jueves, 31 de octubre de 2013

Cuento chino


Tésnica mixta sobre cartulina
Ramiro Rodríguez Prada  1994.

Cuento chino


Láo Lún Zuö, 劳伦佐, vino de muy lejos, desde la región más occidental de la Provincia del Oeste. Consiguió un trabajo en los jardines de la Ciudad Imperial. Antes había demostrado sus dotes de jardinero en la capital de su provincia, Mön Kló Nà, pero aspiraba a convertirse en el jardinero favorito del mismo Emperador.

Cuando Láo Lún vió a la princesa Lù Nà, 璐娜, saliendo al jardín del Bün Dês Tà en el crepúsculo, quedó hechizado. La observaba oculto bajo las flores de los almendros floridos, sumergidos ya en la penumbra.
Lù Nà se aproximó a un rosal y  acercó su naricilla, heredada de sus ancestros del Norte del Imperio, a una rosa. Eran las favoritas de Láo, las había mimado todo el año como a preciosos gusanos de seda, y el pobre Lún tuvo que agarrarse al tronco del almendro más próximo para no caer inconsciente al suave musgo del Bün Dês Tà rendido de puro amor.

Muchos días suspiró Láo Lún Zuö por Lù Nà mientras ponía todo su amor el el cuidado de aquel rosal, y muchos atardeceres espió sus salidas al jardín. Ella nunca olvidaba su cita con el aroma sutil de aquellas flores y acercaba su graciosa nariz a las rosas, demorándose y perfumando su rostro y su cabello. Brillaba como un lucero solitario en el ocaso Lù Nà. Láo Lún se derretía.

Una tarde ventosa de otoño, cuando empezaban a escasear las flores, Lù Nà salió al jardín, invadido ya por la sombras de la noche inminente. Láo la esperaba hacía rato, oculto entre los hibiscos blancos. La vio tan hermosa  bajo el rosal ese atardecer desapacible, que se puso al descubierto saliendo como un autómata al claro del Bün Dês Tà. Salió con la cabeza gacha haciendo reverencias, confuso y anonadado.

¡¿Tú eres Láo Lún?!, exclamó ella al verlo, ¡El jardinero que vino de Mön Kló Nà! Te conozco. Mírame, soy Lù Nà, hija del emperador.

Pero Láo no se atrevía a levantar la cabeza, sólo asentía afirmando como un camello, ¡Se odiaba a sí mismo! Pobre Láo...

Mírame, repitió ella con dulzura.  


Láo Lún Zuö fue nombrado Maestro Jardinero del Bün Dês Bà y se casó con Lù Nà. Con la llegada al poder de Mäo se dedicaron a la jardinería. En el Imperio Capitalista sus descendientes regentan negocios relacionados con las Naranjas de la China y las Flores de Pitiminí, 橙子和花Pitiminí中国.


拉米罗  罗德里格斯
Lâ mï luó  Luó dé lî gé sï
Ramiro Rodríguez

Video homenaje a la Banda Sonora Original de la película "El Último Emperador" (The Last Emperor), compuesta por Ryuichi Sakamoto y David Byrne en 1987.



身體健康!
Salud!

miércoles, 30 de octubre de 2013

Troikas Puerkas


Después de la crisis


888RRADAS

desprOporciOneS


Nos ciscamos en la 

ω   ω   ω
º      º      º
º      º      º

t   r   o   i   k   a
ω    ω    ω
O    O    O
O    O    O
O    O    O
O    O    O
O    O    O
O    O    O

Pero sobre los más pobres, los más débiles, los desprotegidos, sobre los pueblos y las patrias, sobre los trabajadores, sobre las personas... 


€llo$$  cagan  toneladas!!



§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§



Ramiro


Cheb Mami.    Lellah Ya El Jar.


Salud

martes, 29 de octubre de 2013

O Κώστας Ταχτσής, Costas Taktsís


Detalle de la cubierta de  La tercera boda, de Costas Taktsís.
Traducción de Natividad Gálvez.
 Diseño de la colección, Enric Satué. Ediciones Alfaguara 1987.

La tercera boda
Το τρίτο στεφάνι

Buenos días. La tercera boda, Το τρίτο στεφάνι (1962), de Kostas Taktsís, Κώστας Ταχτσής, es una de las novelas fundamentales de la literatura griega moderna.

-"Por eso entiendo que me reprochen el haberme vuelto a casar en vez de intentar casarla a ella."

Ella es su hija, que sigue viviendo de sus padres a la bartola, como una condesa, tal como la califica su madre, fuente constante de preocupación y en ocasiones de angustia, presente en muchos de los monólogos y diálogos de la protagonista de la novela, Nina, que se casa entre otras razones para poder sostener a esa rémora.

-"¡Que se lleve el demonio a los que me impidieron abortar!..."

Y en el párrafo que cierra el libro, donde habla de su último marido, Zódoros, con ese bicho que es su hija:

-"Pero si llegara a ocurrirle cualquier cosa y autorizan los popes, como he oído, el cuarto matrimonio, soy capaz de casarme por cuarta vez. <Y no por nada, le he dicho, ¡tan sólo por fastidiarte!>"

La primera cita, ya en la segunda página, nos informa de que se a vuelto a casar. Lo hará tres veces, de ahí el título de la novela que en griego literal sería  La tercera corona (stefani), porque en la ceremonia religiosa del matrimonio ortodoxo el oficiante coloca una corona sobre la cabeza de los novios en señal de unión.

