viernes, 19 de diciembre de 2014

201


¡Jesús, María y José!, ¡pero mira cómo beben los peces en el río!...



Salí a tirar la basura



y encima de los cubos se me apareció la Virgen de los Dolores. Del susto noté un tirón en la pierna. Tenía tal cara de agonía esta pobre mujer, con los siete cuchillos clavados en su corazón, que se encogió el mío e hinqué las rodillas abrumado. No era el prodigio del que era testigo lo que me postraba, sino el Profundo Dolor de aquel rostro de madre, tan humano en su agonía, y la Ciática, a partes iguales. La señora me miraba con una sonrisa triste pero sin despegar los labios. Yo no sabía si rezar un Ave María o pedirle que me echara una mano con el ataque agudo. El dolor espiritual desapareció con la propia Virgen, que hizo un mutis y se esfumó como había venido. ¡Levantarlo del suelo y besarlo, por Dios!, pensaba como la saeta al Cristo del Gran Poder. Pero estuve más de media hora encasquillado en la acera, hasta que pasaron dos enamorados y me ayudaron a levantarme, tiraron las bolsas y me acompañaron hasta el portal. Tanta amabilidad tuve la tentación de apuntársela a la intercesión de la Dolorosa, sobre todo porque resultó que la chica se llamaba María Dolores. ¡Y su chico Pepe! ¡Jodeeeer!... . No me atreví a contarles la visión. Les di las gracias y cuando se iban les pregunté, ¿Pero estamos en Navidades o en Semana Santa? Se miraron encogiéndose de hombros y se fueron sin entender la pregunta, quizá pensando que se habían cruzado con un pirado. No les faltaría razón.




Salud y felices pesadillas.


ra
 

lunes, 15 de diciembre de 2014

200


Tres Reyes Majos.
Desde el nido del  Mirlo rubio. León.


Salí a tirar la basura


en las postrimerías de aquel año horrible. Por la calle bajaban tres paisanos con carros de la compra de un supermercado. Iban mirando en el interior de los contenedores que se encontraban, pero no parecía que hallaran gran cosa porque llevaban los carritos prácticamente vacíos. Tenían aspecto de pordioseros, vagabundos, carrilanos. Dos blancos con barba, ya mayores, y un negro más joven. Era inevitable hacer la comparación con los Reyes navideños, tan próximos en el tiempo, o con otro cuento de la pasada Epifanía, y estas coincidencias, tanto como el aspecto de los tipos, me hizo gracia. ¡Buenas noches! ¿No tendrá alguna cosa de provecho, buen hombre?, me dice el de la barba oscura cuando llegaron a mi altura, antes de que yo soltara las bolsas, mientras sus colegas echaban un vistazo en los cubos. Creo que no, contesté, y tiré la porquería llevando la mano al bolso con la intención de darles algunas monedas que sabía que tenía. El viejo me leyó las intenciones y me cortó el gesto, ¡Gracias, déjelo, buscamos algo más personal! ¿Como qué?, pregunté algo picado; era la segunda vez en unos meses que me rechazaban una... limosna, vamos a llamarla por su nombre. Si no tiene otra cosa nos arreglamos con su buena voluntad, contestó. Calor humano, Un chiste..., añadieron sus compadres, mirándome expectantes y divertidos como niños. Puedo darles un abrazo, aunque no me sobran las calorías. ¡Si quieren les cuento una historia!, se me ocurrió de pronto. ¡¡¡Vale!!!, dijeron a un tiempo los paisas. Aparcaron los carros junto al muro de la finca y nos sentamos en las escaleras de subida (o bajada, depende ). Ante mi asombro, el de la barba blanca, el más anciano, sacó material y se puso a liar un canuto. El caso es -empecé-, que llegaron tres mendas a las puertas del cielo. Un político, un obispo y un millonario. Picaron y abrió san Pedro. ¡Qué pasa!, preguntó el de las llaves algo destempladamente, encarándolos. Tomó la palabra el obispo para hacer las presentaciones. San Pedro permanecía con la puerta entornada sin terminar de abrir. El político metió la cabeza y no vio a nadie. ¿Qué hay?, preguntó el millonario desde atrás. ¡Poca cosa!, rezongó el santo portero. ¡Nada!, remachó el político. ¿Algún problema?, inquirió incrédulo el obispo, -el negro me pasó el petardo después de pegar cuatro caladas como un botafumeiro-. Bueeeeno..., se demoraba en contestar san Pedro, aunque después fue locuaz, Llegó hace un tiempo un tal Rajoy y con sus reformas neoliberales me está vaciando el chiringuito. Pero no se preocupen que esto no durará. Morirá pronto la famosa Merkel y asumirá las funciones de Sargento Cuartel, que es la máxima autoridad en el Edén, espero que nos eche una manita. ¡Aquí hay mayoría cristiana!, añadió muy ufano mientras abría de par en par las puertas e invitaba a los postulantes a entrar, ¡Pasen, pasen!. (¡El costo no era de diciembre sino de agosto, qué rico!). En efecto, el panorama de la Gloria era desolador. ¿Y el Altísimo?, quiso saber el obispo antes de cruzar el umbral. ¡Entre el facebook y los juegos de ordenador, Nuestro Señor no recibe!, respondió el cancerbero. Los tres se miraron sin decir palabra, dieron media vuelta y se fueron a picar a las puertas del Infierno.




Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 12 de diciembre de 2014

199


Niños en Rodas.
Grecia  2013.


