de contar.

Por la tarde Yiannis nos devolvió a los Santos Apóstoles y nos dejó en el puerto. Él debía volver a Halkida y quería pasar todavía por Petriés para ver a su abuelo, al que quedamos con ganas de conocer.
Lo vimos marchar con cierta tristeza pero con la esperanza de vernos de nuevo. Aquello fue apenas un aperitivo.  
Προδρομος Τσαουσακης. Οπου πατω το ποδι μου. Donde pisa mi pie.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Poch y Derribos Arias


Contraportada del LP,  Poch se ha vuelto a equivocar. 1985.

Buenas noches, o días. Conocimos a Poch, Ignacio Gasca, en un bar de copas de Oviedo donde también solía tocar gente en directo, como a Eduardo de Parálisis Permanente en uno de León, en una noche rockera loca. Venía con Jorge Martínez y con Willy, antiguo bajista de Suivalén y Terlenka, entonces en Ilegales. A todos ellos los conocíamos un poco.

Aprovecho el buen texto de quien subió la canción a youtube, mgmanu: "Segunda entrega de Derribos para Caja de ritmos. Este tema iba en la cara B del single Aprenda alemán en 7 días, lo cual lo convierte en un sencillo germánicamente redondo. Es el tipo de composición que el talento de Poch más agradece, mezcla de inspiración, improvisación y delirio a partes iguales".
 
Derribos Arias. Lili Marleen.

Se arrimó con la basca a la barra donde estábamos, lo saludamos y nos pusimos a rajar, no digo hablar porque no estoy seguro de que ligáramos una conversación coherente, con él debía de ser difícil. Nos habíamos reído al verle la pinza que traía enganchada, primero en la oreja y después, como decía que apretaba, en la gafa de pasta.

Era al final de sus andanzas, sabiéndose condenado por la enfermedad, cuando empezaba con aquello de la Dulce chica pinza y ya habíamos escuchado todas sus canciones anteriores, también las que hizo con Ejecutivos Agresivos.
Mari Pili la puse hace poco aquí, había sido uno de nuestros temas de un primer verano nuevaolero. Pero subiré Playa, una pijada tardía que se le ocurrió a Poch remedando las canciones chorras del verano, aunque no resultaba creíble como baboso, claro. 
Poch. La playa.
 

Los rockers aguantaron en el local media hora, bebieron la copa y se fueron.
 
Este tema, que se corta bruscamente al final, apenas circuló y se escuchó muy poco. Era del siguiente grupo de Poch, La banda sin futuro, aunque la grabación es de una actuación en directo, ya con Derribos Arias, Alejo, Paul y Juan, sus colegas de los siguientes años, con los que firmaría las canciones más populares.
En los 90 editaron un CD con temas de La banda sin futuro, titulado Grabaciones desinfectadas que apenas he escuchado.
Benidorm 83. Derribos Arias. No nos van a desinfectar.

Ejecutivos, su primer combo, fue escuela de músicos y germen de varios proyectos musicales en esos años, además de Poch, Gabinete Caligari o Décima Víctima, quizá no de la envergadura de Kaka, pero en cualquier caso tan interesantes como los de Luxe.

De 1982 es la siguiente canción, la primera registrada con Derribos para Grabaciones Accidentales S. A., gran invento (¿de Servando Carballar?, no este tenía DRO...), en un 45 r.p.m. y formato de single, con tres canciones que ya son casi himnos para viejos como nosotros, y que hacía el 003 de los editados por G ASA.: Branquias bajo el agua y Dios salve al lendakari, en la cara A, y Vírgenes sangrantes en el matadero, ésta firmada con Iñaki, el cantante de Glutamato yeyé, en la B.
 
Derribos Arias. Branquias bajo el agua
 
http://www.youtube.com/watch?v=1Ynp9r4fcBs


Por la izquierda, las portadas de  A flúor  Branquias bajo el agua
Singles de 1983.
 
Ese año salió también el segundo, otro single con dos canciones, A flúor, una de sus grandes, y Tupés en crecimiento.

