domingo, 8 de abril de 2012

Ya no hay locos.


Caminante. Astorga.
Rosendo García Ramos, Sendo.

Paco Ibáñez

Paco (Francisco Ibáñez Gorostidi) nació en Valencia, la tierra de su padre y de las flores, un 20N del 34, justo cuando  la represión de la Revolución de octubre en España vivía su apogeo dirigida por el pregeneralíssimo Frango, otro Paco mucho más siniestro, que ensayaba ya los expeditivos métodos fascistas llevados a su paroxismo en la próxima contienda civil.
Ese mismo día de noviembre de años diferentes murió uno de los ideólogos del gallego canijo pero matón, José Aº y él mismo, el enano barrigudo, el sapo iscariote (ahora que estamos en SSanta...) y ladrón, como le llama León Felipe en su Antología rota.

Me lo decía mi abuelito - Paco Ibañez.

Viene de familia republicana que vivió el exilio francés después de la guerra y su padre, militante anarquista, sufrió además la represión nazi durante la ocupación preso en un campo de trabajos forzados.

Más que un relato de su vida y milagros, que se pueden encontrar en la red, quería apuntar algunos hitos de su carrera y sobre todo hacer una selección de varias de las canciones suyas que más escuchamos, memorizadas a fuerza de cantarlas con los colegas a coro y voz en grito en las tabernas pre y peridemocráticas de este país.

Aunque su primer disco es del 64 la mayoría de mi generación no tuvo apenas noticias suyas hasta bien entrados los 70, con aquel doble grabado en directo en el Olympia de París (Dic. 69). Para cuando murió Pacho esas canciones se habían transformado ya en himnos.

A galopar, de Rafael Alberti. Paco Ibáñez. Olympia 1969. 

Entre tanto Paco, el nuestro, había grabado otros tres discos cuya escucha fuimos simultaneando. Él fue, junto con Serrat, el primero que puso música a poetas que sólo conocíamos en sus libros,  dándoles la proyección popular que merecían. 
Góngora, Quevedo, Machado, León Felipe, Neruda, Lorca, Alberti, Cernuda, Miguel Hernández, Otero, Celaya, Goytisolo...
Prestad atención a las palabras de presentación de Ibáñez, una canción de Quevedo y otra de Lorca, en el Palau de la Música de Barcelona, valdrían para hoy mismo, Pues amarga la verdad...


Aunque ha alternado su residencia entre Francia y España últimamente parecía haberse naturalizado en Cataluña donde vivió ya a finales de los 60, después de conocer a José Agustín Goytisolo. 
Pero pasó su infancia en Guipúzcoa de donde procedía su madre y en el año 98 (Orointzen, Recordando) registró una serie de canciones en euskera como testimonio de sus orígenes y de su memoria.

Grabado por EITB en el Club del Teatro Victoria Eugenia de Donostia San Sebastián el 31.01.2009.
Heriotzaren begiak (Música y letra: Xabier Lete), Adaptación al euskera del poema de Cesare Pavese  ´Vendrá la muerte y tendrá tus ojos`. Joxan Goikoetxea: Acordeón. Paco Ibáñez: Voz y guitarra.

Siempre cercano a la CNT, poco amigo de connivencias políticas interesadas ha rechazado varios premios, entre ellos en dos ocasiones (83 y 87) la Medalla de las Artes y las Letras de la República Francesa.
En su propio país fue prohibido cuando el franquismo y su inventor estaban dando las últimas (¡aunque a saber!...), poniendo al día la entonces algo relajada política represiva. Volvió a París y en el 77 grabó un disco con poemas de Pablo Neruda, al que conoció a principios de esa década. Para cuando se reinstaló junto al Sena ya había dado recitales por toda Europa e Iberoamérica.
Pero  quizá la canción que más fama le procuró aquí en aquellos primeros 70 fue la de Brassens, La mauvaise rèputation, La mala reputación, traducida al castellano.

La mala reputación. Canta, Paco Ibañez.

Tiene en su haber una quincena de discos además de algunas colaboraciones con otros artistas. Paco sigue siendo una voz imprescindible para quien disfrute con la conjunción de la poesía y la música. Un decir corto dadas sus maltratadas cuerdas vocales, pero  serio, intenso, emocionado, y hasta vibrante cuando se lo podía permitir.
A pesar de sus referencias musicales que no niego, el mentado Brassens, Leo Ferré o los cantautores americanos, pocas veces se menciona el tono juglaresco nacional que indudablemente tiene, y su elección de Góngora y sobre todo Quevedo, ya en sus primeros discos, lo corroboran.
Ésta, un poema muy conocido de don Francisco, vale para cualquier tiempo, para el nuestro también, mientras no desterremos del mundo la miseria que imponen los poderosos a la mayoría. Y es una de mis preferidas.

Paco Ibañez. Don dinero, de Francisco de Quevedo.

En su repertorio prima el tema crítico y político, de entre estos últimos el poema de Gabriel Celaya es otro al estilo del de Alberti, A galopar, una canción referente del antifranquismo  que alimentó también la polémica entre poesía comprometida y solipsista, o poesía social y hedonista, o... como quiera que se llamaran los contendientes, una controversia en muchos casos artificial, donde parecían ventilarse más diferencias personales o camarillescas que poéticas. Y en cierta manera una etiqueta de mercadotecnia lírica.
Pero ya hemos visto que Paco no se ciñe sólo a esos asuntos. Sin embargo no os ahorraré los versos. 
"Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden"... 

Paco Ibánez, (1969), La poesía es un arma cargada de futuro, de Gabriel Celaya.

Desde su primer concierto en Cataluña el año 68, su amistad con Dalí, su reconocimiento en la escena internacional, a su colaboración con los anarquistas y los poetas de habla hispana, Paco ha ido dejando en nuestra memoria un florilegio de canciones en todos los registros de la emoción, de lo combativo a lo infantil. 

Con algunas hemos acunado a nuestros hermanos pequeños y a nuestros hijos.

Paco Ibáñez canta  El Lobito Bueno, de José Agustín Goytisolo.



Y termino porque si me fío del tirón tengo para otro tanto y ya empiezo a cansar. Tan sólo señalar su colaboración en los últimos tiempos con Tachia Quintanar.
La última canción es un poema de León Felipe, poeta del que hablamos ayer  y al comienzo de este escrito y que da título a la entrada de hoy.

Ya no hay locos en España, de León Felipe. Paco Ibañez.


Salud y buena música.

Ramiro.