Salí a tirar la basura



con la bragueta abierta. Me crucé en el portal con un chaval que vive con sus padres un piso más arriba. Volvía de dejar sus bolsas. Es de los pocos niños que veo bajar la basura y sólo por eso ya me merece un mayor respeto, si ello es posible. Pero es que además es simpático y educado, de estos que siempre saludan, que te ceden el paso mientras aguantan la puerta o se ofrecen a echarte una mano si te ven cargado. Dijo hola y antes de que pudiera contestarle añadió, ¡Se se la va escapar el pajarín!, y sonrió. No entendí qué quería decir y sólo respondí al saludo y a la sonrisa con otra sonrisa. En la calle empecé a notar una corriente de frío inusual a la altura de mis partes y entonces vi la jaula abierta y comprendí la broma. Por la acera bajaban dos mujeres que debieron observar cómo me estudiaba la entrepierna y cómo continuaba caminando a pesar de haber visto la pajarera al aire. Lo hice así porque llevaba las manos ocupadas y no estaba lejos de mi destino. No obstante, al cruzarme con las féminas, ensayé el gesto de taparme un poco con las bolsas porque las tías no me quitaban ojo. Las cabronas parecían postulantes del pepé, con todas las pieles zorriles a sus espaldas, abrigos incluidos. ¡Oiga, no le da vergüenza, tan mayor!, dice la vulpécula más joven volviéndose, cuando ya las había rebasado. Aparté las bolsas y le contesté, señalando con la cabeza la bragueta, ¡Súbame la cremallera, haga el favor, que no me quedan manos! Se dieron la vuelta y arrancaron corridas, llenándome de improperios, todos del género Sus.


Patti Smith.   Because the night.




Salud y felices pesadillas


ra

lunes, 8 de diciembre de 2014

198


Acción épica.



Salí a tirar la basura



una noche fría como la muerte. Volvía a sentirme como un explorador del Gran Norte, y hasta escuchaba el aullido de los perros arrastrando el trineo entre la ventisca. Al bajar a la calle, el frío seco me afeitó al ras la nariz y las orejas, antes de poder cubrirme con el cuello del tabardo. Las manos que agarraban la basura no eran mías, y cuando solté las bolsas tuve la impresión de que se iban a los contenedores con ellas. Ladraron de nuevo los perros en la distancia y se oía el ruido de camiones en la lejana autopista. De vuelta a casa, aunque ni llovía, ni nevaba, ni soplaba el viento, el frío me arrastró hasta el norte del Yukón, hasta Nenana, y más allá de Alaska, a las estepas siberianas; era el correo del zar, Miguel Strogoff cegado, era ¡Hillary... Clinton subiendo al Everest de rodillas! Metiendo la llave en el portal oí otra vez a los camiones, o quizás un trueno largo. Tiritaba, incapaz de acertar con la cerradura, y todo comenzó a tremolar al compás. Se sacudieron los árboles de la calle como si hubiera pasado una bruja en su escoba. Cayeron algunos tiestos de las ventanas. El terremoto duró unos segundos en los que había quedado paralizado, con un espanto congelado, o congelado -mucho más hielo no cabía- por el espanto. Me pareció que ya era suficiente por una noche. Cuando entré en el hogar el único que temblaba era yo, pero de momento podía contarlo. Mi familia dormía tan tranquila.


D. Türkan. S. Sinopoulos.   Hicaz Karşılama.





Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 5 de diciembre de 2014

197


Furtivismo.


Salí a tirar la basura


una noche de primeros de diciembre. Aún faltaban muchas jornadas para las fiestas navideñas, pero los grandes almacenes, supermercados y tiendas más céntricas ya llevaban quince días dando la tabarra con sus luces, villancicos, turrones, promociones y campañas. Hasta el Ayuntamiento se había contagiado de aquella fiebre derrochona y, empezando por las calles más importantes, llenaba la ciudad de brillos, intermitencias, nacimientos y angelotes blancos. Al salir me llegó la famosa cantinela de la invitación a mirar cómo beben los peces en el río. No sé de dónde venía, y casi no quiero saberlo porque me pareció que salía del chaflán donde está el Bar de Húmedas Paredes de mi barrio, ¡todo dios queriendo vender, aunque sean cubalibres, todo desvirtuado! Será una versión rockera, pensé; esos peces, después de 2000 años bebiendo agua y venga a beber, tienen que tener ya hidrofobia, ¿rabia los peces?, pues acuafobia, ¡que prueben otra cosa! El caso es que los peces me condujeron a la pesca, quizá por imperativo del Atapuerco que cargo encima, la fijación del ancestral. Di la vuelta y entré en casa. Les puse a las bolsas unos lazos monísimos, con cintas colgantes como tirabuzones y adornos vegetales. Me quedaron muy artísticas. A continuación salí de nuevo y las coloqué con delicadeza al lado de los cubos. Todavía pasaba gente por la calle y esperaba que alguien picara. No era mi intención burlarme de nadie, sólo gastar una broma anónima, por eso volví a casa. Pero cada cinco minutos me asomaba a la ventana para comprobar si las bolsas seguían donde las había dejado, ¡me devoraba la curiosidad! No se veían bien y acabé saliendo. Me crucé en el portal con la locutora de Radio Escalera, que entraba cargada. Debieron llevárselas mientras llegué a la calle. 



José Dolores Quiñones. Antonio Machín.  Camarera de mi amor.



Salud y felices pesadillas.


ra

lunes, 1 de diciembre de 2014

196


¡Olvídame!


Salí a tirar la basura



pasito a paso, calculando las posibilidades tanto de un encuentro como de un desencuentro, y quizá sospechando lo más frecuente: la ausencia de toda experiencia que no fuera la de los pasos conocidos de la rutina. Pasos medidos e iguales. Y con estos sucedáneos de ideas, me vi de vuelta en la puerta de casa. ¿Y ahora qué? Ahora tenía que posar una de las bolsas para sacar la llave y abrir...