La historia cuenta las vicisitudes, las peripecias, la pelea diaria por sobrevivir de una serie de personajes populares griegos en un periodo que va desde finales de los '30 a principios de los cincuenta, es decir, desde la dictadura de Metaxás y la guerra con Italia, hasta los años de los presos políticos en las islas (Makrónisos, Limnos...) después de la guerra civil griega, pasando por la ocupación alemana y la guerra mundial.
Al abundar el monólogo, Taktsís ha escogido la primera persona, aunque tiene ocasión de presentar a otros personajes, como Ecavi, amiga y maestra de Nina en la vida, que le da réplica, casi coprotagonista, que cuenta su propia historia no sólo a través de los ojos de Nina, sino mediante diálogos o terceros personajes. Secundarios con una personalidad muy bien trazada por el novelista, que huelen a reales, que respiran, vivos, humanos y auténticos.

Escenarios y periodo histórico terribles para los griegos, guerras, represalias, hambrunas, miseria...y en medio de todo, la fortaleza y capacidad de resistencia de unas mujeres que llevaban la peor parte.
La voz de Nina parece al principio, y en muchos pasajes a lo largo de la novela, la de una maruja hablando con una vecina chismosa. Hoy, que tanto les gusta poner a algunos autores y editores griegos la vitola de "historia almodovariana" en las solapas de sus libros, dado que admiran al director manchego, no se la hubieran ahorrado a la novela de Taktsís de haberse escrito tres décadas después.

Al contrario, pese a ciertas similitudes, pronto la historia de Kostas va tomando cuerpo, apartándose del relato costumbrista o de clase pequeñoburguesa, para ahondar en un análisis social, que no desdeña ni lo político ni lo familiar, nacional, histórico y hasta lo personal anecdótico.
Y es ante todo una novela sobre Grecia y los griegos, sus mujeres, sus costumbres, sus virtudes, sus defectos, su vida diaria. Una verdadera lucha en una época muy difícil, con algún toque humorístico pero con más frecuencia dura y amarga. Y sin embargo llena de ternura y sabiduría. Lo mejor será que ponga, para acabar el capítulo de hoy, una serie de citas.

-"Las enfermedades, ya se sabe, vienen todas juntas"
-"...soy desconfiada y maliciosa como todos los griegos"
-"Y me quedé sola bajo la estatua de Platón, aturdida, rogando que se abriera la tierra y me tragara"
-"Ahora que el mar se ha convertido en yogur nos hemos quedado sin cucharas"
-"Nosotros los griegos no somos un mal pueblo. Tenemos cantidad de defectos, eso sí: somos desconfiados y chismosos, no nos gusta hablar bien de nadie. Pero es a causa de nuestra pobreza. Donde hay pobreza hay habladurías"
-"El dinero que ahorramos en alquiler lo gastamos en petróleo" (los inviernos de la ocupación...)
-"La noche anterior había traído más de un kilo de castañas, las primeras del año, y las puse a cocer"

La última es una cita que publicamos también en el Éxitus de Psilicosis junto a otras tres que se le parecen y que me apetece repetir aquí. La tercera, de Maqua se aparta más y sabemos que no incurrió en plagio, pero siempre sospeché de Henry Miller, casi idéntica, en una época en que el americano estaba muy al tanto de lo que se escribía en Grecia. Pongamos que es casualidad.

-"Pero cuando se es pobre uno no tiene derecho ni siquiera a caer enfermo" (Taktsís. La tercera boda)

-"Si se quiere curar necesita uno gastar mucho; la enfermedad es cosa de ricos" (I. N. Panayotópulos. Los pobres)
-"En una familia tan pobre como la suya uno no podía permitirse el lujo de caer enfermo" (Henry Miller. Con una pequeña ayuda de mis amigos)
-"(El suicidio es cosa de ricos, los pobres no tienen tiempo para suicidarse, tienen que dar de comer a los suyos)" (Javier Maqua. Dos huevos fritos)

Costas Taktsís
 Detalle de la contracubierta de la edición griega.

Y una referencia obligada a la edición española. Fue publicada por Alfaguara en 1987, traducida por Natividad Gálvez, que recibió el premio nacional de traducción al año siguiente por este trabajo; las citas de estas reseñas pertenecen a ese libro.

-"Ramona que estás ahora tan lejos"... (Tango argentino que hacía furor en la Atenas de los años 30)

Me despido con la cita de la canción. Ramona es un vals -o tango, según- escrito para la película del mismo título, de 1928, popular en todo Occidente e interpretada por Dolores del Río. La versión original en inglés recuerda poderosamente a Marlene Dietrich. La más conocida aquí creo que fue la de Gloria Lasso, pero se han grabado cientos de versiones, cantadas en varios idiomas, sólo orquestales, rockeras y hasta con bandoneón.
Los autores fueron Mabel Wayne y Gilbert Wolfe, pero cada país adaptó la canción a su idioma con la reescritura de la letra. El autor de la griega fue Andonis Plomaritis, la voz la de una reina de la canción de la época, Sofía Vembo.

Σοφία Βέμπο. Ραμονα. Sofía Vembo. Ramona. 1938.

http://www.youtube.com/watch?v=WDfM12XXdqQ

Habrá un segundo capítulo sobre La tercera boda y su autor, Kostas Taktsís. Hasta entóncenes.

Salud y unas sonrisas.

Ramiro Rodríguez Prada

lunes, 28 de octubre de 2013

Blanca Esteve -2


Ilustración de  Blanca Esteve  para un texto de  Ramiro Rodríguez Prada.
Psilicosis. Éxitus. 2006.


CONDICIONES LABORALES


                                                  Difícil olvidar al minero que saltó, hacia las ocho
                                                  de la mañana, cuando yo aparcaba para entrar a
                                                  trabajar.  Sentí como si un colchón empapado se
                                                  estrellase contra el suelo. Cayó a la puerta de Sili-
                                                  cosis y estuvo allí un rato, tapado con una manta.
                                                  Salpicó de sangre la  persiana del despacho de la
                                                  enfermera jefe,  que me  había citado  a  primera
                                                  hora para anunciar una nueva vuelta de tuerca al
                                                  garrote al que ya estaba amarrado. 

