jueves, 19 de abril de 2012

Marió, Μαριώ -2


Grecia, agosto 2011.

Buenos días. Contestaba ayer a Ana Capsir (Navegando por Grecia) a un comentario suyo, que yo pensaba que Marió era más mayor de lo que en realidad es. No me había molestado en buscar su biografía y saber su fecha de nacimiento, podría ser una hermana mayor para mí. Poco me faltó para considerarla contemporánea de los primeros rebetes.
¿A qué se debe ese error tan gordo? Pues, quizá, a que la escuchamos desde el primer año que fuimos a Grecia, hace 27, y ya entonces le veíamos esa cara de abuelita risueña.

En esta grabación de unas Amanes (Amanades) con sus amigos, compañera de la primera de ayer de la que Ana me hablaba, Marió, en su salsa, demuestra su conocimiento del acordeón, el instrumento con el que empezó en la música. Lo hace de maravilla y eso que está muy virada respecto a la posición más correcta y anatómica, por cómoda, en que se toca. Y las amanés, karsilamás y smirniótikas es lo que más me gusta de ella.
Αμανες, Amanes.  Μαριώ, Marió.


Pasamos dos veces por Tesalónica en coche, los dos primeros años, la primera viniendo de Yugoeslavia y la segunda volviendo de Turquía.

Un año antes de que fuera capital europea de la cultura "vimos" un corto cinematográfico, real, verité como le llamaban, reflejado en las puertas abiertas de cristal de un hotel mientras esperábamos en recepción. Un espectáculo precioso en vivo que duró la media hora que estuvimos sentados allí.
Delante de nuestros ojos, por la acera de la calle, fueron desfilando toda una serie de imágenes, colores, personajes, indumentarias, vehículos..., entraban por una hoja, los veíamos después, reales, en el vano, en el centro de la pantalla, y al tiempo los estábamos viendo ya reflejados en la otra hoja espejada de la puerta.

El telón de fondo eran cajas de camiones con colores vivísimos, amarillos, rojos, naranjas, verdes,  saturados a veces y densos. Y las ropas también  muy coloristas, orientales, calientes, granates, oro...  . Cabellos oscuros, miradas profundas y rostros atezados de los transeúntes, y una pareja de nórdicos con mochila, pálidos y rubios, contra la caja negra de un trailer turco con letras enormes y una media luna color carmín, o sangre, al sol potente de la mañana...

Algunas personas se paraban un momento, familias con niños que habían venido de compras de los pueblos, un poco sobrepasados por la ciudad, tratando de orientarse en aquel hervidero. Otras cruzaban con prisa, dejando tras de sí apenas una estela de color.

Y de acompañamiento musical, junto al tráfago de la calle, Marió. ¡Guapísimo!. Tesalónika, Θεσσαλονίκη μου!.

Λέλιμ γιάρ, Lelim yiar.- Μαριώ.

El último año en Limnos nos coronamos de puro torpes en asuntos de música griega, perdimos la actuación de Loudovikos ton Anoyión en un pueblo cercano a Kondopuli, éste el del del exilio de Giannis Ritsos y su "Olla ahumada", Kapnismeno Tzoukali, donde estábamos. No nos enteramos de que actuaba, ¡si tiene menos de 500 habitantes y Loudovikos es un monstruo!, ¿cómo íbamos a suponer que estaría allí al lado y, cómo lo pagaron?,... Grecia.! Es como si Javier Krahe con acompañamiento va a Peleas de Abajo, de Arriba o a Cazurra (Zamora), que los tres son vecinos, a tocar para cuarenta parroquianos con boina y mala leche. Y que no se me enojen los zamoranos que en toes partes cuecen habas, menos en Asturias que cocemos fabes (hay que barrer pa casa).
Pero es que además, pocos días después, Marió actuó en Mudros, al lado también, ese pueblo que había sido cuartel general de las tropas aliadas al mando de Churchill en la 1ª Guerra Mundial, en la famosa batalla de Gallípoli. Íbamos en autobús a Mýrina para ver a Portokáloglou y a quedarnos para asistir también a un concierto de paliorebétika (r. vieja) al día siguiente, cuando vimos los carteles con la foto de Marió. ¡Había estado en Mudros la noche anterior!.

Me hice con una de esas grandes fotos publicitarias y la traje pensando pintar algo con su cara como centro, un collage de homenaje a la música griega. Pero no hice nada, cada vez que la veo me deprimo.
Y vimos a Portokáloglou, que no escribe mal, es un cantautor repetado a derecha e izquierda, pero para mí canta como los extreñidos típicos, ¡esos gemidores del amor que tanto hacen por el sexo adolescente!. ¡Buaaaaá!!!...

