miércoles, 21 de marzo de 2012

Ρετσίνα, Retsina.


Ρετσίνα, Retsina
Ελλάδα, Grecia 2011

En realidad lo que se bebió, aunque vaya en la etiqueta de Lo que se comió. Y curiosamente este año  sólo bebimos retsina en Atenas, y en Eubea un par de veces que la compré en la tienda, se consume muy poca allí, en las tabernas y restaurantes a los que fuimos siempre bebimos vino blanco de la isla sin envasar, el medio kilo, misó kiló como le llaman, que ponen en una jarra con el menú. La mayoría ricos. No sólo en Eubea lo sirven así, en toda Grecia. Después los que sigan, si quieres, por supuesto.

En agosto del 86 entramos por vez primera en Grecia viniendo desde Yugoslavia. Allí estuvimos sólo una semana, coincidimos con la curruca Fidelensis y su pareja en unas lagunas de la desembocadura del que poco tiempo después sería tristemente famoso por la guerra, el río Neretva, catalanes que conservamos como amigos. Íbamos en un R-5. Cinco días de viaje desde Asturias y otros tantos de vuelta. ¡Tristes y pobres Montenegro, Kosovo y Macedonia eslava, como para meterse en guerras!.

En la primera comida en Grecia ya disfrutamos como gochinos, y eso que comimos unos humildes y turísticos sublakis con patatas fritas y unos yemistá o yemistés, tomates rellenos de arroz (a veces pimientos, piperiés). Y como veníamos leídos, de beber pedimos retsina.
El primer sorbo que di estuve a punto de escupirlo, pensé que estaba picao y me supo a rayos. Pero aguanté y al final de la comida, que fue en un chiringuito al aire libre junto a la carretera, con una parra que daba una sombra maravillosa con aquel calorón, ya le empecé a pillar el tranquillo y el gusto.

El sabor no engaña, era, es resina de pino. Siempre con vino blanco, no sé que exista retsina tinta. La mayoría de la que se consume en los bares es embotellada. Pero en los pueblos, incluso en tabernas y restaurantes de Atenas o Salónica, te la pueden servir en jarra, más barata y tan buena (o mala).
La del Ática tiene fama pero es también porque es la zona de Grecia con mayor densidad de población y donde más se consume. Pero en muchas islas y ciudades griegas tienen su propias marcas de retsina, embotelladas y de cosecha, al por menor o envasada en botellas de plástico, incluso rellenando las recicladas del agua, de litro y medio. Y la calidad no es menor que la de las  más conocidas.

Desde ese primer medio kilo de Retsina que bebimos cerca de Fiorina, la primera ciudad griega de importancia que conocimos entrando por el noroeste, antes de Edessa donde pasamos la primera noche, hasta hoy, hemos probado seguramente más de un centenar de tipos diferentes, de las islas y del continente y pasa como con el resto de los vinos, las hay delicadas, sabrosas y hasta golosas, y también duras e intragables. Las mejores que recuerdo no eran embotelladas. Y como siempre una comida rica y una compañía prestosa tienen más importancia que la viticultura, y lo primero no suele faltar en Grecia.
ΥΜΝΟΣ ΣΤΗ ΡΕΤΣΙΝΑ
ΓΙΑΝΝΑΚΗΣ ΙΩΑΝΝΙΔΗΣ-ΛΙΖΑ ΚΟΥΡΟΥΚΛΗ (1931)

Ονομασια κατα παραδόση, Denominación de origen tradicional
Retsina de Kontias
(Mírina y el Kastro veneciano desde el puerto pesquero)
Limnos, Grecia , agosto-98

Hay varias teorías sobre el origen de la retsina, pero mencionaré las dos más comunes y verosímiles. Ni siquiera los que han escrito sobre ellas creo que tienen claro, sin ningún género de dudas, que su tesis sea la buena.