                                                  Rígido frente a la jefa, la persiana, aún echada, a
                                                  su espalda;  al otro lado  seguía tendido el  paisa-
                                                  no, a quien conocía bien porque además éramos
                                                  tocayos, pero más que el cadáver veía la persiana
                                                  regada de sangre y escuchaba el sonido,  húmedo
                                                  y compacto,  de lo que entonces, cuando aparca-
                                                  ba,  no sabía  que  era  el cuerpo  de  un  hombre, 
                                                  mientras ella hablaba y hablaba y hablaba girando
                                                  la manivela.

                                                                
                                                               Ramiro R. P. Oviedo 1999-2006.

              A Berta Piñán, complemento agrio -salvaje- de su 
         Rosa y Ramiro.


Ilustración de  Blanca Esteve  para  Condiciones laborales. Psilicosis 2006.

Blanca Esteve -2


Buenos días. Un tiempo después del Éxitus, último número de Psilicosis, donde se publicaron las ilustraciones de Blanca, le escribí una carta para agradecer su colaboración y decirle algo personal sobre lo que me parecían sus dibujos. Le envié también un quesín asturiano, de buena voluntad, como suelo hacer con algunos amigos lejanos.

En la misiva le decía que la ilustración de hoy era la que más me había gustado de la revista. Sobre todo por la elección del blanco para expresar la muerte, por la entrada del dibujo desde el lateral de la página, por su punto de vista poético que dulcifica la brutalidad del relato, o por sus virtudes cinematográficas, que también están presentes en su tercera ilustración, a la que dedicaré otro capítulo.
Me lamentaba también de la calidad del papel, como hiciera Tania, que transparenta la siguiente página, como se puede ver en la fotografía central.

Agradeció tanto las pocas palabras y los breves elogios, que me dedicó su trabajo de animación de fin de curso, Mazurka (2009): Una bailarina de danza clásica va perdiendo sus miembros mientras baila una mazurca de Chopin...
En los créditos no figura la dedicatoria, pero ella se encargó de hacerme llegar una copia donde veo mi nombre junto a esa maravilla y me emociono; el trabajo, una delicada miniatura, me parece una preciosidad y yo no tengo palabras para agradecer eso...

He visto tres animaciones de Blanca Esteve: Animación para  A Film About Home (2008),  Mazurka (2009) y Espantapájaros (2011). Las tres se podían ver hasta hace tres meses en la página de Blanca en Vímeo. Siento mucho no poder poneros las tres o, cuando menos, esa Mazurca que tanto me conmueve.

Blanca Esteve.  Espantapájaros (2011)



Ilustración de  Blanca Esteve  en el Éxitus, último número de Psilicosis.
Para el texto Condiciones laborales de  Ramiro Rodríguez Prada.

Me voy con el sombrero de Buster Keaton, uno de los detalles cinematográficos a los que me he referido.

El tercer capítulo, con la ilustración de la mujer fatal, una Rita Hayworth peligrosísima, dentro de una temporada. Acompañaba un texto de Raúl Castañón del Río, Fusión en negro; tal vez escriba una historia nueva algo más corta.

Y os dejo la Mazurca de Chopin, banda sonora de la pieza de Blanca Esteve.

Chopin. Arthur Rubinstein.  Mazurca op. 17 nº 4.

http://www.youtube.com/watch?v=idbaPu1gDPg

Salud!

Ramiro Rodríguez Prada


P. D. ¡La Mazurca vuelve a estar en Vimeo, gracias Blanca!

Blanca Esteve.  Mazurca. 2009.

http://vimeo.com/8703794

Petons!

domingo, 27 de octubre de 2013

87


Oviedo 2013.



Salí a tirar la basura



por estirar un poco las piernas, más que por auténtica necesidad. Hoy sólo tenía dos bolsas mediadas y hubiera podido pasar sin salir. Pero, al cabo de los años, esto casi ha llegado a convertirse en una rutina biológica, como cuando aprieta el hambre por la mañana a la hora del pincho, o las ganas de cagar tras la lectura de la prensa matutina. La bondad de la noche me recompensó el pequeño trabajo diario, porque la temperatura parecía más propia de un veranillo otoñal, que de un invierno anticipado de finales de octubre. Había en el aire fragancia de flores silvestres recién cortadas y todo invitaba a dar un paseo. Se oía música. Metí las bolsas en los cubos y seguí caminando hasta la cercana plaza. Junto al punto limpio -de esta confluencia de calles en un pequeño jardín, más que plaza, para ser exactos-, cuatro tipos de una charanga, trompeta, tuba, violín y acordeón, atacaban lo que me pareció una marcha fúnebre bufa. Algunos vecinos, animados por la dulzura de la noche, habían bajado sillas plegables de sus pisos y escuchaban el improvisado concierto, muy atentos y felices, rodeando a los músicos. En el espacio entre los espectadores y los intérpretes, éstos habían colocado una anticuada maleta de cartón, abierta; la reliquia de un bohemio trotamundos, tal vez el estuche del instrumento de un músico, ambulante como ellos, donde brillaban ya algunas monedas. Escuché tres temas, que parecían variaciones de una pieza para funeral. Eran lentos y tristones, pero sobre todo los tocaban tan mal que noté cómo se me iba bajando el vacilón de la salida y empezaba a deprimirme. La tortura a la que sometía el violinista a su pobre minino ¡ponía los pelos de punta! Dejé mi contribución y tomé las de Villadiego acompañado por los últimos compases de aquel requiem que, acercándome ya al portal, se iban perdiendo en la distancia.