Ya que hablamos también de Ludovikos, pongamos un tema de su colaboración con Marió en Bit Patsar, Μπιτ Παζάρ, (1999).

Μουσική/ Στίχοι, Música/ Letra: Λουδοβίκος των Ανωγείων.
Στο Μπιτ Παζάρ. Φωνή, Voz, Μαριώ. 


Para que a nadie le suceda lo que nos ha pasado a nosotros muchas veces, dejar escapar a grandes músicos que teníamos en el pueblo de al lado, gratis, en fiestas populares, por no informarnos antes debidamente, aconsejo a quienes visiten Grecia por algunos días, especialmente en verano con infinidad de eventos musicales, y culturales en general, les aconsejo, insisto, que pidan los panfletos y programas que editan los ayuntamientos en cada isla y comarca del país, o que se informen como buenamente puedan. Si se enamoran de Grecia luego sentirán no haberlo hecho.  

Pues con esto se me ha ido al cielo el espacio del segundo capítulo y no dije casi nada del trabajo de Marió en los 90 y 2000, aparte de la mención de arriba al disco de ton Anoyion.
Como ya escribí con palabras parecidas al comentar ese CD en la entrada de Ludovikos, es una recreación, desde el éntecno (clásico) cretense de la smirniótika y las músicas grecoturcas de la rebétika, elegante, magnético y dulce. Como la música del propio autor, aquí obediente a ritmos aún más orientales que los cretenses.

Lo dejo pues y cualquier día improviso otro capítulo con las canciones que todavía me quedaron en reserva.
Ya he puesto más en varias entradas, en la de Ludovikos que acabo de citar y en otras: la de Tesalónika de ayer (O mangas se jorisi), otra que hablaba de que Dios fuma haschís (Haschís ipie o Zeós), que recuerde, y seguiré poniéndo otras.

Un tema alegre que para mí es cuando más luce la voz de Marió, aguda, brillante, juvenil, dinámica.
Η Ρεμπέτισα Μαριώ με την Εστουδιαντίνα Νέας Ιωνίας Βόλου. La rebétisa Marió con la Estudiantina Nueva Jonia de Volos. Magdalena.

Μαριώ ❀ Μανταλιω, Μανταλένα.

Υγεία, Salud!.

Barbarómiros.

Cular de obiésporo ibérico



Morcón cular: caputalismo carnívoro con la bendición del Biendichoso.

Recientemente hemos vuelto a escuchar a otro señor obiésporo de no sé dónde darle caña a los gays, se supone que desde su sana heterosexualidad, aunque aquí dudamos que la suya sea una sexualidad sana e incluso apostamos más bien por una homosexualidad reprimida y culpable, y hasta por la ausencia de ella, como su ángel custodio.
Mejor se cortaban la ´luenga` por no nombrar el apéndice entrepernas. O los mismísim ôô ss.

En cualquier caso no parece sólo cosa de espermatorrea, o sea de verborrea quería decir, detrás de la incontinencia verbal hay diarrea mental severa, contagiosa y más difícil de atajar.

Estos sepulcros blanqueados, estos seres poderosos e influyentes, podres bajo la púrpura que esconde también sus erecciones y poluciones, se apresuran en señalar a los culpables en tiempos de crisis, son los primeros que tiran la piedra y como no tienen vergüenza ni se molestan en esconder la mano.
La caza de brujas es su política preferida, para mostrar al asustado pueblo la víctima propiciatoria con cuyo sacrificio se granjean las simpatías de los más fanáticos y aplacan a los dioses que piden sangre, mientras los verdaderos responsables de la ruina asisten divertidos al espectáculo y se van con los cuartos del común en el bolsillo, de rositas.

Claro que, un señor obiésporo es como un menistro con cargo vitalicio y todos ponen el huevo de oro en el ñial de esa cueva de Alí Babá que es el Vatic ano.
Todos, millonarios, grandes estadistas y jerarcas eclesiales, son buenos amiguetes, se visitan, se reparten bulas y bendiciones, hacen cuestaciones caritativas en las oenegés y fundaciones que ellos crean para defraudar más, o administran y se reparten los caudales y poderes respectivos. ¡Ralea!.

Si realmente el fuego inquisitorial que invocan bajara del cielo sobre Sodoma para castigar a los pecadores habría que verlos correr con los culos chamuscados, no por homosexuales, por mariconas.

Javier Krahe, Los caminos del señor.

Salud.

Trippa Gorri Nera.