lunes, 5 de agosto de 2013

65


Invitación al relajo


Salí a tirar la basura



medio dormido. Era muy tarde. Debí dejar la tarea para el día siguiente, porque no es la primera vez, ni será la última, que me duermo por el camino, arrimado a una pared, en las escaleras de acceso a las viviendas, en el mismo portal o junto a los cubos. No lo puedo remediar, ¿no se duermen algunos conductores al volante de sus camiones en marcha?, pues yo me duermo caminando. A estas horas, además, hay que llevar las bolsas a un punto limpio muy alejado de casa, como sabréis. Para colmo de males, nos están dejando sin alumbrado público y hay que ir casi todo el camino a oscuras. La propia ubicación del punto en cuestión está pensada con el culo, si bien es cierto que evitarán así malos olores a los pocos vecinos que habitan en la zona. Porque los contenedores están en un barrio al borde de la ciudad, en un descampado detrás de algunos bloques de pisos a medio construir, con sus esqueletos a la intemperie, abandonados cuando el negocio del ladrillo empezó a hacer aguas. Estoy seguro de que después del atardecer nadie se acerca por esos andurriales a tirar nada. Por ahí no pasa ni la policía como no la llamen, y si la llaman tarda. Nadie, salvo algún sonámbulo como yo. En ese lugar ha habido de todo, atracos, navajazos, violaciones, y hasta un par de asesinatos. Pero yo me acercaba adormecido, ajeno a los peligros que pudieran acecharme, como blindado ante la noche y la realidad. Tampoco es la primera vez que me pierdo por las callejuelas. Los párpados me pesaban como plomos y, al cabo, empecé a notar también una fatiga tremenda en las piernas. ¿Cuánto tiempo estuve dando vueltas hasta que decidí renunciar al Puto Punto? Debieron pasar horas, pero al fin logré salir del barrio de madrugada. En algún lugar caí dormido, absolutamente agotado. Sin embargo, por la mañana sonó el despertador y estaba en el lecho conyugal. Me dolían las piernas, los brazos, me dolía todo el cuerpo, tenía la sensación de no haber descansado ni media hora. En el trastero estaban las bolsas que había arrastrado toda la noche.


Eneme.   Sleeping In The Dark.




Salud y felices pesadillas


ra