Vinicio Capossela.   Il ballo di San Vito.





Salud y felices pesadillas.


ra

sábado, 26 de octubre de 2013

86


Confuçao.


Salí a tirar la basura


y en esta ocasión cogí una pequeña linterna, porque llevamos una temporada en la que los apagones son muy frecuentes y no es la primera vez que me pierdo, hasta en el mismo portal, que no tiene el tamaño de un campo de fútbol precisamente. ¿Es un fenómeno paranormal? No, es una constatación de la relatividad del tiempo y el espacio y, en cualquier caso, de la inconstancia de la luz por la incuria de la compañía de electricidad. Esto pensando a mi favor, naturalmente. Sin embargo hoy no tuve problemas y el portal estaba iluminado como para una boda. ¡Unas veces por defecto y otras por exceso, siempre nos pasamos!, pensé saliendo ya a la calle. Y es que fuera sucedía lo mismo, parecía que era de día por la cantidad de luz que había. Cuando llegué al lugar de los cubos ya no estaban, debieron pasar más pronto de la cuenta los del camión. Por una cuestión de estética ciudadana el Ayuntamiento sólo permite que estén en la acera unas tres horas, de 9 a 12 aproximadamente. Me encogí de hombros y volví a casa, no me apetecía ponerme a buscar otro punto limpio y eran sólo dos bolsas con poca cosa, las sacaría mañana. Iba pensando todavía en lo pronto que habían pasado los de la recogida y al entrar en casa mi compañera me preguntó, con cara de extrañeza, qué hacía con las bolsas en las manos. ¡Ya pasaron!, contesté. ¿Quienes?. ¡Los del camión, cada día pasan más pronto, no deben ser ni las doce!. ¡Son las once!..., dijo ella mirándome como a un bicho, ¡De la mañana!...


Canteca de Macao.  Contigo.




Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 25 de octubre de 2013

85


En la reserva.
Oviedo 2013.



Salí a tirar la basura



cuando todavía faltaban tres horas para que pasaran los camiones de la recogida, de hecho hacía pocos minutos que los repartidores de los cubos los habían depositado en la acera, frente a los portales. Lo sabía porque acababa de entrar de la calle y los había visto. Aproveché para salir antes de poner unas zapatillas con las que ando más cómodo por casa. El portal estaba a oscuras y en el corto trayecto hasta la llave de la luz me perdí. Empezaba a preocuparme porque no veía nada y caminaba y caminaba sin tropezar con una pared. Más que confusión sentía enfado, ¡qué enfado!, ¡cabreo neto y bruto!, ¿dónde cojones se había metido la pared? La fatiga enseguida hizo su aparición pues mis pulmones no aguantan más allá de unos cientos de metros sin que les dé un respiro. Tras una corta parada en la que no tenía donde apoyarme y en la que tampoco me atreví a sentarme en el suelo, quizá por temor a que anduvieran bichos, ratas, ¡qué sé yo!, eché de nuevo a andar. El lugar por donde me movía ahora parecía subir, o pudiera ser el cansancio, el caso es que fui reduciendo el paso cada vez más. No sé el tiempo que transcurrió, pensé en sentarme allí mismo ¡y que me mordiera san cristo! Ya totalmente difunto, así lo hice. Debería de haberme decidido antes de llegar a esos extremos de caquexia terminal, porque fue posar el culo en el frío suelo y sentir un alivio inmediato, como si se hubiera encendido una luz en la oscuridad. Y, en efecto, se había encendido, pero no en mi trasero. Era la luz de la calle cuando un vecino entró en el portal. No me dio tiempo a reaccionar, todo rodeado de bolsas allí tirado, porque estaba más muerto que si hubiera acabado de llegar a la cima del Everest. El vecino me miró, dijo buenas noches y cruzó delante de mí en silencio. Es de los discretos, confío en que no añada mucha leña al fuego de mi leyenda negra. ¡Y tan negra!: oí el ruido de los camiones de la basura, ¡llevaba tres horas perdido! Haciendo un esfuerzo titánico me incorporé esperando llegar a tiempo. Las piernas casi no me respondían, pero alcancé la puerta, la abrí y conseguí echar una carrerina. Entonces me di cuenta de que, con la ansiedad y el esfuerzo, no había recogido las bolsas del suelo. No hubiera llegado aunque las hubiera llevado, porque el último camión arrancaba ya a toda leche. Si me hubiera dado tiempo ¡creo que me tiro yo de cabeza en lugar de tirar las bolsas! No quería llorar, pero al entrar en casa me caían unos lagrimones como puños, ¡de pura mala hostia!



Superuva.   Voy para tu casa.



http://www.youtube.com/watch?v=CJ-tGvj43zg



Salud y felices pesadillas



ra


miércoles, 23 de octubre de 2013

Ο Γιώργος Καλογρίδης, Yiorgos Kalogridis -2


Kalogridis en Nueva York con Nikos Mastrás, 1968.
Fotografía en el CD nº8 de  Protomastores.

Καλογρίδης -2

Buenos días. Se me van terminando los Protomastores cretenses, me quedan un par de autores, después no sé por dónde seguiré, porque al resto los llevo escuchando apenas dos años y no soy capaz de reconocer ninguna canción.

He ido subiendo otros intérpretes, carrozas como Aerakis o jóvenes como Martakis, y unos cuantos más, para no repetirme siempre con los mismos que ya conozco, y es posible que, para no abandonar la etiqueta, siga por ahí. Veremos. 

Los tres panegiristas que escriben de Kalogridis, Adonis Sanudakis, escritor y profesor, Manolis Pandinakis, periodista, Yioryis Karatzis, poeta popular, hablan de su alta calidad como compositor, de la riqueza de sus melodías, de su brillante ejecución como liraki, y de su voz profunda, rara hoy día en el panorama musical de Creta.