Una actuación del grupo en vivo con Aprenda alemán en 7 días, del 83, su siguiente trabajo, se puede ver en la película de Tito Fernández  A tope, de este mismo año.

Derribos Arias. Con imágenes del film de Tito Fernández  A tope. Aprenda alemán en 7 días.
 

En la guía, en el listín, LP de su año más prolífico, el 83, también con GASA -hacía el nº 013-, venían temas como el que acabamos de escuchar, el de mayor pegada y difusión, junto a otros como Pobre cowboy Bill, Crematorio o Misiles hacia Cuba, ya decididamente decantados por un dadaísmo antiestético, habría que decir, en el sentido de utilizar el absurdo, el humor o el balbuceo como ataque al discurso realista, o baboso, depende del punto de vista, imperante, pero sin colgarse etiquetas artisteras, y en las antípodas ya de su grupo original, Ejecutivos Agresivos.

Y con un sentido de la diversión que rebasaba ampliamente lo convencional. No un remedo infantil y naïf a lo Gloria Fuertes, sino libertad al niño juguetón que todos llevamos dentro, un poco gamberro pero en definitiva inofensivo para la buena gente. Son nuestros pequeños y queridos payasos.

Derribos Arias. Pobre Cawboy Bill.
 

Y otro tanto se podría decir de su siguiente obra Disco pocho (84), un maxisingle del que, sin embargo, parece que vendieron pocas copias.

 La Edad de Oro, de Paloma Chamorro. Madrid 1983.
 Derribos con Iñaki de Glutamato yeyé.  Disco Pocho
 

El chico más pálido de la playa del Gros, como titularon sus amigos un disco homenaje con versiones de sus temas, en el 91, el gafotas surrealista Poch, un cromo de guaje, murió el año 98, después de una larga enfermedad degenerativa que le habían diagnosticado a mediados de la década anterior, cuando empezó a decaer su estrella.

Pero todavía conservaría fuerzas para componer otros dos LPs. en la recta final de su vida, que aparecieron con su nombre, ya separados Derribos Arias.
En el 85, Poch se ha vuelto a equivocar, nueve canciones como el pasado Club de los herpesviríticos, el funkypoch To be or not to be, en la onda musical loca de Almodovar y McNamara en Suck it to me, la versión salsapoch de Cocaine o el dadapoch La playa, que escuchamos arriba.

En la Edad de Oro, un remedo en gallego del Dios salve al lendakari de Poch.
Siniestro Total, Poch e Iñaki,  Dios salve al conselleiro. 
 

Los tres LPs. de Poch. A la izquierda el de 1983 con Derribos Arias,  En la guía, en el listín.
En el centro  Poch se ha vuelto a equivocar (85). A la derecha  Nuevos sistemas para viajar (88).

Y en el 88, Nuevos sistemas para viajar, otro ramillete de nueve temas con portada ilustrada agaseloustedmismo del propio astista, donde también figura el desaparecido jurel Antonio Vega. Ahí "La Gran Enciclopedia Pinza de los Grandes Estrellados, presenta a: Ex-Poch (Marqués del Tendedero Alto y Bajo)". En fin, Jurelandia como titula una de estas canciones.

No tienes ni idea de que hora es, Viaje por países pequeños, o Dulce chica pinza, son algunas de las que nos gustaban.
Poch. Nuevos Sistemas para viajar. Un poco shiego
 
 
De estos últimos discos no encontré todos los temas que buscaba, como la Chica pinza, Jurelandia o Cocaine, pero como no es posible ponerlo todo y con el último serán diez, creo que ya va bien.
 
De su segundo sencillo del 82 con GASA, el nº 006 de la casa, es esta canción, que he dejado para el final porque sigue siendo para nosotros una de las mejores. Y el vídeo, cuatro gansadas, siempre nos hace reír.
Derribos Arias. A flúor.
 
