domingo, 1 de diciembre de 2013

El Mirlo rubio del pruno


Jano bifronte.  Poeta comiéndole la oreya al  Mirlo rubio.
Dolores de poesía en los bares.
Laionsity,  2012.

Recuerdo


Buenos días. Finalmente he tenido que improvisar también esta entrada, a pesar de que llevo todo el año buscando la oportunidad de ver a la Curruca aedensis. Fui cambiando su ubicación mes a mes con la esperanza de poder fotografiar los pinreles de la pájara en la actualidad. Esperé hasta el final. No ha podido ser, el año se acaba y es la última oportunidad que tengo para dedicarle unas imágenes y unas pocas palabras. El resto del mes está programado.

Y en este tiempo sólo hemos hablado dos o tres veces, por teléfono. Naturalmente yo he ido viendo y comentando casi diariamente sus fotografías, Aedotor en Schutterchance y en nuestros Flanvoritos, donde se impone la calle con sus infinitos motivos y geometrías. Más un evidente gusto por lo psicodélico en un sentido amplio, además de original, Different..., como repite en sus comentarios Preyi Coco, otro fotógrafo de SC.

El Mirlo, como cualquier pájaro, incluido naturalmente el Pardillo que esto suscribe, va cumpliendo años y cansa ya de tanto trino: la pajarera hospitalaria en la que canta, es cada día más una trampa donde no se ve salida ni color. La veteranía, la entrega, el cariño, el buen humor, la camaradería, están dejando paso a la bisoñez, la competición, la desconfianza, las caras largas y el cada uno a lo suyo. Cuando no a la ignorancia, la trepa, el pelotismo, la puñalada trapera, la mala hostia y el San Pedro se la bendiga. ¡Con estos mimbres, cestos podres!

Las imágenes son de los dos encuentros del año pasado en León. La primera en la cita poética primaveral organizada por Felipe Zapico y sus amigos, Dolores de poesía en los bares, y la segunda en la tranquilidad de su nido leonino.

En el ñeru del  Rubio.  Arriba el  Mirlo, abajo el  Pardillo.
León,  2012.

Propongo y espero que si el año que viene no surge la oportunidad de vernos, la forcemos.

¡Ánimo y paciencia, colegui, que no te quiten ese punto de alegría que siempre tuviste y regalaste!, aunque volvamos a la clandestinidad de las catacumbas, de las que quizá nunca salimos...

Juan Perro.  El mirlo del pruno.


¡Salud, currucas y demás pájaras pardas!

Cannavina Carduélis, pardilla común, rebétissa, psilicosa.

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