Βαγγέλης Μαρκογιαννακης. Γιώργος Καλογρίδης.
Ηρακλειώτικες κοντυλιές.  Kontiliés de Iraclio.

http://www.youtube.com/watch?v=wdyHSOx5D8I

Pasión con mayúsculas, y sentimiento, alma, ve Karatzís, que ensalza, como Sanudakis, el estilo de Yiorgos, venido de una tradición ancestral, incendiaria y oscura a un tiempo, enraizada en la matriz de lo popular.

Las kontiliés anteriores son esas improvisaciones que tanto me prestan de la música cretense. Ya que las "fotos de las fotos", hay que decirlo así, todas sacadas del CD nº8 que Protomastores dedicó a Kalogridis, no son muy buenas, he dejado para este segundo capítulo las canciones que más me gustan.

Y en la siguiente, ese comienzo de la barka sto yialó (barca en el mar), el timoni y el kapetanios, a mí ya me ganó desde el principio sólo con esas pocas palabras. Y me gusta el recitado que, aunque sea el de un pentozali, danza guerrerame recuerda el de las kontyliés, de nuevo.

Γιώργος Καλογρίδηςvoz, violín. Βαγγέλης Μαρκογιαννακης, laúd.
Πεντοζάλια κρητικά.  Pentozalis cretenses.


Por otra parte pasa por ser un extraordinario intérprete de mantinadas populares (coplas, alboradas, improvisaciones...).

Si no la he colocado para cerrar es porque la grabación deja un poco que desear, las otras dos finales son registros algo mejores.

En 1966 emigró a Estados Unidos, como ya adelanté, y se instaló en Nueva York. Un ictus y la hemiplegia resultante en 1977, con 54 años, privó a la música tradicional cretense de uno de sus autores e intérpretes más genuinos y profundos. Las veinte canciones registradas en su carrera como músico lo fueron en la década del 46 al 56.

Νίκος Μαστράς, laúd. Γιώργος Καλογρίδης, voz y violín.  Αμαριώτικα Πεντοζάλια.

http://www.youtube.com/watch?v=8uFhzPY4FME

De fiesta en Spili, Σπηλι, su pueblo. 1951.

Murió en 1999 en Estados Unidos, sin haber podido regresar a la hermosa Creta.

Me voy con los dos versos que abren ese primer syrto grabado en Atenas en 1946, que encabeza el primer capítulo del día 21, Πολλές φορές στον ύπνο μουque lo haría ya un imprescindible de la música tradicional, no sólo cretense, sino también griega. Y un último tema.

Πολλές φορές στον ύπνο μου γίνεσαι σύντροφος μου,
και μου γιατρεύεις τις πληγές π΄άνοιξα μοναχός μου

Muchas veces en mi sueño te conviertes en mi compañero,
y curas las heridas abiertas de mi soledad

Γιώργος Καλογρίδης. Βαγγέλης Μαρκογιαννακης.
 Φτάνει η πληγή που μ' άνοιξες.  Llega la herida que se abrió para mí.


Salud y buena música

Barbarómiros

martes, 22 de octubre de 2013

Adverbios de lugar


WANTED
El Boquino, un tipo siniestro


888RRADAS


                                                        Advrbio$$  d  lugar

                    Aquí............................................................................................... en Ejpaña
                    Ahí................................................................................................. mismo
                    Allí................................................................................................. donde pinten oros
                    Cerca............................................................................................ de la pasta
                    Lejos............................................................................................. de la honradez
                    Fuera............................................................................................ de toda mesura

                    Dentro.......................................................................................... del bolsillo
                    Alrededor.................................................................................... como hienas
                    Aparte.......................................................................................... de lo que ya chupaban
                    Encima......................................................................................... la burla
                    Debajo.......................................................................................... la mayoría
                    Delante......................................................................................... de tus narices
                    Detrás........................................................................................... ¡san dios!




Rdacción advrbial hispano-$$uiza

   + 


Aquí en Ejpaña, ahí mismo junto a tu casa, allí donde pinten oros, muy cerca de la pasta, lejos de la honradez mínima, incluso fuera de toda mesura, meten dentro del bolsillo todo lo que pillan, andan alrededor como hienas insaciables, aparte de lo que ya chupaban, y encima la burla de la justicia, la impunidad, debajo la mayoría, cabreada pero sumisa, malversan lo público, roban delante de tus narices y no pasa nada, ¿quién está detrás?, ¡san dios!


Puturrú de fuá.  Reyes Majos.



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Advrbio$$

jmplo$$ )


                    Delante                                                                                              Detrás

                    El tesorero                                                                                           El Partido Popular

                    Bárcenas                                                                                              Rajoy

                    El yernísimo                                                                                        La Monarquía

                    Urdangarín                                                                                          Juan Carlos



Ramiro Rodríguez Prada


Albert Pla.  Carta al rey.



Salud

lunes, 21 de octubre de 2013

Ο Γιώργος Καλογρίδης, Yiorgos Kalogridis


Ο Γιώργος Καλογριδις.
Del CD nº8 de  Protomastores.

Καλογρίδης


Buenos días. Vamos ya con el octavo de los Protomastores de la música cretense, Yiorgos Kalogridis. Lo salté para hablar del pescador de Kisamos, Nikolis Tsekas, del que llevaba más tiempo buscando información, sin grandes resultados, y del que había esbozado un pequeño retrato en el capítulo dedicado a Kutsurelis en esta etiqueta.