 
Salud y buena música
 
Ramiro

lunes, 12 de noviembre de 2012

5 güevos viudos


Grecia,  verano 2012
 
Racionamiento

Ahí están, son los cinco huevos viudos que comimos entre los cuatro la primera semana. Y porque fue un regalo de la señora Kula, que si no no los catamos hasta mediados de mes. Entonces pudimos mercar otra docena reunida en tres ocasiones diferentes, a 4 güevos por compra, y a escondidas para evitar celos de otros clientes.
Con todos los huevos que nos había prometido Ana Capsir..., ¡parecían los tiempos del estraperlo!. En un aparte: (¿No tendrás por ahí huevos del pueblo?...)

Daba tanta pena meterles el diente, que los tuvimos en exposición dos días, hasta que ya nos chorreaban las fauces de purita gula. Pasábamos por la cocina y nos quedábamos extasiados contemplando el centro oval? de la mesa, que era rectangular.
¡Se les veía a través de la clara cuajada el colorín rosado de la yema! Era como la sugerencia de un proyecto de pollito, pero esa no era suficiente razón para indultarlos.

El segundo día, en una hora en que deberíamos estar en la playa, dando un paseo, tomando unas birras o leyendo en la terraza, nos encontramos de pronto los cuatro en la cocina mirando la escultura ovoide?, como auténticos especialistas en arte moderno. Y efímero, porque a mí aquello ya me pareció enfermizo y, previo acuerdo unánime, allí mismo nos repatimos los dichosos huevos.

El quinto huevo lo echamos a suertes y me tocó a mí (¡hice trampa!) pero, con todo el dolor de mi corazón, hay que decirlo, tuve que cedérselo a los rapaces, que están creciendo. ¡Bueno que es uno! Otro aparte: (Más prefería darles el brazo malo y que coman..., hamburguesas, hostias!).

¡Aaaayyy, qué brutico soy!

Comimos también algunos de esos buevos escleróticos de granja industrial, de raza internacional e indefinida, que no parlan ninguno de los idiomas conocidos por las gallinas de corral, es más, que no hablan: cacarean sin parar como la mayoría de políticos que conocemos, no se capta el mensaje porque no existe tal y chapurrean una jerga que ni ellos mismos entienden.

El asunto es hacer ruidos con el pico y la estúpida gorjera, como si fueran ponedoras y no meras cáscaras rellenas de un moco masivo, con ojo raquítico e ictérico en el centro. Y, en el caso de los segundos guevones de la comparación, los ligó-ticos que no polí-ticos, sólo importa que los votantes posemos el güevo cada cuatro años. Pero en resumen ná de ná, schiquillo, ¡sin color ni substancia!

En fin, queridos míos, ¡un monumento a los huevos de casa!, no a los del elemento masculino casero, cuidado, sino a los de las cluecas populares, que chanan lunfardo y griego de corrido y, si se tercia, se marcan un tango pollero que te cagas. ¡Animaliiicooss!...

La Charanga del Tío Honorio. Los animalicos.
 
 
Salud y buena puesta.
 
Korvus Korax, Ο Μαύρος.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Ο Μανόλης Λαγουδάκης (Λαγός), Manolis Lagoudakis, Lagós


Geromili,  Grecia, agosto 2012.

Lagós, como muchos de los griegos, es un nombre parlante y significa Liebre. Pero es también el sobrenombre de uno de los primeros y más respetados lirakis entre el florilegio de los Primeros Maestros (Protomastores) de la música cretense.

Ο Μανόλης Λαγουδάκης, Λαγός, nacido en la prefectura de Rézymno, como la mayoría de los grandes músicos de la isla en el siglo XX, en un barrio de la ciudad lleno de árboles, flores, jardines y huertos, con sustantivo también parlante, -el topónimo Peribolia es además Jardines-, dedicó uno de sus registros en disco al syrto de su pueblo, Περβολιανός Συρτός. 
Ya lo puse en el anterior capítulo, dedicado a Baxevanis, con el que tocaba en ese tema, pero lo repetiré aquí, no importa.

Μανόλης Λαγος, lira. Μπαξεβάνης, laúd y voz. Περβολιανός Συρτός.


