sábado, 21 de septiembre de 2013

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Papel, plástico, orgánica, vidrio, chatarra, aceites...
Grecia, 2012.


Salí a tirar la basura



a la buena de dios, como se suele decir. Alguien tiene que hacerlo. Antes de salir del portal a la calle me paré un momento y me dije: ¡Pero vamos a ver, hombre!, ¿sales a tirar la basura y ni siquiera se te ocurre comprobar si llevas las llaves de casa?. Es por los demás, porque no se molesten en abrirme. Me palpé los bolsillos del pantalón y las noté en el derecho, donde acostumbro a llevarlas siempre. Eché a andar de nuevo y salí por fin a la calle. Como desde el comienzo iba ya determinado por la conciencia de haberlo hecho todo sin pensar, de forma rutinaria, bajando hacia la acera me volvió a asaltar la duda. ¿No habré olvidado alguna bolsa?, pensé parando en mitad de la escalera y mirando las que tenía en las manos. No. Ahí estaban las dos que suelo sacar casi todos los días. ¡Sólo que hoy tocaba plástico y no papel!. De eso me di cuenta al llegar a los cubos. ¡Otra vez!, y alcé los ojos imprecando al cielo en voz alta, ¡Dios mío, estoy como un cesto, no se pueden hacer las cosas tan al tuntún!. Me disponía a volver sobre mis pasos con la bolsa del delito, después de soltar la orgánica, cuando tuve una de esas visiones, que me suelen atacar tanto en horas punta como fuera de hora, y se me apareció el Cristo de Medinaceli sobre los cubos. ¡Hijo mío!, me dice el probe, que llevaba el brazo y el pecho izquierdo descubiertos, con esa túnica morada de terciopelo que tiene, tan molona, arremangada, y una herida de lanza ¡de la hostia!, a la altura de la tetilla, me dice, doliente y seductor como siempre, ¡Hijo mío!, en vista de que saliste a la buena de dios, te concedo la gracia de transformar tus papeles en plásticos. Y ¡zas!, desapareció. Vi que, en efecto, ya no llevaba papel y cartón, sino envases de plástico que deposité el el cubo ad hoc. Volví a casa muy ufano, casi feliz, ¡Joder!, pensaba, ¡De vez en cuando hay que dejarse querer un poco!


Animación.   El masturbador.





Salud y felices pesadillas



ra