Johnny Pacheco, Héctor Casanova.  Me llevaron la cartera.




Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 28 de noviembre de 2014

195


Pero tócame suavesito.



Salí a tirar la basura



en una de las noches más frías del año. Siempre que escribo esta frase me quedo un rato pensando si lo sería realmente, no me voy a poner a mirar estadísticas cada vez que hago una afirmación de ese tenor fiándolo todo a una impresión subjetiva. Pero debería de hacerlo, por acallar las dudas con las que tal vez peleo más tiempo del que emplearía en buscar los datos objetivos. ¡Al carajo!, escribir es como salir a tirar la basura, a veces una aventura a veces una rutina, y dos o tres grados arriba o abajo en el termómetro no hacen cocido, tendrán sólo la importancia que queramos darle, por lo general escasa. Lo cierto es que cruzando el portal ya tiritaba. Por la calle pasaba poca gente, muy abrigada. Me pareció que todos tiritaban. Los arces de la avenida tiritaban, las farolas, las luces de los semáforos, el neón del Oscuro Bar de Húmedas Paredes, las pálidas estrellas tiritaban. Cuando solté las bolsas en los cubos me quedé ya helado: tiritaban todos golpeándose entre sí y con los culos sobre el pavimento de la acera como un conjunto de bongos y congas. Si tuviera buena voz los hubiera acompañado con un tumbao montuno, por entrar en calor...



Gilberto Colon. Little Johnny Rivero. Erik Piza. Nelson Diaz. Rubén Rodriguez. José Davila.
Ensalada de pulpo.


http://www.youtube.com/watch?v=DP-ujYGsp4U


Salud y felices pesadillas


ra  

lunes, 24 de noviembre de 2014

194


Aquí la cagas, colega.



Salí a tirar la basura



temiendo alguna barrabasada, hacerla, sufrirla o ambas cosas. No sabría decir qué hice, el hecho es que lo sufrí.



Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 21 de noviembre de 2014

193


Paritorio de la SS.


Salí a tirar la basura



muy embarazado. Junto a los cubos parí. Como no tenía con qué cortar el cordón umbilical y me daba asco utilizar los dientes, en incluso coger al bebé en brazos, todo lleno de sangre y babas, volví a casa arrastrándolo, con la placenta todavía a medio expulsar. Era una imagen tan horrible que ni yo mismo me atrevía a mirarla. Entrando en casa alumbré. Pincé y corté el cordón, y bañé a la criatura en el fregadero donde en cierta ocasión se me apareció el cardenal primado de las Españas acompañado por el Tercio de la Legión con cabra al frente. Le puse un pañal y lo intenté vestir, pero la ropa le quedaba pequeña. Era un crío enorme, con abundante pelo rubio aunque yo soy moreno, me sonreía y entre los labios gordezuelos se le veían ya las paletas de los incisivos. Cuando lo cogí en brazos casi no podía con él. Me senté y lo coloqué sobre mis piernas. Levantó la mano e hizo el gesto de bendecir, el que se ve en alguna imaginería cristiana antigua con el guaje en el regazo de la Virgen. ¡Coño, parí al Niño Jesús!, pensé. Parecía un rapaz de catorce años, el jodío, el embozo del bigote ya le sombreaba el labio. Demasiado cabezón, lucía prominencias frontales. Inevitablemente pensé en Pasifae sosteniendo en sus rodillas a un bebé Minotauro que parecía un Mihura de ochocientos kilos con dodotis. El monstruo abrió la boca y en lugar de decir mamá, mugió. Lo solté como si quemara y salió corriendo. No lo volví a ver.



Nina Hagen.  Smack Jack.


http://www.youtube.com/watch?v=nIDnN34ZZaE


Salud y felices pesadillas


ra

lunes, 17 de noviembre de 2014

192


Libertad con ira.


Salí a tirar la basura



tranquilo, una noche fresca pero serena, estupenda para no airear los trapos sucios. Debí de cerrar mal las bolsas y un viento huracanado que se levantó de súbito llevó hasta la ventana de la cotorra del portal las pruebas del delito.



Miguel Hernández. Joan Manuel Serrat.  Para la libertad.


http://www.youtube.com/watch?v=IgAT0jwnVzA



Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 14 de noviembre de 2014

191


La perdiz a la nariz


Salí a tirar la basura



La noche estaba despejada, pero a mitad de camino se me nubló la vista y me quedé a oscuras. Llegué hasta los cubos guiado por el olor, y ya me conozco el camino de memoria. Sin embargo la vuelta fue más difícil: no me daba en la nariz el aire de familia, eso debe dar en los ojos, tampoco el de Loewe, que dará en el sobaco, pero llegando ya al portal me fui orientando con la morcilla de Matachana.



Koma.   Equí güel comu que fumaron.




Salud y felices pesadillas


ra

lunes, 10 de noviembre de 2014

190


Monstruos familiares.
Gijón,  2013.


Salí a tirar la basura



precavido y temeroso, circulaban unas historias muy raras en torno a los cubos de basura, a los contenedores y a los puntos limpios en general, y soy persona impresionable. No obstante, todo parecían rumores, nadie concretaba nada; Radio Escalera anduvo cizañando con dimes y diretes, sin aclarar el problema y mezclando en cambio a tirios con troyanos para intentar enfrentar a unos vecinos con otros. Yo, siguiendo mi costumbre, me hice el loco y pasé de largo cuando sorprendí, en el portal o en la acera, alguna de esas reuniones donde invariablemente se despelleja a un borrego. La calle estaba vacía y callada, hacía mucho frío. Eso me ayudó a concentrarme en lo que iba pensando. A veces, por cautela, conviene ponerse en situación. ¿Es posible que sea yo el protagonista de esas historias?. ¿Porqué no?, yo o cualquier otro. Pero cuando solté las bolsas pude ver al monstruo en persona, y se lo tragó todo.