Yo no soy capaz de distinguir las diferencias entre las muchas variantes del syrto, tantas como las que pueden existir de nuestra jota, una por cada región, casi por cada pueblo. Bien es verdad que esas diferencias son mínimas y sólo alguien bien entrenado es capaz de dominarlas.

Manolis empezó muy joven a tocar la lira, un hecho común a todos los instrumentistas que hemos venido tratando en esta etiqueta de Música cretense. De todos ellos hay recogidos testimonios de su precocidad, y de Lagudakis, otro autodidacta, se cuenta que aprendió a tocar en la escuela, y que utilizaba cuerdas sacadas de las fibras del Ágave, hasta madurar y convertirse en el maestro que era ya en la adolescencia.

Conservando siempre su independencia no se dedicó profesionalmete a la música. Como Rodinós, se consideraba un aficionado y rara vez tocaba en fiestas, bodas o panayías, a no ser por compromisos personales o por petición expresa, acompañando a sus amigos músicos. Tal vez por ello tampoco son muchos los registros discográficos, pero sí de calidad y con su propio estilo, limpio, brillante, dulce como pocos. 
 Μανόλης Λαγουδάκης, Λαγός.  Απο τα γλικά σου μάτια. De tus dulces ojos.
 

De la misma edad que su colega el Baxe, nacidos en 1910, Lagós dejó la lira, emigró al Pireo en los años 60 y puso una panadería de la que vivió el resto de sus días. Caracterizado por todos como un hombre pacífico y familiar, resalta también en su retrato la estatura, gallardía y seriedad de su figura en sus tiempos de liraki.

Su gran amigo y pareja musical, durante los 25 años en que se mantuvo activo y grabó todas sus canciones, fue Μπαξεβάνης, Baxevanis. Con la hermana de éste, Laurentia, registró un tema que pasa por ser la primera grabación de una canción tradicional cretense hecha por una mujer.

Μανώλης Λαγός,  Λαυρεντια. Τη μανα μου την αγαπώ. Amo a mi madre.


Laouto. Grecia, verano 2012












Con el Baxe cantando y tocando el laúd, laouto, grabó Lagós, desde 1938 que data su primer registro hasta mediados de los 50, una veintena de canciones que son el grueso de su repertorio y han quedado como otros tantos testimonios de su arte tocando la lira.

Después, animado por sus amigos, abrió una taberna en Peribolia, popular en toda Creta, hasta su marcha al continente en el 64. Instalado ya en Fáliro desde ese año, murió en Atenas en 1981.

Y esto es todo lo que puedo contar, ayudado de nuevo por el libro informativo que completa un CD con 12 canciones de la serie Οι Πρωτομαστορες, Los primeros maestros, editada por Stelios Aerakis. El autor del texto del que saqué algunos datos es el periodista Yiannis Xalkiadakis que al final cuenta un par de anécdotas sobre el carácter de Lagós y su idea de la música. La última es más sabrosa.

En cierta ocasión un millonario greco americano lo invitó a tocar y acompañó la invitación con un contrato económicamente muy generoso. Manolis rehusó con la frase,  Δεν παίζω για τα λεφτά, Den petso yia ta leftá, No toco por dinero.

Μανώλης Λαγουδάκης, lira. Τραγουδάει, canta, ο Ιωάννης Μπερνιδάκης (Μπαξεβάνης)

Δίπλα θα πάρω τα βουνά. De paso se llevará las montañas.
 


Salud y buena música
 
 
Barbarómiros

sábado, 10 de noviembre de 2012

H Κρήτη, Creta -7. Κνωσός, Knossós


Grecia,  verano 2012

Ο ταύρος, el toro.


Buenos días. Seguimos en Creta. Desde Anoyia y el Antro del Ida, bajamos a Knossós e Hiraclion por la tarde.
La primera parte de la carretera es todavía bastante aérea y montañosa, hasta desembocar en la zona de Kampos, Sklavokampos, Tylissos, donde el terreno se allana, la humedad y el verde aumentan, junto con las huertas e interminables y bien cuidadas viñas. La tierra, rica y más fácil de trabajar aquí, recibe las abundantes aguas de la vertiente noreste del Psiloritis.

