Cirrosis. |
Salí a tirar la basura
a horas en las que ya no se sale. El cielo estaba cubierto y las luces amarillas de las farolas daban a la calle un aspecto enfermizo, fantasmal. Caminé arrimado a la pared del edificio hasta la escalera que baja a la acera. Armándome de valor avancé expuesto en dirección a los cubos, que semejaban viejos borrachos ictéricos arrumbados en un rincón. ¡Pobres!, no podía abrumarlos con más basura. Me senté a su lado y estuvimos departiendo casi toda la noche, también son insomnes. Me protegían con sus cuerpos, la madrugada era fría, pero rosada y hermosa.
Salud y felices pesadillas
ra
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