domingo, 30 de marzo de 2014

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Algo falla...


Salí a tirar la basura 



aunque maldita la gracia que me hacía. Mi esposa, siempre tan cariñosa, me aplicó unos mimos e incluso se ofreció a sacarla ella, a lo que me negué muy caballero, me bastaba la buena voluntad. Los niños, aún despiertos, se abrazaron a mi cuello compungidos, como si marchara a la guerra, y el perro que teníamos de pensión esos días me miró muy triste, como diciendo, Lo siento amigo, pero hoy no te acompaño, otra vez será. Sólo le faltaba echarse a llorar. Y así, reconfortado por las muestras de cariño de todos, me lancé a la calle. Al abrir la puerta del portal, lo que veía, ¡el mundo al revés!, me dio tanto susto que regresé haciendo el pino, cuan rápido pude, a la seguridad de mi hogar. Pero no me dejaron entrar. Detrás de la puerta se oían risas.



Fuerte Apache.   El mundo del revés.




Salud y felices pesadillas


ra