Νίκη Ξυλούρη, Λάμπης Ξυλούρης, Νίκος Στρατάκης,
Ψαραντώνης - Παλιό κρασί ειν'η σκέψη μου. Mi pensamiento es vino añejo.
 
 
  Παλιό κρασί είν' η σκέψη μου
πάντα μ' αυτή γλεντήζω
μα 'ναι φορές που με μεθεί
και δεν την ταγιαντίζω
 
Vino añejo es mi pensamiento
siempre con él me alegro
pero a veces me emborracha
y no lo soporto
 
Estamos en una zona vinatera, una de las cubas de Creta, a escasos kilómetros de Hiraclion y de Arhanés, pueblo que da nombre a una de las cuatro denominaciones de origen de la isla. Las otras tres son Pezá, Dafnes y Sitía.
Los nombres de las variedades de uvas cretenses más comunes son: Rozákina, Vilana, Kotsifali, Mandilaria, o la Sultanina, muy abundante, para las famosas Pasas de Esmirna, de Corinto, etc.
Pero de vinos cretenses, de los que tengo algunas etiquetas en el cuadernín de viaje, que fotografiaré, hablaré otro día, en ésta o en la etiqueta de Lo que se comió... . Junto con el olivo es la riqueza más importante de la isla.

El aparcamiento estaba casi vacío. La verdad es que en la visita a Knossós también tuvimos suerte, porque no había apenas turistas, aún así es la atracción más visitada de la isla, en especial por extranjeros, y en cualquier época del año hay mucha gente.
Eran sobre las cinco de la tarde y la mayoría de las personas, sobre todo los grupos organizados, habían hecho ya sus recorridos por la mañana. Algunos salían todavía de los muchos restaurantes que rodean las ruinas. En uno de ellos, griego, tomamos un refrigerio también nosotros al terminar el tranquilo, pero largo paseo por la espaciosa, espectacular dacha de Minos.

La entrada es cara y si utilizas los servicios pagas a la señora de la limpieza por el papel que te facilita. No es una medida impuesta por ella, desde luego, pero por lo menos le garantiza unos ingresos mínimos, y el usuario  tiene a su disposición una instalaciones siempre limpias y cuidadas.
Creo recordar que también había cafetería y tiendas de recuerdos en el interior, antes de las ruinas propiamente dichas.

Letra, Δημήτρης Χριστοδούλου. Música, Λίνος Κόκοτος.
Voz, Νικος Ξυλουρης. Γεννήθηκα σε μια στιγμή.
 

El recinto está emplazado en un lugar casi idílico, a pocos kilómetros a la vista del mar, en un pequeño valle que desemboca en la costa, y rodeado por un viejo y denso pinar que lo esconde y lo protege de las inclemencias atmosféricas.
Eso no fue bastante para evitar la ruina provocada, bien por la inundación del sunami en la explosión de la caldera del volcán de Santorini, bien por la destrucción causada por los aguerridos pueblos micénicos del continente, las dos teorías más difundidas que explican su desaparición, y con ella el declive de la civilización minoica.

El trabajo de restauración que emprendió su descubridor, sir Arthur Evans, es muy discutible como se sabe, y hay partes que parecen auténticos pastiches de tan falsas como resultan. Quizá para las oleadas de turistas que invadimos cada año las ruinas, más por moda cultureta que por devoción, el resultado esté en consonancia con el gusto por el pan comido, ¡hás unas fotos y tira millas!, es dicir, por el poco gusto o por su falta.

Con todo y con eso, y aunque sólo fuera por ver su entorno, su ideal ubicación geográfica, valdría la pena la visita.
Μία αγαπημένη ταινία + οι αγαπημένοι, Ο λαβύρινθος του Πάνα. El laberinto del fauno.
Μadredeus - O pastor.
 
 
 
Pasífae le dice:  ¡Niño, me tienes harta!
El Minotaurín, moró pedí, parece Hiraclís, Herculín, Sansón.
Está cachas como los niños jesuses medievales.
(De la libreta de Creta 2003)

(Pasífae parece muy dispuesta a propinar al rapaz una azotaina, pero ¡quién se atreve con esos pectorales!)

