viernes, 7 de noviembre de 2014

189


Paisajes urbanos.
Oviedo  2013.


Salí a tirar la basura.




En el momento de posar las bolsas vi venir un autobús, cuya parada está a pocos metros de los cubos. Tuve una idea repentina, un capricho: subir al bus y dar un paseo nocturno por la ciudad de una hora, en plan turístico, hasta el final de la línea y regreso. No sabía exactamente que autobús había tomado y me llevó bastante tiempo comprender hacia qué barrio se dirigía. Tardaría bastante más de una hora en volver, pero tampoco me importaba demasiado, confiaba en que mi compañera no se preocupara por mi ausencia y tardanza, que por otra parte no es algo infrecuente. El viaje me interesaba más por el paisanaje que por el paisaje, que ya me era muy familiar, aparte de que poco paisaje se puede ver de noche. Sin embargo, gente vi también muy poca y sólo a la ida. Cuando lo cogí, el bus iba ya medio vacío, era el último del día y en la última parada sólo bajamos tres pasajeros. Se quedaba estacionado en aquel mal llamado apeadero del extrarradio hasta la madrugada siguiente. Llegué a casa a las cinco de la mañana hecho un calzones y no creo que viera en todo el camino ni a un par de almas, de espectros, sombras más que personas, no sé si tan enfurruñadas, pero sí tan solitarias como la mía. Eso es todo.



La Romántica Banda Local.   El bus.





Salud y felices pesadillas.


ra