A una de sus canciones, Muchas veces en mi sueño, se la compara con dos clásicos muy conocidos de la música popular de otras regiones, el Itiá de Rumeli, Ιτιά, Ρούμελη (Un topónimo genérico, y amplio en lo geográfico, de la época otomana) y Amáranzos, de Moriá, O Αμάραντος, Μωριά (Peloponeso).

 Laúd, Γιάννης ΜαρκογιαννακηςΓιώργος Καλογρίδης, voz y violín.
  Πολλές φορές στον ύπνο μου. Muchas veces en mi sueño.


Fue su primera grabación, un Syrto kefo/alovrisianós, que registró en Atenas en 1946, terminada la Segunda Guerra Mundial y cuando Grecia se había metido en la siguiente, la Civil. Años en los que hubo otro éxodo de personas hacia la capital, no tan importante como el del 22, pero sí muy numeroso e igual de mísero y triste. Yiorgos regresó pronto a Creta.

Fueron muchos los músicos cretenses, y de todas las islas y regiones griegas, los que tuvieron que emigrar en esos años, y por supuesto otros tantos salieron del país, como 20 años después haría el propio Yiorgos.

Tampoco de Kalogridis encontré mucha información y, para mi desesperación, es la misma que figura en el libreto del CD del que ya disponía, repetida una y otra vez con las mismas palabras, y encima recortada en muchos casos. Esa famosa frase de que en internet está todo es más retórica que otra cosa.
 Βαγγέλης Μαρκογιαννακης. Γιώργος Καλογρίδης. 
 Σ' ένα κλαδί του μενεξε.  Como un ramo de violetas.


Los hermanos Markoyianakis, Yianis y Evayelos, fueron quienes le acompañaron más frecuentemente con sus laudes. Yiorgos componía, cantaba y tocaba la lira. Aprendió en la adolescencia con músicos no profesionales de su pueblo, Βασιλάκη y Μαρκογιώργη, otro Markoyianaki.

Así que a esos escasos datos biográficos y musicales, iré añadiendo pinceladas que completen y sitúen un poco al músico, para ir rellenando de ese modo estos puntos entre canciones, que era lo que me interesaba subir, sobre todo. 

Kaligridis nació en Spili (1923), como Skordalós, un pueblo montañoso situado en el interior de Creta, perteneciente a la Prefectura de Rézimno, como casi la totalidad de los grandes maestros. El lugar es famoso por sus manantiales. Hay una fuente veneciana espectacular, con ¡diecinueve! chorros de agua saliendo por sus caños en uso, que son otras tantas cabezas de león, y es una de las atracciones de la isla. Cerca pasa el camino de senderistas E-4, que ya mencioné al hablar de Sfakiá en Archipiélagos.

Βαγγέλης Μαρκογιαννακης, laúd. Γιώργος Καλογρίδης, violín, voz.
 Το γιασεμί χωρίς νερό.  El jazmín sin agua.

http://www.youtube.com/watch?v=nS3_qB4UVLc


Kalogridis con Sifis Seryedakis en Atenas, 1947.

Un Syrto rezimniótiko (de Rézimno) era el tema anterior. Lo que sí conocía de él, además de esa información del libreto, que es todo, son las 14 canciones del CD. Todas las que he subido pertenecen a esa antología. Hubiera preferido las seis que no conozco, porque al parecer sólo llegó a grabar 20. Y tampoco encontré todas, con las ocho que había disponibles casi escucharemos la mitad de su obra.

Los títulos de esa recopilación son: 1. Χανιώτικος συρτός. 2. Πολλές φορές στον ύπνο μου. 3. Πεντοζάλια κρητικά. 4. Συρτός Ηρακλειώτικος. 5 .Σ' ένα κλαδί του μενεξέ. 6. Φτάνει η πληγή που μ' άνοιξες. 7. Αμαριώτικα πεντοζάλια. 8. Αγιοβασιλιώτικος συρτός. 9. Κάνε φτερά και πέταξε. 10. Ηρακλειώτικες κοντυλιές. 11. Το γιασεμί χωρίς νερό. 12. Ήθελα να 'χα μια καρδιά. 13. Με χωρίς πόνο και καημό. 14. Μην ταξιδεύεις με το νου.

Y de la que sigue, que ya coloqué en algún capítulo de Creta, en Janiá, una letrilla. Traducción libre de un casi lego en el idioma, ya sabéis. Como siempre, si alguien me corrige se lo agradeceré.

Βαγγέλης Μαρκογιαννακης. Γιώργος Καλογρίδης. 
 Χανιώτικος συρτός.  Syrto de Janiá.

http://www.youtube.com/watch?v=w6hv0k-9vNU

Χανιώτικος συρτός

Είναι στιγμές που η καρδιά είναι πλημμυρισμένη
από καημούς γιατί σκληρά την έχεις πληγωμένη.

Ηθελα νάχα μια καρδιά να μη γνωρίζει πόνο
να μη γνωρίζει τι θα πει αγάπη εις τον κόσμο.

Syrto janiótico

Hay momentos en  los que el corazón se inunda
de duros pesares porque tiene una herida

Quisiera tener un corazón que desconociera el dolor
que no supiera lo que es el amor a la gente.


 Dentro de un par de días el segundo capítulo, a ver si consigo por fin ir acortando las entradas.

Salud y buena música.

Barbarómiros.

domingo, 20 de octubre de 2013

Blanca Esteve


Ilustración de  Blanca Esteve  para  un poema de  Berta Piñán.
 
Detalle del faro. 
PsilicosisÉxitus. 2006.


UN MINERU BRETÓN
          REMEMBRA LA SO TIERRA
                                                                 

                                                                 LA MIO TIERRA ye Morbiham,
                                                                 la mio xente ye d'ellí.
                                                                 La mio tierra ye tamién d'agua y sal,
                                                                 la mio memoria ye acuático
                                                                 como les lloses de Morbiham.
                                                                 Equí metío, baxo'l carbón inglés,
                                                                 pueo ver tovía les cares de la mio xente,
                                                                 goler l'airín fresco de Morbiham
                                                                 cuando yera veranu y teníemos
                                                                 blancu'l corazón.

