lunes, 17 de marzo de 2014

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Ni frío ni calor sino todo lo contrario.



Salí a tirar la basura



con un trempe del carajo, literalmente. La distancia que me separaba de los contenedores se hacía interminable aquella noche, para contradecirme, helada. Recordaba otra ascensión épica en la que tuve que ser rescatado. Llegué exhausto y jadeante y puse en un cubo la única bolsa que llevaba, como si clavara en el postrer esfuerzo una pica en Flandes o una banderola en el Aconcagua. No recuerdo cómo volví, tenía congelaciones en la punta...



EPZ Pulgarzito.   Está nevando en las palabras.





Salud y felices pesadillas


ra