martes, 25 de febrero de 2014

Niños de Rodas -2


Adolescente en la ciudad vieja.
Rodas.  Grecia, verano 2013.

Explotación infantil -2


Buenos días. Todos sabemos poco más o menos la situación de ruina y dependencia financiera en que se encuentra hoy el Estado griego. La tradicional falta de recursos económicos para atender necesidades sociales perentorias ha tocado fondo con la crisis, el suelo de un pozo profundo, no el de un fondo de inversión...

En las primeras entradas en la etiqueta  Alfabetos, dediqué una serie de capítulos a Atenas y allí describía la situación de abandono y deterioro de los yonquis en la capital. Algunos de aquellos recuerdos eran antiguos, de años antes de la crisis. Desde entonces la situación de estas personas, si no han muerto, no ha hecho sino empeorar, y junto a la suya la de miles de familias en todo el país.

Recuerdo que el verano antes de que el lobo empezara a enseñar las orejas, ya hablaban de construir o habilitar un centro para drogodependientes en Atenas para atender los casos más urgentes. Poco o nada se ha podido hacer, y los propios policías que ven cómo se pinchan a dos metros de distancia sentados en las escaleras de la Biblioteca Nacional, en el centro de la capital, por ejemplo, sólo pueden espantarlos para que lo hagan en el jardín lateral, donde hay menos gente, cuando no dan la espalda al problema y se dedican a proteger e informar educadamente a los turistas, que es para lo que están allí.

¡No pueden hacer nada! ¿Meterlos en el calabozo?, no hay sitio y hay que alimentarlos, ¿llamar a una ambulancia?, cuando no tengan pulso, si no no viene...

¡Cuidado!, no estoy eximiendo de responsabilidades a las autoridades o al Estado, digo que las prioridades son otras y el Capitalismo, al que me referí al final del primer capítulo como causa última de estos males, no tiene a la piedad y menos a la justicia entre sus preferencias. Es más importante acrecentar la fortuna de los más ricos asegurando sus bienes y sus beneficios usurarios.

Σάββας Φλεβάρης, βιολί. Voz. Rodas.


Niño en el foso, junto a la Puerta de San Antonio.
Rodas.  Grecia, agosto 2013.

No es por causa de los gastos sociales dedicados a los más necesitados como Grecia se vino abajo, ni los drogadictos ni los emigrantes arruinaron al país.
Y si hablo de emigrantes es porque es necesario considerar la permeabilidad de las fronteras griegas, las más extensas de la CEE en el estado con menos medios, también la dificultad de establecer un censo de ilegales y la cantidad de personas que se han visto empujadas hacia Europa, con Grecia como destino inmediato y con frecuencia definitivo, tanto de pueblos medio y lejano orientales, como de la órbita de la extinta URSS, empezando por albaneses y eslavos, a las que el país se ve incapaz de acoger ofreciéndoles las condiciones de vida que serían deseables.

Mientras tanto los ricos son más ricos y los pobres más pobres, allí como aquí, así de elemental.

Un caso un poco aparte son las minorías étnicas, como los gitanos. En Grecia hay muchas familias asentadas desde hace generaciones y, como en España, cantantes gitanos, por ejemplo, que son ídolos entre los payos. Muchos se dedican a las mismas actividades que aquí, al trato, son comerciantes, ambulantes, traperos, músicos, artesanos, fruteros, chatarreros... .
Pero después hay una gran población gitana flotante, más numerosa en proporción y menos integrada que en nuestro país. Hay que tener en cuenta que el racismo sigue presente, nos guste o no, tanto en Grecia como aquí. Muchas de ellas son familias gitanas rumanas, búlgaras, albanesas, turcas, sin raíces ni lazos en el país. Pero sus hijos han nacido en Grecia y son griegos, hablan perfectamente el idioma aunque no vayan a la escuela.

Volvemos a la pregunta inicial del capítulo anterior, ¿Qué se puede hacer ante esto? No vale la represión, ni el aumento de medios policiales porque eso sólo traslada el problema a otro lugar y a menudo lo complica aún más.
Desde luego no veo más solución, si pensamos que el dinero ni crece ni mengua, que el trasvase de recursos de la economía especulativa en que están atrapados y empeñados los gobiernos, a la población necesitada, un reparto más justo de la riqueza, como ya dije. Esto exigiría un mayor control democrático del Estado y sus haberes, un cambio de sistema en el camino de la autogestión, que ésa es la democracia.

Pero eso es una entelequia o utopía en la realidad en que morimos, y estos niños de las calles rodias sólo son víctimas colaterales atrapadas en el fuego cruzado de intereses. Lo de colaterales es otro eufemismo, claro.

Rodes. Elefzería Arvanitaki.   Den einai o kosmos sou autos - Fovamai.


Vencido por el agotamiento.
Rodas.  Grecia, verano 2013.

Todavía no hace tanto tiempo, se veían en Asturias a algunas gitanas portuguesas con los niños en brazos apostadas a la puerta de una iglesia o un supermercado, y menos tiempo aún a gitanas rumanas con los guajes en la cadera pidiendo por las terrazas del verano ovetense, huyendo de un puesto fijo localizable por los municipales, que no les permiten exhibir a las criaturas -medida con la que estamos de acuerdo, lógicamente-, como medio para ablandar el corazón del prójimo.

Otra cosa es si a los niños los cuida alguien y cómo, mientras las madres siguen pidiendo porque, aunque esté prohibida, no se pueden quitar de la mendicidad, como diría una gitana gallega. Pero sirve como primer toque de atención, y con niños pequeños de por medio, aún más justificado.

Vimos también en Cos, como en Rodas, a dos madres jovencísimas, no más de 15 años, con sus bebés expuestos sobre el regazo en calles atestadas de turistas indiferentes. Pero esas imágenes son demasiado duras para exhibirlas como ejemplo, aún siendo reales, basta imaginarlas.
La joven madre de Rodas, era de la misma familia que el resto de los niños que tocaban por las calles. Y también las rapacinas que figuraban estatuas. Horas y horas de inmovilidad agotadora.
La precocidad de las niñas y la alta natalidad de esas familias es otra constante, relacionada con su marginalidad, exclusión y modo de vida.

Para terminar, y volviendo a una idea anterior cuando hablábamos de que en muchas partes del mundo hay niñas y niños explotados, y de modo infinitamente más vil, aceptando que existen grados pues, todo es sufrimiento. Ahí están para recordarnos que poco valen la gloria o la historia si olvidamos al niño y al hombre.


Aidonidis Karantzis.  Κάτω στη Ρόδο.  Abajo en Rodas. 

http://www.youtube.com/watch?v=HToYY4zPOkQ

Salud y buen ánimo.

Barbarómiros