              De  UN MES.  Día 26. 
     Berta Piñán


Ilustración de  Blanca Esteve  en las páginas centrales del Éxitus, último número de Psilicosis.
Para el poema  Un mineru bretón remembra la so tierra, de  Berta Piñán.

Blanca Esteve

Buenos días. Conocí los dibujos de Blanca por mi sobrina Tania. Charlaban y dibujaban a un tiempo, a veces a dos manos, en una página de internet donde se reúnen esos locos con sus lapiceros y demás herramientas.

Entonces firmaba  La fea. Me gustaron sus dibujos y le ofrecí colaborar en Psilicosis. Preparábamos aquel año 2006 el último número de la revista, que titulamos  ÉXITUS, un eufemismo latino de uso en hospitales, sinónimo de difunto no de éxito, -ex itus, fuera del hito-, la palabra con la que se cierra la historia clínica del enfermo, ahora ya cadáver, escribiéndola en mayúsculas bien grandes encima del sobre en que se guarda todo.

Escogió los textos que quiso ilustrar, y fue una sorpresa para ella leer el poema de Berta Piñán, donde habla de Morbiham, en la Bretaña, lugar de procedencia de la familia materna de Blanca y donde ha pasado años de su infancia. Espero no ser indiscreto aportando estos datos biográficos, porque la supongo celosa de su intimidad y yo estoy de acuerdo.

Me envió tres ilustraciones, y es lástima que tampoco las fotos le hagan a ésta el honor que el dibujo merece. Lo digo porque ya el papel estucado de la revista no reproducía bien los grises, y es un dibujo donde el gris en fundamental, se palpa la humedad y la noche. Pero es difícil controlarlo todo y yo estoy contento con el resultado final, lo sentía más por ella.
Lo hizo sin cobrar un duro, nosotros no hubiéramos podido pagarle mucho más de un plato del día. Otro texto que escogió, fue uno mío de un suicidio del que fui testigo a las puertas del trabajo. Y el tercero ilustraba un relato corto del género negro con una figura femenina. Pero de eso hablaremos en el segundo capítulo, dentro de una semana más o menos.

El poema de Berta, que rehusó enviarnos inéditos, pero nos dio permiso para reeditar algunos versos, se publicó en la editorial asturiana Trabe, en Uvieu 2004. Pertenece al libro Un mes.
Nuestra selección tenía que ver con el carbón, la mina, y la nostalgia de la tierrina, cosas que nos provocan.

Un abrazo y besos en primer lugar para Blanca Esteve, a quien espero poder enviar este pequeño recuerdo. 

¡Y mucha salud para todos!
.
Alan Stivell.  Ys.



Ramiro Rodríguez Prada

viernes, 18 de octubre de 2013

Ο Γιώργος Μπάτης, Yiorgos Batis -2


Στράτος  Παγιουμτζής Μάρκος Βαμβακάρης, Γιώργος Μπάτης, Ανέστης Δελιάς.
 Τετράς η ξακουστή του Πειραιώς. El Famoso Cuarteto de El Pireo.

Μπάτης -2


Buenos días. Al hablar en el primer capítulo del carácter de Batis, su condición de hombre polifacético, y mencionar sus negocios, mitad tabernas y bares musicales, mitad fumaderos de sustancias prohibidas, olvidé apuntar otros seudónimos por los que también era conocido en el barrio: cada alias un rostro y siempre Batis.

Como director de sus particulares "academias", vamos a llamarlas asina, de baile e instrumentos del rebético, era el Maestro, Δάσκαλος; como intérprete del baglamadaki y cantante afogao, el Derviche, Ντερβίσης; y como camello del marrón de la Poli o de Persia, el Mangas del Pireo, Μάγκας του Πειραιάs.

Γιώργος Μπάτης.  Οι Φυλακές του Ωρωπου. Las cárceles de Oropos. 1934

Hay varias anécdotas de cuando regentaba estos tugurios. En una se habla de un tubo que atravesaba la pared que dividía la parte delantera del bar, legal, del fumadero trasero. Para no tener que estar entrando y saliendo continuamente del teké, y poder vigilar la puerta por si la policía se acercaba, fumaba por ese tubo, que servía también para dar el aviso en caso de peligro introduciéndolo rápidamente.

Pues cuentan que en una ocasión lo sorprendió la policía en plena faena y Batis sólo tuvo tiempo de empujar y esconder el tubo, mientras aguantaba el humo en sus pulmones.
Un policía, que lo miraba intrigado viendo como iba poniéndose progresivamente rojo y morado sin abrir la boca ni despegar los labios, le preguntó qué le pasaba, qué estaba haciendo, a lo que Batis respondió soltando al fin el humo a punto de reventar, que estaba "estudiando para fakir".

Cierta o no, la historieta da indicaciones de la picardía de Yiorgos, un ντερβίσης burlón.

Γιώργος Μπάτης.  Γυφτοπουλα.  Gitanilla. Karsilamás. 1934.

En una pequeña reseña biográfica en internet hablaban de su elegancia y de su apego a los modos refinados en el vestir de los antiguos rebetes, παλιόμαγκες. Estilo llamado πέννα (la pluma...): traje negro, camisa blanca, corbata o en su caso pajarita, y sombrero negro de fieltro. Y los stivalia, unos zapatos puntiagudos de tacón alto que gastaban ya los koutsavakika. Y no podía faltar el intenso perfume a pachulí o similares.

