viernes, 20 de septiembre de 2013

80


Noche de verano en una ciudad del sur.


Salí a tirar la basura


llorando casi como una Magdalena, ¿o ya salí más veces como ella y me repito?, bueno, pues desconsoladamente, por la muerte de un pariente. No era un hermano, ni mi madre, hace tiempo y no recuerdo con exactitud si se trataba de un primo, un tío o incluso algún familiar de mi esposa, acabábamos de recibir la noticia. Cerca de los cubos un vecino me dio el pésame y volvimos charlando sobre la precariedad de la vida y lo duro que es perder a un ser querido. Había dejado de llorar pero seguía muy triste. Le di las gracias y las  buenas noches al vecino y entré en casa un poco extrañado de que estuviera enterado de aquella defunción, de la que nos habían informado hacía sólo unos minutos. Le pregunté a mi compañera si sabía la hora del funeral y me dice, ¿Qué funeral? Y ahí ya pensé que tenía que volver a pasar por la consulta del psiquiatra o quizás por la del otorrino, tal vez por las dos...



Berliner Philarmoniker Horn Ensemble. Carl María von Weber. Extractos de Freischütz y del 10º movimiento de Kind Of Jazz de la serie de Larry Porter.




Salud y felices pesadillas


ra

4 comentarios:

  1. Hi Ra,
    Lo de la basura genial, como siempre. Pero se te ha deslizado un errorcillo en la música: el compositor es Carl Maria von Weber y no Anton Webern, que hacia otras cosas más horribles hasta que lo mataron los yankis.

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  2. ¡Gracias Tomás, ahora mismo lo corrijo, el error no es pequeño! Perdón, soy un ceporro.
    Me alegro que cambiemos unas palabras después de lo discreto que fuiste apuntándote a la Psi. Gracias otra vez.
    Seguro que eres un buen consejero musical, atrévete y enséñame!

    Muchos besos.
    Ramiro

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  3. Con la pasta que te has debido dejar en el psiquiatra, te daba para pagarte un becario tira basuras.
    Besitos
    Viriato

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    Respuestas
    1. Es el que me toca en la sanidad pública, César, no creo que sea peor que uno privado, y salir a tirar la basura no es el problema mayor, ya lo sabes, ¿será la diaria alucinación de la realidad más prosaica?, mucha palabra me parece, será el orégano griego.

      Besos!

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