Los Ronaldos.  Cuidado conmigo.




Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 7 de noviembre de 2014

189


Paisajes urbanos.
Oviedo  2013.


Salí a tirar la basura.




En el momento de posar las bolsas vi venir un autobús, cuya parada está a pocos metros de los cubos. Tuve una idea repentina, un capricho: subir al bus y dar un paseo nocturno por la ciudad de una hora, en plan turístico, hasta el final de la línea y regreso. No sabía exactamente que autobús había tomado y me llevó bastante tiempo comprender hacia qué barrio se dirigía. Tardaría bastante más de una hora en volver, pero tampoco me importaba demasiado, confiaba en que mi compañera no se preocupara por mi ausencia y tardanza, que por otra parte no es algo infrecuente. El viaje me interesaba más por el paisanaje que por el paisaje, que ya me era muy familiar, aparte de que poco paisaje se puede ver de noche. Sin embargo, gente vi también muy poca y sólo a la ida. Cuando lo cogí, el bus iba ya medio vacío, era el último del día y en la última parada sólo bajamos tres pasajeros. Se quedaba estacionado en aquel mal llamado apeadero del extrarradio hasta la madrugada siguiente. Llegué a casa a las cinco de la mañana hecho un calzones y no creo que viera en todo el camino ni a un par de almas, de espectros, sombras más que personas, no sé si tan enfurruñadas, pero sí tan solitarias como la mía. Eso es todo.



La Romántica Banda Local.   El bus.





Salud y felices pesadillas.


ra

lunes, 3 de noviembre de 2014

188


Abandono.



Salí a tirar la basura



pero no encontré el camino.



Juan de Dios Filiberto. Gabino Coria Peñaloza. Carlos Gardel.   Caminito.

Salud y felices pesadillas


ra

domingo, 2 de noviembre de 2014

Epitafio


Días de gloria


Oración


Descansa anónimo vecino

en el olvido de los hombres

y en la paz de las ortigas

tú que has vivido


De  Otras partidas perdidas.  2014.

Ramiro Rodríguez Prada




¡Vivos os quiero yo!

jueves, 30 de octubre de 2014

187


Cirrosis.


Salí a tirar la basura



a horas en las que ya no se sale. El cielo estaba cubierto y las luces amarillas de las farolas daban a la calle un aspecto enfermizo, fantasmal. Caminé arrimado a la pared del edificio hasta la escalera que baja a la acera. Armándome de valor avancé expuesto en dirección a los cubos, que semejaban viejos borrachos ictéricos arrumbados en un rincón. ¡Pobres!, no podía abrumarlos con más basura. Me senté a su lado y estuvimos departiendo casi toda la noche, también son insomnes. Me protegían con sus cuerpos, la madrugada era fría, pero rosada y hermosa.




Salud y felices pesadillas


ra

domingo, 26 de octubre de 2014

186


¡A que te meo!


Salí a tirar la basura



con la rutina pegada al cuerpo como una segunda piel. A la puerta me sacudí las pulgas, me rasqué las pupas; en la calle aventé la caspa, en los cubos tuve tentaciones caninas de alzar la pata, pero no me salía el pis, así que me adobé los cataplines y volví a casa como un perro piojoso con prostatitis.



David Mourâo Ferreira. Alaín Oulman. Amalia Rodrígues.  Abandono.


http://www.youtube.com/watch?v=N-aMK6QiRq0


Salud y felices pesadillas.


ra

viernes, 24 de octubre de 2014

185


Nosotros no vimos nada.
Lugo.  Galicia, 2013.


Salí a tirar la basura




después de cuatro días sin deshacerme de ella. Iba tan cargado que no veía ni por dónde andaba. Posé la mitad de las bolsas en la entrada de la casa para hacer dos viajes y cuando volví no estaban. No me crucé con nadie ni a la ida ni a la vuelta y no vi entrar o salir del portal a persona alguna. Regresé intranquilo y algo mosqueado, ¿alguien quería tomarme el pelo o era un engendro tipo milagro laico? Quien quiera que fuera, me había ahorrado un paseo, ¡y hacía un frío que afeitaba las orejas! Bien podía repetir más días la jugada y dejar ya de mano las bolsas en la puerta de la calle, ¡menuda bicoca!



Radio Océano.   Terra Chá.


Salud y felices pesadillas


ra



lunes, 20 de octubre de 2014

184


A la vuelta de la esquina.


Salí a tirar la basura



sin expectativas. No esperando nada cualquier cosilla me colmaría, una nimiedad, lo de cada noche. En ese instante empezó el terremoto.



Juan Morao, guitarra. Terremoto de Jerez.  Fandangos.


http://www.youtube.com/watch?v=LF83csjNgQw


Slud y felices pesadillas


ra

viernes, 17 de octubre de 2014

183


Amparándose en la noche


Salí a tirar la basura



y en la acera, pegado al muro que rodea la finca, había un tipo con gabardina hasta los pies que paseaba de la escalera a los contenedores con la intranquilidad de quien teme ser descubierto y, al mismo tiempo, ojo avizor a cualquier movimiento de la calle. Enseguida me vio, llevaba las manos ocultas en los bolsos e hizo el ademán de cerrar aún más el largo gabán. Desde el primer momento me pareció un exhibicionista, faltaba saber si de pelo, de pluma o de ambos. Al pasar a su lado se había parado junto al muro y abrió de golpe la gabardina. ¡Casi se me caen las bolsas de las manos!. ¡María, farlopa, costo, éxtasis, anfetas, conguis, tripis, burro!..., recitó su lista el camello en voz apenas audible. Llevaba la mercancía colgada del forro del gabán en bolsitas de celofán prendidas con imperdibles. Pero ésa no fue la sorpresa mayor: ¡Era el Gran Wyoming! Ya nos conocíamos pero, como es natural, no me recordaba. Fueron años de mucha movida y de mucha gente para él, lo comprendo. Charlamos de conocidos comunes y nos reímos un poco. Lo único que no me hizo mucha gracia fue que me hablara todo el rato en asturiano de la Academia, con claras meteduras gallegas de pata, como llamar sidriña a la sidrina, ¡¿pero nun yes baturro, ne!?.  Aparte de eso, tan simpático como siempre.