Y, como ya sabréis la mayoría, éste es otro de los grandes lugares del mito. Su palacio, la contrucción más extensa e importante del conjunto, se ha propuesto como la residencia del mítico rey Minos, la figura que reinaría en Creta dos milenios antes de nuestra era cristiana.
 
El rey había ordenado a Dédalo la contrucción de un laberinto para encerrar al Minotauro, cabeza de toro y cuerpo de hombre, fruto de los amores de su esposa Pasífae con un toro sagrado del que se enamoró. Dédalo le había fabricado antes un disfraz de vaca a la reina para que el toro, blanco, entrara en quintas.

Ahí pasan a la acción los atenienses y su príncipe Teseo, que se presta voluntario como tributo al monstruo junto con otros jóvenes, víctima para ser sacrificada y comida por la bestia, pero que, con la ayuda de Ariadna, hija de los reyes, y su hilo, mata al Minotauro y sale del laberinto ovillando el hilillo (de rajo-hoy). Historia novelada por Kazantzakis en otro de sus libros traducidos aquí que recomendamos, El palacio de Knossós, de facil lectura y muy divertido.

De este mito tan conocido, parten otros relatos, como la vuelta de Teseo a Atenas, el abandono de Ariadna en Naxos para sustituirla por su hermana, la llegada del héroe ateniense en el barco de las velas negras, velas que ve desde los altos acantilados Egeo, su padre y que interpreta como una señal de la muerte de su hijo. Se suicida lanzándose al mar y dando nombre al Egeo. Casi nada.
 
Y desde el aire se precipita Ícaro sobre la isla que lleva su nombre, en otro mito derivado, en la huida con su padre Dédalo y otro de sus inventos, las alas de cera, que se derriten cuando el rapaz, en su inconsciencia adolescente y desoyendo los consejos paternos, se aproxima al sol. En fin...
  
El guaje pequeño, que nos había oído hablar de Zeus transformado en toro en el rapto de Europa, escena que venía también grabada en las monedas de euro griegas, parecía el más interesado en Knossós, por la cantidad de referencias que se encuentran a la tauromaquia, entiéndaseme, histórica y mítica.
Y es que, además, hacía poco que sabía del horóscopo y que él era Tauro, o tavros dicen los griegos. Delante de Los cuernos de la consagración, uno de los puntos estrella de las ruinas, dedicado al Toro, me dice muy seguro, ¿Papá, a que el Toro es Feus?. ¡Josss, los niños, cómo viven  los cuentos!

Λουδοβικος των Ανωγειων. Βασιλική Μουσταφέρη. Το ξερω πως υπαρχεις.
 
Η Κρήτη,  Creta
 
Y en Hiraclion, ruidosa y caótica, estuvimos apenas dos horas, el tráfico era horroroso, las calles y aceras de media capital estaban levantadas y en obras, flotaba el polvo en el aire caliente.

Anduvimos un rato por el centro y por el puerto y nos fuimos, porque anochecía y aún nos quedaba mucho camino de vuelta a Janiá, por la buena carretera del norte paralela a la costa, eso sí, adonde arribamos un día más, agotados pero hambrientos, dispuestos a comernos en compañía de Nikos, ración triple de pitas yiro con unas jarras de clarete, que es el vino que beben los cretenses a diario, o blanco. Es el lugar de Grecia donde menos retsina hemos visto beber. Y meterle al tsikudiá, desde lugo (ourense y pontevedra...).

En el camino quedaron Maliá, que no vimos, y el pueblo de Doménicos Theotocópulos, el Greco, por el que entramos y salimos sin bajar del utilitario.

En el próximo capítulo supongo que llegaremos por fin a Sfakiá y Frankokástelo. ¡Hasta entoncenes! 

Ψαραγιώργης.  Ανωγειανές κοντυλιές.

Υγεία, Salud!
 
Barbarómiros.