lunes, 6 de enero de 2014

Trío real


Los Reyes, ausentes, repartiendo ilusiones.
Junto a la estación de ferrocarril.  Gijón  2011, 2012, 2013, 2014...

El intérprete


Melchor, europeo, le dice a Gaspar que le diga a Baltasar que habrá que ponerse en marcha. Baltasar, africano, le dice a Gaspar que le diga a Melchor que de acuerdo, pero que faltan los camellos. Melchor, vía Gaspar, le comunica a Baltasar que este año sólo cuentan con tres carritos de la compra del super cercano. Baltasar, Gaspar mediante, pregunta a Melchor si tampoco habrá pajes que tiren del carrito. Melchor, el mayor de los tres Reyes, de pelo blanco y largas barbas del mismo color, le contesta que no a Gaspar para que éste informe a Baltasar. El Rey negro, el más joven, imberbe y juncal, interroga entonces al viejo Melchor, a través de su compadre Gaspar, acerca de los juguetes que repartirán este año. No hay juguetes, responde Melchor, utilizando a Gaspar de intermediario. Baltasar, el del oro, un poco mosqueado por la brusquedad de la respuesta de Gaspar, que sólo transmitía el seco mensaje de Melchor, le pide que diga al anciano de la mirra, que si no hay juguetes él no sale.

Alberto González.   Los Reyes Magos.


Gaspar, asiático de mediana edad, pelo castaño y barba corta, con olor a incienso en sus regios ropajes, empezaba a estar cansado de hacer de intérprete, siempre en medio de aquellos dos ignorantes, que se interpelaban utilizándolo de recadista oral, sin interesarse por su opinión. O los tres o ninguno, dijo Melchor dirigiéndose una vez más a Gaspar para comunicarse con Baltasar, contestando a la última intervención del negro, situado en el extremo opuesto. ¿Sabéis lo que os digo?, dijo Gaspar con energía en su propia lengua, que ninguno de sus dos compañeros conocía, ¡El que quiera hablar que estudie idiomas! ¡Yo me llamo Gaspar y vengo de Oriente!. ¡Amén!, cantaron a  coro los otros dos sin comprender ni papa. Y se fueron con sus carritos detrás del políglota, a repartir ilusiones en varios idiomas, debían de llevarlos llenos porque era mediodía y aún no habían regresado.

Los Toreros Muertos.   Yo no me llamo Javier.


Ramiro