Paracelso y el Gran Wyoming.   El exhibicionista.


http://www.youtube.com/watch?v=D1gwuc5j2T0


Salud y felices pesadillas.


ra

lunes, 13 de octubre de 2014

182


La moral.


Salí a tirar la basura



con la moral por los suelos, mocoso, melancólico y fatal. Y sin pañuelo. Me arrastré hasta los cubos colmados, donde un grupo de caracoles se daba un festín con restos de lechuga. Dejé mis bolsas chorreantes a un lado y cuando llegué a casa me limpié la baba y otras flemas, sin entusiasmo, con asco.





Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 10 de octubre de 2014

181


Catafalco de un colega.


Salí a tirar la basura.



En una de las bolsas llevaba el cadáver de un pez que había vivido con nosotros (el pez, no el cadáver) una docena de años. Era un colega, estaba solo en su mundo y nos hicimos mucha compañía. No hace falta decir quién se encargaba de su alimentación y de la limpieza de las peceras, porque tuvo varias. Las tres primeras eran esferas de cristal y la última, rectangular, de plástico. Debió parecerle una mala residencia de ancianos. Al soltar la bolsa sentí como si tirara el cuerpo de un amigo a la fosa común.


Derribos Arias.   Branquias baja el agua.




Salud y felices pesadillas

ra

lunes, 6 de octubre de 2014

180


Fichaje de jugadores.
Suciedad Amómima.


Salí a tirar la basura.



Llevamos veinticinco años separando la basura, mucho antes de que el Ayuntamiento comenzara su recogida selectiva, más o menos diaria, por los domicilios de esta ciudad. Una disposición de la Sociedad Anónima que gestiona los residuos, abalada por los munícipes, amenazaba con multar a aquellos portales que incurrieran en la equivocación o el descuido -para ellos premeditación- de ingresar en los cubos bolsas ajenas a los mismos. Este lenguaje judicial y este proceder policial, que no se apoyan en ley alguna que obligue al reciclaje, hizo que en esta ocasión no recogiera los botes de cerveza y jarabes americanos que tiran a los cubos al pasar, intentando encestar, los viandantes ocasionales y/o los botelloneros que circulan ad libitum o asientan sus reales posaderas en las escaleras de la finca. Al volver observé cómo un coche aparcaba junto a la acera y se abría la puerta del acompañante del conductor. Una bolsa salió disparada hacia los cubos, ¡tres puntos!.


Jah Lude. Tadele Roba.   Asio bellema.


http://www.youtube.com/watch?v=0XuvnnEF8s0


Salud y felices pesadillas


ra

viernes, 3 de octubre de 2014

179


Nirvanas pedestres.


Salí a tirar la basura



sin nada en qué pensar, sin nada en la cabeza, meditativo y trascendental no obstante, ¿hay contradicción?, pues bien, salí contradictorio, incróspeto y vudista con v, ¡ea!. Creo que asomando por el portal ya levitaba. Al llegar a los cubos, la bocina de un conductor macarra con su coche proxeneta? -este empleo del sinónimo no es correcto, lo sé, pero me doblo- me hizo salir del trance volátil y caer de la burra. Caí en un cubo, ¡vaya mierda de Nirvana!



Δημήτρης Πουλικάκος.  Φτάνει πια. Basta ya!


http://www.youtube.com/watch?v=dXmOYh8ueI0


Salud y felices pesadillas.



ra


lunes, 29 de septiembre de 2014

178


Armas cargadas de pasado.


Salí a tirar la basura



y encima de los cubos había una gaviota grande esperando. No me gustan ni tanto así estos Juan Salvadores, me miraba entre impaciente y agresiva. Le hice el gesto de espantarla pero no se inmutó, se puso de perfil y echó una cagada, como descojonándose de mí. Por eso tiré la bolsa desde lejos. Me disponía a hacer lo mismo con la otra, cuando arrancó con el picazo por lanza, embistiendo la bolsa y mi pulgar. La herida era pequeña, a ella le fue peor: atravesó el plástico y quedó con la cabeza dentro. Se la machaqué a zapatazos contra la acera, histérico, mientras la locutora de Radio Portal, a la que sonreí malignamente, miraba horrorizada desde lo alto de la escalera de la calle, con dos bolsas en las manos, reculando a toda prisa y renunciando a tirar la basura esa noche.



Los Berrones.  Agárrate al mangu.


http://www.youtube.com/watch?v=uhMMem-60FI


Salud y felices pesadillas.


ra

viernes, 26 de septiembre de 2014

177


Las apariencias engañan.



Salí a tirar la basura



pero no me acerqué a los contenedores, alrededor todo eran arenas movedizas, varios vecinos habían quedado atrapados, alguno agitaba todavía los brazos o las manos. No reconocí a ninguno, debían de ser de otro portal.



King Oliver Orchestra. Sara Martin.   Death Sting Me Blues.





Salud y felices pesadillas.


ra

lunes, 22 de septiembre de 2014

176


¡Qué tarrazo, colega!