Una, más burlona, asegura que la retsina, que se añadiría al caldo al acabar la vinificación, trataría de enmascarar la mala calidad del bebedizo con un sabor que lo haga más soportable al paladar, al consumo en definitiva. Sería por lo tanto más una estrategia económica o comercial que una casualidad como afirma la otra teoría.
Esta segunda defiende que el sabor a resina no era raro en Grecia desde tiempos antiguos porque calafateaban las cubas por dentro, tapando poros, etc., con ese producto del pino, impermeable, resistente a la acción de los alcoholes y que consigue una dureza suficiente cuando seca como para sellar el tonel con garantías. ¿Quién tiene razón?

La opinión de los escritores está dividida, así como los músicos y poetas llevan más de un siglo cantando a la retsina, los prosistas son más críticos, en especial los nacionales, no así los extranjeros que han hablado de ella maravillas.
El más entusiasta de los que conozco creo que era  el grecoinglés Patrick Leight Fermor, aunque me disculparéis por no ir a buscar las citas concretas. Creo recordar que habla de ello en el libro sobre el Mani que ya mencioné en alguna ocasión, publicado aquí por la Edit. Acantilado, y autor del que pronto se cumplirá el primer cabo de año de su muerte.

Entre los nacionales, a Enmanuil Roidis no le gustaba, imagino que se apuntaría a la primera opción: de donde no hay no se puede sacar. En su tiempo, a principios de siglo, los vinos no habían alcanzado el refinamiento actual y se parecían algo a los clásicos, con muchos taninos, ásperos, que mezclaban con agua en la cráteras para rebajar los grados y la acidez.

Otro que no comulga con retsina es el comisario Jaritos, alter ego de Petros Márkaris en sus novelas policíacas. En la última, Con el agua al cuello, de la que hicimos aquí una extensa reseña, Petros dice por boca de su protagonista que desde que la embotellan le ha dejado de gustar la retsina. Es la suya, pues, una posición intermedia que, por otra parte, comparten muchos griegos.
Es posible que en el intento de refinarla y sobre todo, si hiciéramos caso a la teoría del calafateado que hoy ya no se daría y por tanto el sabor a resina sería siempre un añadido externo, digo que puede ser que en muchos casos no hayan copiado muy bien el sabor original... . Eso nos lo explicaría mejor Jaritos.

Para terminar diré que mi experiencia personal con el abuso, o sea, la cogorza de retsina es más dura que la de vino normal. El que avisa no es traidor.

En todo caso la oferta de vinos en Grecia es amplísima, son más baratos que en el resto de Europa y tan buenos, los dipsómanos quedarán satisfechos.

La de arriba es la foto de una de las dos retsinas que se embotellan en Limnos. Pertenece a uno de aquellos cuadernos, de los que os hablé  alguna vez, con todo tipo de etiquetas y diseños comerciales que coleccioné durante años, un poco subyugado por esa riqueza de productos locales que miman y permiten una actividad económica interior nada despreciable, al tiempo que dan valor al producto autóctono obligándose de algún modo a mejorarlo. Es un fenómeno extendido por todo el país que sería una tragedia para ellos perder (y para otros...).

Los dos temas que he puesto hoy no son de los más populares sobre la bebida, en el primero no conocía a los intérpretes y el segundo lo escogí por lo que tiene de versión para beodos, además de que ahí está una voz genuina del rebétiko que me gusta. Andaba buscando una de Marió y otra de Tzitzanis y al final me lié.
Los del PAOK de Salónica, patria chica del mi Dimitrakai, se lo hacen con retsina y paliorebétiko (rebétiko viejo). No sé si la voz es de Zagoreos, Tzaous, no la identifico...

http://www.youtube.com/watch?v=2QEjsE03PIY&feature=related

La canción es Presa otan piis, abajo en la versión de la rebétissa Rosa Eskenazi, la descendiente de judios españoles, sefardita pese al apellido.

www.youtube.com/watch?v=tBS6-thTqTs

ΠΡΕΖΑ ΟΤΑΝ ΠΙΕΙΣ ΡΟΖΑ ΕΣΚΕΝΑΖΥ


Salud, Υγεία!


Μπαρμπαρόμηρος
Barbarómiros