lunes, 21 de mayo de 2012

Καπετάνισσα πειρατής. Capitana pirata


Asturias 2012.
 
Καπετάνισσα πειρατής

(Dedicado a Ana Capsir)

Escogieron un modo de vida atípico. Las dos habían comenzado a navegar desde niñas con pequeños veleros de la familia y se conocían, continuaron una amistad que ya venía de los abuelos. Nacidas al lado mismo de los barcos, al arrimo del viejo puerto, fueron juntas al instituto y estudiaron en facultades vecinas.
Al terminar la carrera cada una tomó un rumbo diferente y durante diez años apenas se vieron un par de veces, pero ninguna de ellas había abandonado la mar ni la vela. Seguían viviendo en ciudades portuarias y saliendo a navegar con amigos siempre que podían.
Pirata Ángel daban nens. Animainacio. La Filla del Gran Pirata

Inconformistas e independientes cambiaron varias veces de trabajo y acabaron por cansarse de todos y de soportar la incompetencia de los jefes y jefecillos que les tocó en suerte en tierra. Cada una por su lado buscó un trabajo relacionado con la mar para, por lo menos, estar en contacto con el medio que amaban.

Todo el mundo tiene la errónea idea de que el dueño de un barco es un rico. Y ellas podrían contar muchas cosas a propósito de ese lugar común. Pero no porque sean ricas, que no lo son, o dueñas ahora de un pequeño velero, no. Porque durante varios años se vieron obligadas a trabajar para ellos, para esos ricachones y millonarios que llenan las marinas del lujo con sus palacios flotantes desplazando, con sus barcos, su prepotencia y su dinero, a los sencillos aficionados que tienen por la vela y la navegación una afición que les cuesta todos sus ahorros de trabajadores.
Habían visto también cómo las autoridades portuarias y la policía de vigilancia marítima les bailaban el agua a estos percebes de altura, ejerciendo de mamporreros y guardia privada, alejando los pequeños barcos que por necesidad o error se veían obligados a fondear en las, cada día más escasas,  zonas libres próximas a los puertos más caros y concurridos, colonizados por esta fauna de crustáceos.

Como es lógico no podían adaptarse tampoco a esta clase de gente. Fue en uno de esos superbarcos, en el que se volvieron a encontrar como tripulantes, donde fraguaron su proyecto. Cuando terminó ese contrato, con unos ahorrillos, una pequeña ayuda de la familia, mucho trabajo y más entusiasmo compraron un barco a medias. Era un velero de doce metros que adquirieron en un país vecino, con mucha madera y mimado por su dueño. Estaban exultantes de alegría.

Kiko Veneno. Patapalo.

Siguieron durante un tiempo aceptando diversos trabajos temporales relacionados con la mar, formando parte de tripulaciones ocasionales, contratadas como capitanas de embarcaciones de recreo menores o llevando barcos de algún burgués de un puerto a otro y de uno a otro mar.
Cuando al fin lograron poner en marcha una pequeña empresa de charters veraniegos que les daba para vivir pero sin ninguno de los llamados lujos de ricos, ya se las sabían todas en materia de barcos, puertos, patrones, huracanes y política marítima.

Al cuento. En cierta ocasión tuvieron que entrar en una de esas marinas para pijos, que trataban de evitar a toda costa, por causa de una avería. Ya en el momento del atraque fueron recibidas con palabras poco amables por el dueño del monstruo flotante vecino, que estaba rodeado de zodiaks y otras lanchas menores con una liada de cabos y amarres notable. Con el dueño o con uno de sus estúpidos invitados de turno, porque todos los que andaban por aquella inmensa cubierta, exceptuando la marinería, contratada, tenían la misma pinta de merluzos, o merluzas que también las había, algunas contratadas a su vez...

Hubo varios roces a lo largo de la tarde porque los chulitos entraban en slalom y salían continuamente con las neumáticas (de las dos clases), sin miramientos,  ahora a cruzar el puerto, a pasear a una gamba, a bañarse en alguna cala próxima, ahora a esquiar o a follar mecidos por las olas a media milla de la bocana, en fin, un sin vivir para quien cuida su barco porque es su pasión y su medio de vida.

Pero cuando llegó la noche y empezó la juerga la cosa empeoró. El ir y venir acabó en un buen rayón en el pequeño velero que había sido preparado primorosamente por ellas para la presente campaña y cuyo casco relucía de puro pulido.

Pusieron el grito en el cielo y el tipo se rio diciendo que ya se haría cargo el seguro. No hubo manera de hablar con alguien que les diera los datos del barco o que respondiera a sus protestas por el estropicio. La juerga seguía su curso desmadrado y así continuó toda la noche.
El colmo fue el abordaje que sufrieron, porque no tiene otro nombre, por parte de cuatro señoritos energúmenos, borrachos, que intentaron entrar en el camarote y a los que tuvieron que enfrentarse bichero en mano hasta echarlos del barco.

Ellas ya habían solucionado su avería y pensaban soltar amarras al amanecer. Cuando cesaron los gritos, la música y el escándalo del barco de los locos y se hizo por fin el silencio, estaban ya dispuestas a partir. Pero antes pusieron en práctica un plan cuya realización no les llevó más de media hora.

Marina. De Santiago Auserón. Raimundo Amador y Ketama.


La aurora de dedos rosados les dio los buenos días a muchas millas de aquel puerto de pescao podre.

Del resultado de su hazaña se enteraron días después. El lujoso barco del Millonetis Equis se había hundido inexplicablemente en el mismo muelle en el que estaba amarrado. No hubo víctimas ni heridos. Tardarían mucho tiempo en reflotarlo y aunque descubrieran antes las dos vías abiertas en el imponente casco nunca podrían encontrar a los autores ni demostrar nada, y en el palo de su barco ondeaba una bandera pirata.

Σωκράτης Μάλαμας ~ Το νησί των πειρατών.

http://www.youtube.com/watch?v=rpMuuxA4NU4&feature=related

Salud y buenos vientos.

Ramiro Rodríguez Prada.