Salí a tirar la basura



como quien empieza una novela que iniciara su andadura al final de un día cualquiera. El primer tranco sería corto, apenas un entremés, una jornada que dura justo hasta el momento en que cierro la puerta de casa tras de mí. Sólo en eso puedo echar la vida...






Salud y felices pesadillas.


ra

viernes, 19 de septiembre de 2014

175


Servicio lavandería.


Salí a tirar la basura



y estuve un momento con la puerta abierta dudando si pasar primero por el meódromo. Pero iba cargado de bolsas, buscar un sitio para posarlas me iba a llevar tanto tiempo como ir de una carrerina hasta los cubos; y me decidí a salir. Pero iba ralentizando la marcha en lugar de acelerarla, y antes de pisar la acera tuve que dar la vuelta, no podría llegar hasta los cubos, no aguantaría, la vejiga me reclamaba una tregua inmediata, tampoco llegaría a casa. Bueno, llegar llegué...



Puturrú de fuá.  Te has hecho pis.




Salud y felices pesadillas


ra

lunes, 15 de septiembre de 2014

174


Oliensuciadas,  2014. 


Salí a tirar la basura.



Los cubos sobre la acera, vistos desde lo alto de la escalera que baja a la calle, parecían los aros olímpicos, de unas Olimpiadas nada limpias, dicho sea de paso, todo muy realista.



Tapones Visente.   Deporte y salud.


http://www.youtube.com/watch?v=Cr-AkwUcBbo


Salud y felices pesadillas.


ra

viernes, 12 de septiembre de 2014

173


Después del guateque.


Salí a tirar la basura



con las notas de un piano en el oído, estaba escuchando jazz, swing, y salí al portal como Fred Astaire en un salón de baile del dorado Holywood. Las bolsas hacían el contrapeso de la pareja, de Ginger Rogers. En la puerta de la calle me encontré con un vecino que llegaba, militar retirado y persona muy estricta. Con la inercia del baile, hice un giro completo para no llevármelo por delante, rematando airosamente mi último paso, y me cuadré. Él, que se había apartado un poco a la defensiva, miró las bolsas, me miró la barba sin llegar a los ojos, se coló de rondón en el portal y no dijo esta boca es mía. Pensaría que perdía su compostura rebajándose a decir Buenas noches. No anda uno fino, camino de los cubos pensaba que tenía que haber dejado las bolsas en el suelo, haberlo agarrado por el talle y completar el baile bajando con él los escalones hasta la acera, en una dificilísima sucesión de pasos. Pero, por otra parte, no soy tan bueno bailando y el tipo está a años luz de Ginger...



Ginger Rogers y Fred Astaire.   Swing time.




Salud y felices pesadillas.


ra

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Ayuntamiento cañero


Paca de paja en Comisaría.
En el tren de Gijón a Oviedo. 2014.


Arte urbano

(Comunicado extraoficial)


Nos pusieron en la puerta un monumento, no sabemos para qué este derroche de ingenio que paga el municipio, el dinero público ni cuenta ni falta si es arte de vanguardia, ¡qué desvergüenza!. Es una bala de paja, quizá por ese nombre tenga sentido colocarla junto a las armas de la policía, el alcalde lo sabrá, porque nadie encuentra explicación a esta especie de happening para burros. ¿Usted qué opina?


Skylorómiros Mavropradakos


Kim Fowley.   Animal man.

https://www.youtube.com/watch?v=xEWdLG8c37s 


Salud.


lunes, 8 de septiembre de 2014

172


El vivo al bollo.


Salí a tirar la basura



y en el portal hablaba por el móvil una de las Lolitas que tenemos por vecinas. Al pasar a su lado me dijo ¡Hola!, muy seria, haciendo a un tiempo el gesto de echar el culo hacia atrás retrayendo las caderas, como si se defendiera de una agresión sexual. Al volver seguía con el telefonino y, mientras me decía ¡Adiós! sonriendo, irguió los hombros adelantando el busto juvenil y sacudiendo la melena. Estuve un rato pensando en el significado de toda esa gestualidad, y si tendría que ver con la conversación que estaba manteniendo por teléfono o con el hecho de que yo hubiera pasado delante de ella con y sin bolsas, pero el viejo verde que pudiera haber en mí no llegó a nada concluyente.



Desde Santurce a Bilbao Blues Band. Massiel.   Soy la mujer.


http://www.youtube.com/watch?v=26_RGeZrloM


Salud y felices pesadillas



ra

sábado, 6 de septiembre de 2014

Licenciados Vidriera


Resbaladizo


A quien corresponda


Buenos días. Me preguntaba el otro día un amigo si no me parecía extraño que no tuviera entre los seguidores de Psilicosis algún profesor de Clásicas, al menos a la vista.
Hay fotógrafos, periodistas, maestras, arquitectos, navegantes, biólogos, enfermeras, poetas, pintores, traductoras... . Y sí, un griego, Giannis, pero biólogo y fotógrafo, más algunas personas que no apuntan una profesión o un título, lo cual me parece perfecto. Yo no se lo pido. Tal vez entre ellos puede haber algún licenciado en Clásicas.

Barajamos varias posibilidades.

Supongo que en parte es debido a que en Psilicosis se habla más de la Grecia moderna que de la clásica. Sin embargo también a mí me llama la atención, porque a la mayoría de los especialistas de griego les interesa a su vez la Grecia actual. Y no sobra la información.
Otra de las posibles razones tal vez sea que no es un blog exclusivo de Grecia. O la deriva eskatológica de algunas etiquetas quizá espante a los espíritus más sensibles, y entre los clásicos ha de haber un buen número. Me parecería, de ser así, un proceder estrecho, teniendo en cuenta el espacio que el género ha tenido en la literatura clásica. ¿Renuciarían a Anacreonte, Petronio o Catulo?, y espero que no se lea lo inmodesto de la comparación. También será que se dedican a cosas más importantes y no les sobra tiempo, el trabajo es duro.Y, finalmente, otros pensarán que el blog no les aporta nada, o no vale un pedo, sin más, y pasan. De acuerdo.