Los rebetes de los años 20  podían usar brillantina para el pelo, pero los kutsavakika se dice que utilizaban manteca de cerdo. Eran el hampa de Atenas desde los años de la independencia del país en el siglo XIX. Atemorizaban a la ciudad, entonces muy pequeña todavía, y dominaban algunos barrios donde ni la policía se atrevía a entrar. En muchos momentos llegaron a tener contactos con políticos que los protegían y actuaban entonces con absoluta impunidad.

En cierto modo pueden considerarse los precursores de los mangas y rebetes del siglo siguiente, quienes copiaron muchas de sus maneras, la forma chulesca de caminar y contonearse, la gestualidad y ritualismo de algunos comportamientos, o la vestimenta.

Γιώργος Μπάτης.  Ο Μπουφετζης. El del bufete. 1935.


Compartieron además los barrios pobres de la capital y sus bajos fondos, el gusto por la juerga, el alcohol y algunas formas ilegales de ganarse la vida, como la explotación de la prostitución o el uso y negocio de las drogas.

Aquellos eran aún más amigos de la pelea bronca, auténticos matones, con sus cuchillos cruzados en los fajines, su desafío a la autoridad y su desprecio por la comunidad. Y tampoco destacaron como músicos, a diferencia de la banda del Batis.
En el karaiosis, el teatro tradicional de sombras, las marionetas, que tuvieron un origen y desarrollo en Grecia bastante paralelo al rebético en música, hay un personaje que recrea la figura del kutsavakika, su facha, sus gestos, su lenguaje. Es Stavrakas, un chulo, un tipo chungo.

La generación de Batis  no llegó a esos extremos antisociales, aunque todavía tontearan con las drogas. Y en la siguiente, de Vasilis Tsitsanis, otro dandy amigo de la elegancia de los mangas, tras la ocupación, ya era apenas una mera actitud estética.

Γιώργος Μπάτης. Το μπαρμπεράκι. El barberito. 1935.

El caldo de cultivo que fue el Pireo de los años veinte, reunió a lo más granado y productivo en canciones y grabaciones, de los intérpretes del género. A la mayoría ya los mencioné, pero no sobrará repetir algunos nombres, que se vaya habituando a ellos la vista y el oído. 

Muchos eran del barrio, como Bayiadéras o Keromitis, otros habían llegado de niños con sus familias, como Deliás o el propio Batis. Expatriados como Papasoglou, Aivaliotis, Skurtis... . En fin, allí estaban también Papaioanu, Genitsáris, Mouflouzelis, Vlajos, entre otros muchos y, cómo no, los dos compañeros de Batis en el Cuarteto que faltan, Paiumtsís y Bambakaris.

Tendría que aparecer la generación siguiente, después de la Segunda Guerra Mundial, ésa de Tsitsanis, para que se volviera a repetir tal confluencia de talentos, muchos llegados a Atenas, El Pireo o el Ática desde todos los rincones de Grecia.

Γιώργος Μπάτης.  Οι σφουγγαράδες. 1935.

Batis con sus colegas a la puerta de su taberna, el  Ζωρζ  Μπατέ, en Lemonádika.

Murió en marzo de 1967 y pidió que lo enterraran con su baglamá. Allí seguirá agarrando el baglamadaki con sus huesos mondos, con esa risa abierta y sus incisivos, esas paletillas dentales, y el cabezón, el cráneo pelado que, junto al bigote, le dan ese aspecto extraño de niño canijo, viejo y guasón. El bigote ya le habrá caído a la calavera...

Como no tenía mucho que decir de Batis, me fui por los cerros de Úbeda hablando de cosas relacionadas. Pero me interesaba subir la música. Por otra parte, los temas que toqué son los colaterales del rebético, y en ésas estamos también, conviene situar a los personajes.

Γιώργος Μπάτης.  Σούχει λάχει σούχει λάχει να σε κυνηγούν οι βλάχοι


Y lo dejo con un Jasápico. Ο Χασάπικο, ya sabéis que es el ritmo de los carniceros, ο χασάπης es el carnicero y το χασάπικο la carnicería.
Es la primera canción que yo controlé de Batis y le tengo un cariño especial. Cachonda, se burla un poco de los prototipos nacionales y locales, El griego habichuela, el italiano macarrón / el turco, querido, arroz pilaf y el inglés patata..., canta en las primeras estrofas. Y después los nacionales, el del Pireo, el de Hydra, el de Kalamata mujeriego... . Y entre ellos, los de su pueblo, los de Methana, peras.

Él había nacido en Paliá Loutrá (Viejas Fuentes), de Methana, en el Golfo Sarónico, junto a Poros, porque aquel coronel antepasado suyo, había recibido unas tierras en Kaloni, a cambio de sus servicios a la patria en la Guerra de la Independencia.

Curiosa manera ésta de premiar con el patrimonio nacional a los militares y a otros colaboradores, como ya conté a propósito de la islita al sur de Creta, Gavdópula, que fue adjudicada en propiedad a una familia. En muchos casos, no está muy claro si los regalos fueron el pago al heroísmo patriótico, o nepotismo y favoritismo descarado. En realidad reproducían una costumbre, ¡a un paso del siglo XX!, que ya pusieron en práctica las polis griegas clásicas...

Γιώργος Μπάτης.  Ο Φασούλας. (O Fasulas). El Abichuela. 1936.

http://www.youtube.com/watch?v=Tfygg7ZS_Rs

La despedida una letrilla de Ο Μπουφετζης, El del bufete:

...τρία σωστά κουκλάκια,
τρεις κοπελίτσες πεταχτές
να πίνουν τσιγαράκια.

...tres muñequitas fetén,
tres chiquillas vivarachas
para fumar unos porritos.


Salud y buena música.

Barbarómiros