jueves, 6 de junio de 2013

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Castropol 
Asturias, marzo 2013


Salí a tirar la basura



pero sin ganas. No me sentía muy animado estas pasadas jornadas, que si trastornos entéricos, que si tristezas y lágrimas..., y este día en concreto estaba especialmente apático, sin interés alguno por lo que pasaba en la calle. De hecho no miré por la ventana en ningún momento, no sabía ni el tiempo que hacía. Así que tanteé el terreno por si algún alma caritativa me libraba de una tarea diaria que en realidad yo solo me impongo. Claro que después comprueba uno que las cosas que se hacen por propia voluntad a beneficio de la comunidad, luego los demás te las adjudican como si se trataran de obligaciones. Y ahí me véis, con las bolsas en las manos de nuevo. Salí, sí, pero echando pestes de la calle, asqueado de la basura y del fétido olor, renegando de la sociedad, del buen salvaje y del amor universal. A veces es difícil lidiar con una realidad tan prosaica e insolidaria, mucho meno fantasear. Sin embargo el género humano es la caraba. Cerca de los contenedores había un poeta revolucionario recitando sus versos a todo el que se acercaba, o sea, a mí que era el único  que en ese momento tiraba basura. Como tenía una boina en el suelo le eché una moneda intentando esbozar una sonrisa, pero me salió una especie de mueca boba. Dejé las bolsas y me volví sin esperar a que terminara, ¡era penoso, deprimente!, pensé que no le haría ningún favor engañándolo.


Dark la eMe con la Bandina.   Semillas de rosario.



Salud y felices pesadillas


ra