Hace tres años que empecé esto y sé que mucha gente de Clásicas se ha topado en algún momento con Psilicosis, que si no habla exclusivamente de Grecia, sí dedica a ella mucho espacio e información, una buena parte de primera mano, con opiniones personales, acertadas o no, y sin eludir las referencias a las obras, los autores o las peripecias del mundo clásico y la mitología.

En ese tiempo también yo he tenido ocasión de conocer otros sitios donde se habla de la Grecia clásica y/o moderna. Y en varios de ellos he intervenido de una u otra manera, en los comentarios, alentando a los autores, citando aquí los artículos y las páginas, escribiendo sobre ellos, poniéndolos entre los Flanvoritos, recomendándolos en Google +, o apuntándome de seguidor, como en el caso del Navegando por Grecia de Ana Capsir, ahora una amiga, que respondió generosamente a mis primeros comentarios, pero también bióloga, del ramo de las ciencias, además de capitana.
Es curioso que gran parte de lo que esos espacios publican no pasa del contenido de una cartelera de anuncios, sin otra creatividad que el montaje de la entrada, que se agradece como información, pero donde no parece que sobren las ideas y menos las propias, y no es el caso de Ana.

El hecho es que no consigo ver la Psilicosis en ninguno de los blogs dirigidos por especialistas o profesores de Clásicas, o entre las páginas que ellos recomiendan, en sus favoritos, etc. Y en bastantes ocasiones ni siquiera he tenido una respuesta a comentarios amicales en sus blogs, mucho menos he esperado que nadie, aunque sólo fuera por galantería, me respondiera con un comentario aquí. El silencio es peor castigo que la discrepancia o, dicho de otro modo, no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. ¿Por qué?
Quizá soy mayor y tengo otro sentido de las relaciones ya muy caduco; lo cortés no quita lo valiente. ¿Que estoy dolido? Seguro, pero me da más risa y pena que otra cosa. De mí mismo sobre todo, porque pensaba ingenuamente que este medio favorecería el intercambio y el diálogo. Y aquí ya no me refiero sólo a los clásicos.

Al hilo de este repaso, recordé una conversación de hace años con un grupo de españoles amigos de Grecia, entre ellos algunos jóvenes que habían terminado recientemente su licenciatura y pasado un tiempo en el país, de manera que conocían el idioma mucho mejor que yo. Hablábamos de poesía. Rápidamente la discusión se centró en el viejo esquema maniqueo de poesía política/ poesía hedonista, social/ intimista, las etiquetas...
Porque es imposible hablar de poesía griega sin que todo el mundo cite a Kavafis y se quede después tan pancho, como si hubiera descubierto las Columbretes. Es lógico, es el más grande y conocido. La poesía social había pasado de moda, como el partido comunista, así que era extemporáneo citar allí un verso de Ritsos, era un poeta mediocre, de segunda fila, no valía la pena.

Después de un rato de charla resultó que ninguno había leído un libro de Ritsos, lo conocían sí, pero lo habían apartado ya de mano porque estaba fuera de onda (no entraba, decíamos en el Insti...). Pero lo más grave es que, metidos ya en  harina clásica, tampoco habían leído gran cosa del tema, ni de la tragedia, la poesía, la comedia o la filosofía; menos aún de la época bizantina o la moderna. Apenas lo estrictamente necesario para licenciarse. Eran jóvenes, tenían tiempo, todavía se los podía disculpar. Pero viendo el paño, hasta dudo que conocieran más de cuatro poemas del socorrido alejandrino.

El más peleón me preguntó en un momento qué especialidad era la mía.

¡Pinchaculos!, enfermera.

Torcieron el morro y se acabó la discusión.

Pienso que también funciona un corporativismo ridículo que no favorece en nada la defensa de las Clásicas, hoy ninguneadas por el poder. Toda ayuda debería ser bienvenida, aunque sea escasa y pueda llegar de un eterno aprendiz de gacetillero, sin título, como yo. Deben saber que en Grecia al aficionado a cualquier ciencia, especialidad o materia, que demuestra interés y algún conocimiento del tema, se le trata con tanto respeto como a un académico laureado. No resta su dilentastismo que, aquí como en Italia, tiene connotaciones negativas, cuando no se desprecia directamente. En Grecia suma, lo he dicho, se supone que su acercamiento al asunto en cuestión, está menos mediatizado que otros por intereses espurios, legítimos o no. Y no creo que para opinar de Homero o de Sófocles con fundamento sea necesario ser licenciado, en cambio sí creo que es imprescindible leerlos.

No recibí la misma impresión, sin embargo, de personas a las que considero con más fuste intelectual y conocimiento de Grecia, como por ejemplo Vicente Fernández, premio nacional de traducción en dos ocasiones, a quien tratamos algo en Paros, o la griega María Lainá, cuyo libro de poemas se ha traducido aquí con el título de Los estuches de las células. O de otros, desconocidos, de los que no sé su currículo ni me interesa mayormente, pero que sí tenían algo que enseñarme.

Espero equivocarme y que todo sea fruto de la vanidad y el Narciso herido, que sólo se ofendan los que se den por aludidos porque se sientan retratados, muchos no serán de todos modos, a la mayoría los supongo tan interesados en aprender y tan sinceramente enamorados de Grecia como yo lo estoy, y más, algo que siempre es difícil de medir. A esos otros creídos, afectados de titulitis, va dirigido esta especie de alegato.

