viernes, 8 de marzo de 2013

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Albons
Girona, julio 2012


Salí a tirar la basura.


Hacía frío. Me pareció que era de día, una tarde de sol y nubes con un poco de vientecillo, pero muy frío, afeitaba el bigote, un bigote que no llevaba, por cierto, de haberlo llevado lo hubiera perdido ahí  mismo. Decía que sería de día, pero yo todo lo veía negro, juraría que era una noche muy cerrada, sin luna. Había una farola solitaria alumbrando míseramente la acera de enfrente donde se adivinaba la masa indistinta de los contenedores. Vi que por la acera bajaban tres personas caminando a buen paso, delante un hombre, le seguía una mujer a cuatro o cinco metros y otros tantos más atrás un rapaz como de diez años. El hombre y la mujer iban discutiendo en voz alta y gesticulando, por las ropas y el idioma pensé en emigrantes balcánicos, quizá gitanos, me pareció reconocer en ella a una mujer que pedía en la entrada de un supermercado cercano a casa. Me fui a cruzar con ellos frente a los contenedores, habían interrumpido la bronca cuando me vieron acercarme y esperaron a que tirara las bolsas para pedirme una ayuda señalando al rapaz, que no se detuvo, me miró un momento al pasar, con más cara de cansancio y vergüenza que otra cosa y siguió caminando. Me hubiera gustado pararlo y darle a él la pasta pero se la hubieran quitado. Volviendo a casa vi cómo se alejaban calle abajo reanudando la disputa y manteniendo las distancias previas; antes de desaparecer en una esquina, el hombre cruzó de acera para entrar en el oscuro bar de húmedas paredes de mi calle. La mujer y el niño siguieron su camino. Entré en casa pensando en el amor familiar. La oscuridad y el silencio eran completos y yo me eché a llorar.


Garfunkel & Oates.   Fuck me in the ass because I love Jesús.



Salud y felices pesadillas


ra


P. D. La música es una gentileza de los  Contradiarios de José Luis Moreno-Ruiz y su amigo Ramón.