viernes, 20 de junio de 2014

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Magia simpática.



Salí a tirar la basura



en un descanso publicitario de la película que veía por televisión. La habían cortado en un lance clave: el protagonista, un hombre de mi edad, se disponía a salir de su casa con dos bolsas de basura, camino de los contenedores, mientras en la calle un asesino a sueldo, en el interior de un coche, se preparaba para matarlo. Cuando pisé la calle no pude evitar el mirar con aprensión los coches aparcados en las cercanías. En el interior de uno de ellos había un hombre que me observaba. Al pasar a su lado vi que se abría la portezuela que daba a la acera. Solté las bolsas y quise correr, pero estaba clavado al suelo, paralizado por el terror. ¿Tienes fuego?, preguntó el hombre desde dentro. ¡Estoy congelado!, dije temblón. El paisano, mirándome como si viera a un pirao, cerró la puerta. Cuando llegué a casa la película ya había recomenzado y no pude ver la escena del supuesto asesinato.





Salud y felices pesadillas.


ra