Soltada ya mi mala baba, pido disculpas a los inocentes.

Τζίμης Πανούσης.   Sirtaki.

https://www.youtube.com/watch?v=C0UNqVCQjD0 

Salud y alegría para todos, y un poco de generosidad, a quien corresponda.


Tomás Rodaja

viernes, 5 de septiembre de 2014

171


Calzado elástico.


Salí a tirar la basura



en zapatillas, unas babuchas turcas que había comprado en el Gran Bazar la primera vez que lo pateamos, hace bastantes años. Eran muy cómodas y les tenía mucho apego, como para permitir que me tocaran las plantas de los pies, que son superficies epiteliales íntimas y delicadas, las hay más, es cierto, pero cada cual sitúa su punto G donde más le place. Las cuidé mejor que a las niñas de mis ojos. Bajando por la escalera me vio un tipo que pasaba por la acera, se quedó con la copla de mi exótico calzado y se detuvo. ¡Te las compro!, me dice señalándome los pies. Me pilló tan de sopetón y me lo dijo con tanto énfasis y entusiasmo, que no tuve más remedio que descalzarme y regalárselas. Me las quería cambiar por sus deportivas, pero de ésas me sobran, no hago deporte. Volví a casa de puntillas.



Zülfü Livaneli.   Turna Semahi-Gitme Turnam Gitme.


Salud y felices pesadillas.


ra

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Huevo putativo


El huevo con su prole.


Dios proveerá
(Ex ovo)


Un huevo tuvo doce huevines. No sabe explicar cómo lo hizo, ni responder a preguntas sencillas del tipo: ¿Y le cabían todos dentro? Sólo sabe que salió del nial y detrás llevaba una recua de huevos pintos. ¿Qué hacer? A lo hecho pecho, de nada serviría espantarlos, los huevos parecían reconocerlo por el olor, por tanto quizás hubiera algún parentesco. Desde luego todos compartían su misma forma ovalada pero, aparte de eso, no veía otras similitudes. En cambio entre ellos sí encontró muchas semejanzas, tal vez se parecieran al padre. Pero no recordaba ningún fornicio con un huevo de esas características. Fuera o no su progenitora, el huevo decidió adoptarlos sin reservas como su madre putativa, ¡eran tan monos!. Los otros huevos lo miraban, admirados de aquella prole, y también los había que hacían comentarios hirientes, típicos de los huevos podridos, ¿No están un poco raquíticos?, o, ¡Parecen algo pálidos!; y el huevo zurdo, el que siempre tiene que dar la nota, ¡Igualitos que su abuelo!, cacareó. Lo de que estaban algo escleróticos y demacrados ya lo había observado él, no hacía falta que se lo recordaran, y pensó en llevarlos al pediatra. Tal vez alguna carencia. El galeno le dijo que padecían impétigo y les recetó un champú antibiótico y unas vitaminas. El huevo andaba muy escaso de recursos y pidió ayuda en una asociación caritativa cristiana. Como no supo explicar quién era el padre de las criaturas, lo trataron como a un puto huevo y no le dieron ni los buenos días. Él era un huevo católico, le pareció tan mal, que antes de salir gritó con todas sus fuerzas, ¡Si lo llego a saber, aborto! Lo echaron a empujones, ¡Zorra, lárgate de aquí y llévate a tus bastardos enanos al infierno!. Estaba tan indignado que sólo acertó a decir, ¡Ya crecerán!, y se fue seguido de los huevines.


Korvus Korax, Ο Μάυρος, El Negro


Paolo Conte.  Cuanta pasión.

https://www.youtube.com/watch?v=vGXys-PUcWk


Salud y huevos.

lunes, 1 de septiembre de 2014

170


Desahucio y mierda.


Salí a tirar la basura



después de un día de trabajo demoledor. Aquella última y mínima labor del día era casi un recreo tras la interminable lista de actividades. La hice sin prisas, demorándome y recreándome en el corto paseo. Pero la vuelta pocas veces supera a la ida, aunque la haga descargado. Mientras regresaba, podía notar cómo iba creciendo la pesadez de las piernas, el dolor de riñones, el cansancio de brazos, la puñalada trapera en el hombro, el tamaño de mi cabeza... . Caí en el sofá como un saco de patatas, de haber estado dos metros más lejos ya no llego.



Shiva Sound. Sr. Ruiseñor.  Sensi.




Salud y felices pesadillas.


ra

domingo, 31 de agosto de 2014

Temblor


Terremoto


Sentencia



De pronto se me vino el mundo encima. Todo tembló. Me diagnosticaron una enfermedad grave cuyos efectos ya había podido sentir un poco los últimos meses. La despedida tal vez fuera corta, o quizá se alargase algo más. Pero lo seguro es que sería dolorosa. Harían todo lo posible para evitarlo. Cuando me dieron la noticia, que sospechaba, recordé un accidente en el que estuve a punto de perder la vida, ¡Pa habernos matao!, como diría la Curruca versicolor. En los instantes críticos, aparte de una melancolía difícil de igualar, pensaba en el disgusto que les iba a dar a las personas que me quieren. No era ninguna hazaña morir, al contrario. Y de nada servía lamentarse. ¿Cuántos años pasaron desde que la vida me dio otra oportunidad? Más de veinte, toda una vida, en efecto. Así pues, podía darme por satisfecho, había disfrutado ya de dos vidas. Tampoco en esta ocasión debía quejarme, aunque todo se derrumbara. Al dejar el hospital caían las primeras hojas del otoño.


Ramiro


Θανάσης Παπακωνσταντίνου. Sokratis Málamas. Melina Kaná.  Η τράτα.

https://www.youtube.com/watch?v=lhNUUCCLQZ4


Salud.